cap. único

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—Mamá encerio, te digo que no tenían tú y papá porqué venir!

Recién comenzando la mañana y Jimin ya estaba en un hospital obligado por sus padres después de cierta conversación íntima que hubo en la cena de hace una semana, el pelinegro era muy joven como para tener problemas en tener sexo a sus 18. Pero se estaba comenzando a cansar de tener relaciones y no sentir absolutamente nada.

—llevas tres meses con lo mismo Jimin, parece que te hubieran castrado como un animal.

Su madre, su querida madre fue la que comenzó con el tema de la visita a un especialista, Jimin jamás en su vida había sentido tanta vergüenza, la gente mayor lo miraba extraño, de seguro se estaban preguntando que hacía un niño hormonal en la sala de un urólogo–fisiatra.

jamás en la vida volveré a salir de mi cuarto ni a contarle mis problemas a nadie —se recostó en la silla intentando respirar con tranquilidad, pero tenía tanta vergüenza que le costaba—

—Siguiente. Park Jimin

Cuando la enfermera se asomó por la puerta del consultorio y lo nombró, llamó la atención de las personas esperando su turno para entrar. Jimin quería tragarse su lengua para morirse allí mismo, su madre lo levantó a jalones de la silla por no cooperar en levantarse y hacer caso, miraba a su padre de reojo quien reprimía una risa. Parecía niño pequeño que no quería ir a la guardería, pero se iba a vengar con lo que más le dolía a su padre

por cierto papá, cuando es tu examen de próstata?

A su padre se le borró la sonrisa de inmediato pero se la robó con el comentario, antes de que su madre lo metiera en la sala le suplicó muy bajo que no era necesario ir con un doctor.

Pero lo metió a empujones para dejarlo solo con el doctor.

no hagas ninguna estupidez porque ya te conozco.

Y allí estaba, de pie totalmente estático viendo al doctor que lo iba a tratar, no iba a decir que no se veía sexy porque sonaría como un enano acosador. Pero la bata le lucía de maravillas.

—Buenos días, Jimin cierto? —rápidamente notó que el pelinegro estaba mudo, era claro que se sentía asustado— toma asiento. Primero que nada debo incentivar tu mente porque te veo bastante nervioso, es tu primera visita con un especialista como yo?

—le mentiría si le dijera que sí.

—esta bien, no tienes nada que temer. Aquí yo soy tu amigo y haré que la revisión sea lo más rápida posible para que no estés tan incómodo, te parece?

Jimin asintió aún estando inseguro, pero estando más calmado pudo acercarse al doctor y sentarse frente a él. El perfume que traía era delicioso

—muy bien Jimin. Quisieras decirme tu edad?

—si se la digo no me va a creer... —jugó un poco con sus dedos porque tenía razón—

—créeme, hasta ahora mi paciente más joven tuvo veintidós y salió encantado porque ya podía tener hijos. —comentó algo bromista para calmar los nervios de jimin—

—eso suena bien. —respondió un poco triste, como si éso lo hubiera afectado—

—tu problema tiene que ver con eso? —preguntó de inmediato al ver su rostro decaído—

—no... Tengo dieciocho y no siento placer al tener sexo, es tanto lo que no siento que no se lo que es llegar al orgasmo desde hace cinco meses.

El rostro del especialista cambió por uno sorprendido, había tratado a gente con problemas para tener sexo desde que empezó a trabajar sus carreras. Pero jamás había visto un caso así en uno tan joven, regularmente solían ser personas de mayor edad las que sufrían problemas con el placer o los orgasmos.

Sexy Doctor £Kookmin£Donde viven las historias. Descúbrelo ahora