único

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Los pasos que sonaban en la habitación no eran tan ruidosos, pero para Alejo que los estaba escuchando hace unos 10 minutos, eran como los pasos de pie grande, sentía que hasta el mate y el termo que tenía en sus manos temblaban.

-Mati, ¿podés parar por favor?

Se detuvo, lo miró por dos segundos con su mejor cara de culo y siguió, yendo y vieniendo por la habitación.

-¿Por lo menos me podes decir qué te tiene así de nervioso?

-¿Qué te parece Alejo?‐ soltó más agresivo de lo que le gustaría.

Véliz, que se encontraba sentado en el borde de la cama, lo miró con confusión, seguía sin entender que ocurría.

-Estamos por jugar un mundial, eso es lo que pasa- continuó el menor. Alejo hizo una mueca de que entendía a dónde iba la situación.-Encima en nuestro país, siento más presión. Mirá si no puedo hacer ni un pase bien, si entro a jugar y arruino todo.

Alejo dejó el equipo de mate en la mesita de noche, estiró su mano para poder tomar la camiseta de la selección que estaba usando Matías y lo acercó hacia él para que se siente en su regazo.

Llevó ambas manos al rostro de su novio y le repartió caricias por sus cachetes, sus párpados y sus labios.

-Mi amor, sos uno de los mejores jugadores que tiene esta selección, jugás de maravilla. Calmate ¿okay? va a salir todo bien, todos confiamos en vos y sabemos que la vas a romper cada minuto que juegues.

Acto seguido estampó un sonoro besó en la frente del marplantense, quien sonreía embobado. -Te quiero mucho, Ale, gracias por esas lindas palabras.

Alejo se puso como un tomate y para evitar la mirada del mayor, y el empalagoso momento en el que se encontraban, lo abrazó.

Luego de unos minutos en silencio, Matías habló.-Me siento muy estresado, mejor me doy un baño para calmarme un poco.

Ni bien sintió que el mayor se iba a levantar, juntó fuerzas y en un brusco, pero ágil movimiento, Alejo dejó a Matías tumbado en la cama, bajo su cuerpo.

-Dejá que te desestreso yo.

Enseguida llevó sus manos a la cintura de Soulé, pasó estas por debajo de su camiseta y repartió caricias por toda esa zona.

Atacó el cuello blanquecino de Matías, chupaba y besaba con cuidado para no dejar marcas.
Sus revoltosas manos comenzaron a subir por el torso del jugador de la Jueventus, arrastrando a su paso la camiseta.
Sus toques se detuvieron en los pezones de Matías, los empezó a estimular, logrando que Soulé suelte leves suspiros que eran atrapados por su boca debido al lento beso que compartían.

El rosarino se alejó de los labios del mayor y bajó esos besos a los botoncitos que adornaban el pecho de Matías. Véliz dedicó su tiempo a besar, chupar y dar pequeñas mordidas a uno y torturar con su mano el otro, para luego cambiar y repetir.

El marplatense se derretía debajo de los lentos pero intensos toques del menor. Sentía que su pantalón iba a explotar de lo duro que se encontraba, así que hizo un pequeño movimiento hacia arriba con su cadera para llamar la atención de su novio y hacerle saber lo que estaba provocando en él.

El nueve de la selección no pudo evitar soltar un gemido al sentir el roce de la erección de Matías con la suya. Lamió por última vez ambos pezones y comenzó a dejar un camino de besos hasta el elástico del short deportivo que estaba usando Soulé.
Lo bajó lentamente, haciendo presión en el bulto para poder deletairse con el sonido de un suspiro, tirando a gemido, que emitió el mayor.

Alejo se posicionó entre las piernas de Matías y, mientras una de sus manos amasaba sobre la tela la erección de Soulé, con sus labios mordía los pálidos muslos de su novio.

Cuando sintió que la tela del bóxer del mayor se humedeció, supo que era momento de avanzar. Le quitó su ropa interior de un tirón para poder ver el largo y delgado miembro de Soulé rebotar debido a lo erecto que se encontraba.

Escupió su mano derecha, y junto al pre semen que estaba liberando Matías, Alejo inició un lento vaivén en el miembro del chico. Los ojos del marplatense se cerraron y se dejó hacer bajo el tacto del menor, que usando su mano libre, acariciaba uno de los muslos del mayor.

Al notar que Soulé ya estaba retorciéndose de placer, Alejo se posicionó de forma tal que su rostro quede a centímetros de la pija de Matías.

Le dio un piquito en la punta para luego tragarla de una, sin previo aviso, arrebatándo un grito de los labios de Soulé.
Véliz subía y bajaba su cabeza en un ritmo promedio, ni tan rápido ni tan lento. De vez en cuando se alejaba para lamer toda la extensión, provocándole a Matías escalofríos por todo su cuerpo, a pesar de sentir que estaba en llamas.

En un momento, tal vez por dos segundos, Soulé notó la ausencia de la boca del menor en su pija, y cuando se incorporó sobre sus codos para buscar la cabeza de Alejo, este llevó uno de sus huevos a su boca, haciendo que Matías vuelva a recostarse de golpe por la sorpresa.

Ni bien Véliz volvió a poner su atención en el pene de Matías, un demonio dominante poseyó al mayor, haciendo que tome con fuerza la cabellera del rosarino y lo aleje bruscamente de su miembro, para luego hacerselo tragar sin darle dos segundos de respiro.
Esto lo repitió varias veces, hasta no ver los ojos llorosos de Alejo no se detuvó.

Una vez que lo soltó, abrió bien sus piernas para darle mayor acceso a Alejo, quien tomó una gran bocanada de aire y siguió lamiendo el falo de Matías.

El marplatense se dejó hacer, sintiendo de a poco que estaba por correrse. Alejo estaba cegado por la excitación, su cabeza no dejaba de subir y bajar, sus manos tomaban fuertemente los muslos de Soulé, estaba dando todo de si para poder complacer al mayor. Sus gemidos estaban siendo una buena motivación.

Matías comenzó a tener espamos, en cualquier momento liberaba todo en la boca de Alejo. Se aferró fuertemente de las sábanas, mientras elevaba unos centímetros su cadera para introducir su pija hasta la garganta del menor. Cerró sus ojos, sintiendo que estaba flotando, el placer que estaba experimentando era increíble. Las arcadas de Alejo lo estaban volviendo loco.

Acompañado de un grito que estaba seguro que se escucho hasta el patio donde entrenaban, Matías liberó su semilla en la boca y gran parte del rostro de Alejo. Se sentía, no en el cielo, pasando este. Fue uno de los orgasmos más fuertes que tuvo.

Cuando recuperó un poco su conciencia, se apoyó nuevamente en sus codos para poder ver a Alejo y la vista con la que se encontró casi hace que se vuelva a correr.

La cara de Véliz estaba pintada con manchas de su semen. Quería enmarcar esa imágen y colgarla en el living de su casa, para él era una obra de arte.

Conectó miradas con Alejo y este lo miró con sus ojos muy dilatados. Su pecho subía y bajaba, tratando de regular su respiración.

La vista de Matías recorrió todo el cuerpo de Véliz, bueno, casi. Se detuvo en su entrepierna. Se podía notar, aún con la tela del bóxer y el short deportivo, que Alejo tuvo un orgasmo también, con solo hacerle un pete y escucharlo gemir, y sin haberse tocado, Alejo se corrió.

Soulé sonrió y volvió a caer bruscamente a la cama. Este chico lo va a volver loco.


















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la foto que está al principio fue la inspiración para este os🥵

denle like y comenten que les pareció.

espero les haya gustado.

:)

Desestrés [Soulé x Véliz] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora