Depresión

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El ataque maniaco había aparecido a las 3am, empezó limpiando la habitación, acomodando ropa por color y tamaño, pintándose las uñas, arreglándose el cabello, poniendo música compitiendo con la de su padre, quien estaba trabajando en un nuevo proyecto, pero pareció no importarle. Se había arrepentido de llamarle a Kawaki, y que al final este desviará su llamada, borraría ese suceso de su memoria, porque nuevamente había quedado como estúpida, y su mente trabajaba en una maraña de dudas, las preguntas la atacaban al igual que sus falsas conclusiones del porque le pediría a alguien más que respondiera.

Hoy me levante contento, hoy me levante feliz, aunque dicen por ahí que están hablando de mí...Ey ¡Joda, que se joda que se joda!—Cantó doblando las blusas y bailando dando vueltas, intentando despejar su mente, negando aquellos pensamientos que le decían que cada vez estaba peor, repitiendo la canción más veces intentando convencerse de que si lo estaba, que tenía todo bajo control

Bajó con el cabello ondulado y una camisa blanca de algún partido político que solía usar como pijama, con unas botas vaqueras que le llegaban hasta debajo de las rodillas, y maquillaje de brillos solo en un ojo.

If you want me to leave, then tell me to leave and baby, I'll go...You remind me every day, I'm a not enough but I still stay—Cantó nuevamente con ese tono desafinado sacándole una sonrisa a Sasuke quien la vio pasar, pensando que cada día iba mejorando, que tenía más confianza para hacer ese tipo de situaciones, Sarada no se había dado cuenta que él estaba en la sala realizando trabajo, pero cuando iba con la charola de helado y palomitas hacia su habitación se estremeció al ver que el notaba sus bailes ridículos, soltando la bandeja y un grito de pánico porque no notó su esencia, ambos se miraron al escuchar los golpes a la puerta

—Quédate aquí

Le indico Sasuke ordenándole a su sistema que le mostrara imágenes de quien estaba afuera, la pantalla se encendió y mostro a un sujeto completamente alterado, Sasuke maldijo, diciéndole que abriera la puerta, este gritaba su nombre y detrás de él venían más voces, Sarada sintió curiosidad por ver quien llegaba con tanta demanda, soltando maldiciones en nombre del apellido Uchiha. Sasuke no tuvo tiempo de perdirle a Sarada que regresara a su habitación, así que decidió ponerse en un lugar donde no pudieran acceder con facilidad.

—¿Qué paso por tu cabeza cuando decidiste ocultarlo? ¿Cuánto tiempo deseabas mantenerlo en el anonimato?

—hijo, solo, trata de que...

—Silencio—Mencionó Madara, un hombre que no le hacía justicia a su edad, tenía una cabellera larga que recogía en una coleta, sus ojos brillaban como aterradoras gemas obscuras, había pocas arrugas en él pero sus expresiones denotaban el cansancio de la edad, Sarada pensó que la voz que emitiera a penas se escucharía, pero estaba sorprendida, la voz de él era firme, grabe —¿Explica los motivos de tus decisiones? ¿Nos creíste estúpidos? ¡Es un descaro mentirle a tu familia de esta forma!

—Abuelo, tal vez debemos solucionar esto después—Mencionó alguien tratando de calmarlo, Sasuke no decía nada tratando de no desviar la atención hacia Sarada, ahora ella sabía a qué familia se refería su madre

—¡Tenemos que cubrir todo este incidente! ¡¿Sabes cómo afectara tu imagen publica este escándalo?!—Mencionó alarmada una mujer

—¡Es que no entiendes! ¡Él solo se hecho la soga al cuello al salir con esa mujer en público! ¿Cómo sabes que no es más que una sucia treta? ¡Una venganza! ¡Que conveniente que actualmente con el proceso de la devolución del patrimonio de tu familia ella se aparezca diciendo que tienes una hija, son conjeturas absurdas

—¿No tienes algo que decir?—Mencionaron, señalando a Sasuke

—No diré nada sin la presencia de un abogado

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