Eterno

Parte 8: Resplandor

Él se la quedó mirando, un poco helado al principio, pero le devolvió la sonrisa, con un poco de timidez, y fue todo lo que ella necesitó para dar unos saltitos y unos pasos hacia él, colgarse de su cuello y darle un abrazo.

----

Estaba en el baño cuando escucho que Marquitos gritaba "Adelante" a alguien... Y se imaginó, o supo, que había llegado Julieta.

Se miró de nuevo en el espejo y miró su cara, girándola para el lado golpeado. 

Tenía una cicatriz al lado del ojo también, pero no parecía reciente. Parecía como si se hubiera cagado a piñas.

Por favor, no. ¿Más cagadas? ¿Qué le había pasado?

Suspiró y secó las manos con el papel, y antes de abrir la puerta, suspiró, pasándose una mano por el pelo.

El corazón le latía un poco más rápido de lo habitual, y se preguntó si algo de las pastillas que le estaban dando le estaban haciendo algún efecto secundario.

No podía estar nervioso.

Iba a ser buena onda, como siempre, y ver que onda Marquitos y Juli... y después le iba a preguntar que onda a Marquitos, con carpa. Eso le podía decir seguramente. No le afectaba nada a su memoria saber si un amigo le  estaba dando a alguien.

Abrió la puerta y salió, y la vió al costado de la cama del sanatorio, vestida de negro.

El corazón se le disparó de nuevo, y no sabía muy bien que hacer.

Ella lo miró y le sonrió y abrió los ojos un poco más, y notó que se se había quedado tiladado. 

Era más linda de lo que se acordaba.

Y tenía un perfume muy rico.... femenino.

Parpadeó e intentó devolverle la sonrisa, y ella le sonrió más aún, se le achinaron los ojos, se puso más linda todavía, dió unos saltitos raros y se le colgó del cuello abrazándolo.

Se quedó helado de nuevo.

Lo estaba abrazando fuerte, en puntas de pie, y se inclinó un poco para intentar devolverle el abrazo. Sentia su cara en el hueco de cuello. Sintió el perfume y también el cuerpo de ella contra el suyo, por suerte, en la parte superior del cuerpo.

Se relajó un poco en el abrazo, se sentía bien, como un abrazo necesario, de consuelo. Inseguro, le rodeó con la cintura con los brazos, y la abrazó también.

Ella lo abrazó más fuerte, si era posible, apoyando su mejilla en su clavícula, pegándose más a él, y cerró los ojos, aturdido,  confundido... 

Ella le rozó el cuello con la nariz, y se tensó de nuevo. Movió la cadera para atrás, para no apoyarla y se movió para atrás para separarse un poco.

Ella levantó la cabeza y lo miró con ojos enormes, y tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no inclinarse y comerle la boca ahí. 

Era un buen amigo. 

Ella le sonrió de nuevo. 

Era un buen amigo.

Era un buen amigo.

Era un buen amigo.

Apretó la mandíbula y se separó del todo. Miró de reojo el sillón donde estaba sentado Marquitos y lo vió mirándolos.

Era un hijo de puta, y no se merecía a Marquitos.

Ella parpadeó también pero tragó y le sonrió de nuevo, y se sentó en la cama. De él. De un saltito.