SEXTA PARTE

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¡Bonjour!

¡Buena lectura!

Cuando Inés entró a la casa, inmediatamente se topó con otra mujer muy hermosa.

Al instante cayó en cuenta que se trataba de Bernarda, la madre de Victoriano.

Esta se acercó a su hijo y lo abrazó con fuerza, luego de saludarlo con cariño fijó su mirada en la acompañante del doctor.

Inés sonrió nerviosa y sin saber cómo actuar, la madre de Victoriano se aproximó para darle un abrazo.

- Buenas tardes, querida -saludó sonriente- por fin tenemos la dicha de conocerte.

Ese gesto hizo que Inés se soltara más y correspondiera al amable saludo y caminaron hacia el interior del lugar.

Más tarde fueron llevados a la habitación en la que se quedarían por esos días y fueron informados de que debían reunirse a cenar y que allí estaría por fin la extensa familia Santos completamente reunida.

Luego de acomodar algunas cosas del equipaje, la pareja se alistó para cenar con los demás integrantes.

Inés llevó un vestido verde manzana que resaltaba el color de su piel y unas zandalias en color dorado, la mujer se sentía muy cómoda ya que con el vestido se disimulaba muy bien la ausencia de ambos senos.

Victoriano por su parte, vistió una camiseta con cuello y unos pantalones blancos.

Felices caminaron tomados de la mano hasta el comedor que daba una vista preciosa al mar que los rodeaba.

La casa de los Santos estaba ubicada en un lugar paradisíaco, rodeados de una atmósfera ideal para celebrar el compromiso de la pareja.

Kassandra, la hermana de Victoriano sonreía y recibía a sus invitados, se la veía realmente feliz. Junto a ella se encontraba Eduardo, el afortunado hombre que se casaría con ella.

Al verlos aproximarse, Kassandra corrió a los brazos de su hermano.

- Es que no puedo creer que estés aquí -expresó riendo- hace tanto tiempo que nos dejaste, ya pensábamos que te habías olvidado de nosotros.

- Buenas noches, un placer -Eduardo saludó a Inés mientras Victoriano hablaba con su hermana.

Todos los presentes festejaron volver a ver a Victoriano y también lo felicitaron por su noviazgo con Inés.

La mujer que no tenía nada de que quejarse, todos eran amables, la había llenado de halagos y hasta habían hecho bromas acerca de que luego de la boda de Kassandra seguían el doctor con su novia.

Cuando abordaron ese tema Inés se mostró un poco incómoda, cosa que nadie notó a excepción de Bernarda que claramente no dejaría pasar la oportunidad de indagar más sobre el tema.

Entre música, risas, comida y bebidas, pasaron una velada excepcional.

Poco a poco los familiares se iban retirando a sus habitaciones ya sea por estar cansados o porque sus hijos ya querían descansar.

Ah, ese era otro asunto.

Los primos de Victoriano y Kassandra eran varios y esos primos en su mayoría ya estaban casados y con muchos hijos. De modo que habían niños corriendo de un lado a otro durante la reunión.

Al final solo quedaron en la mesa Inés, Victoriano y Bernarda.

Mientras se retiraban Kassandra y Eduardo le pidieron un favor a Victoriano, por lo cual Inés quedó en compañía de Bernarda.

¿QUIÉN ME HA ROBADO EL MES DE ABRIL?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora