Timeless [ ZB1 woonghao ]

Capitulo 1: Right where you left me

Perfil de Zhang Hao:
• 28 años. Violinista en la orquesta de Seúl. Solía vivir en Busan
• Introvertido
• Familia: Madre. Hermano menor: Yujin (17). Padre (ausente)
• Estado civil: Soltero
• Tiene dos cuentas: una privada y otra pública
• Sabe muy bien como guardar secretos

Y la oscuridad parece nacer de sus entrañas. El reflejo en el espejo es tenebroso, es alguien que no conoce, aunque lleve su mismo rostro. Intenta alejarse pero éste sale del espacio que lo atrapa y avanza a medida que sus pasos retroceden. No es la primera vez que se encuentran, pero si es la primera vez que es tan real; incluso siente que puede tocarlo con la punta de los dedos. Corre. Escapa. Es imposible liberarse de él. Entonces el sonido del violín se escucha a lo lejos. Cada vez más y más fuerte. El piso tiembla. Hao cae al suelo y parece hundirse en una lava negra que lo va atrapando de a poco, hasta que ya no tiene fuerzas para respirar. La música y una risa parecida a la suya se escuchan al punto de ser ensordecedoras. Completamente cubierto por aquello que lo atrapa, estira su mano lo más que puede, en busca de ayuda, en busca de otra mano que lo saque hacia la superficie. Puede sentir unos dedos aferrándose a los suyos pero no es suficiente, nada parece serlo. Ya no puede respirar. Toma una enorme bocanada de aire al mismo instante en que abre los ojos y despierta.

Otra pesadilla.

Otro de esos inexplicables sueños que lo dejan con un enorme peso en el pecho e incontrolables movimientos en su corazón y en todo el cuerpo.
Está sudando como nunca pero aún así está un tanto acostumbrado a estas situaciones nocturnas: despierta a horas inauditas, después de tener esa repetitiva pesadilla en dónde una versión más joven, pero tenebrosa de él, parece perseguirlo en un lugar sin escapatoria. Hace ya unos cuantos meses este mismo sueño lo perturba, por eso intenta no darle importancia y apoya la cabeza en la almohada de nuevo. Cierra los ojos y vuelve a abrirlos cuando los rayos de sol atraviesan las cortinas de la ventana que está a su lado. Cubre su rostro con las sábanas en negación, pero aunque no lo quiera, otro día comienza.