Reloj de Sol

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Aristeo se presentó en el Reloj de Sol a las seis de la tarde, no había dejado de pensar en Luis Ángel.

JC llegó acompañado del perro de agua negro que habitaba con él. Durante el paseo de dos horas, platicaron con seriedad sobre la posibilidad de una relación formal. Después de veinticuatro horas de convivencia, la conexión entre ambos, la fluidez de sus conversaciones y la naturalidad con que realizaban las actividades de pareja, los invitaron a iniciar un compromiso, sin etiqueta de noviazgo, pero estableciendo una especie de exclusividad.

Aristeo quiso corroborar que JC estaba enterado de lo ocurrido entre él y Luis Ángel, quería confirmar que Luis Ángel en algún mensaje dijo estar enamorado. JC hizo un comentario sobre haber tenido relación con varios de los exes de Luis Ángel, dijo no estar en contra de saber que tenía relaciones con ambos, y que sentía que el compromiso con que Aristeo se presentaba para iniciar una relación con él era consciente. Pero Aristeo deseaba dar inicio a una relación con ambos.

JC era un hombre de treinta y siente, maduro, responsable, inteligente, hogareño, organizado, un poco más alto que Aristeo, de rasgos físicos nacionales, piel morena y cuerpo definido, caracterizado por un estilo de vestir moderno y juvenil.

JC trabajaba en el Seguro Social, sus horarios eran de doce horas por dos noches a la semana en turnos nocturnos, siendo sus deberes laborales poco claros debido a la variabilidad de los mismos. JC pasaba gran parte de su tiempo en el hogar, incursionaba en la decoración del mismo, hacía ejercicio, miraba televisión y se hacía responsable de su mascota, en particular de sus paseos.

JC mantenía buena relación con su familia, principalmente su madre y su hermana, las visitaba al norte de la Ciudad por lo menos una vez a la semana. De entre las relaciones que tenía con algunos amigos, Aristeo prestó atención en la amistad que JC mantenía con su antiguo novio, Cristian, con quien incluso a veces compartía desayunos o cenas. JC tenía otros contactos también en redes sociales aunque de menor contacto físico.

Aristeo encontraba en JC una figura junto a la cual podía sentirse reconocido dentro de un compromiso sentimental de forma inmediata, comenzó a generar un vínculo del que dependía para sentirse firme.

Habiendo abandonado su último empleo tras perder el sentido de responsabilidad y con exceso de tiempo libre, Aristeo había retomado el consumo de sustancias y conductas de promiscuidad. Con veintidós años, aún conservaba un poco de la masa muscular que había recuperado en su último internamiento preventivo de siete días del que había salido apenas un par de meses atrás. Sin embargo, su recuperación psiquiátrica iba notablemente disminuyendo.

Durante las primeras semanas de su relación, que algunos calificaron como prometedora, Aristeo y JC lograron encontrar en el otro la esperanza del nacimiento de un amor verdadero. Compartieron desayunos, comidas y cenas preparadas por JC y celebradas en su departamento mirando alguna serie o película. Realizaron paseos caninos por la mañana, en dirección al mercado de Beethoven, y por la tarde dentro de Tlatelolco, algunos de los paseos incluyeron a Bruce, el pequeño chihuahua de Aristeo. Compaginaron su gusto de tomar caminatas nocturnas en el Centro de la Ciudad.

Aunque durante los primeros instantes de su convivencia Aristeo consideraba necesario estar bajo el efecto del alcohol, pudo convencerse de disfrutar de estas nuevas experiencias en sus cinco sentidos, poco a poco intentó dejar de cargar su termo con bebida. Aristeo no solía estar en comunicación con su familia, pero la gente con la que convivía en redes sociales pudo notar una disminución en su consumo. Sin duda, la estabilidad emocional de JC generaba un beneficio en Aristeo. 

De Febrero, dos airesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora