Capitulo 1

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Dedicado a mabelcarvallo.
Al abrir mis ojos lo primero que vi fue el cielo azul, el sol brillaba pero no me molestaba y un aire fresco matutino me envolvía. Me reincorporé y me di cuenta que
había dormido en una banca en medio de un parque. No recordaba cómo había llegado a ese lugar, ni siquiera recordaba que había salido de mi casa. Miré a mi
alrededor frunciendo ligeramente el ceño y me abracé a mi mismo protegiéndome un poco del aire fresco.
Mi estomago rugió, anunciándome que debía comer algo. Solté un suspiro lleno de frustración. Metí la mano en uno de los bolsillos de la chaqueta, buscando un
poco de efectivo, pero estaba completamente vacío. Maldije en voz baja.
Me levanté de la banca y comencé a caminar, tenía que regresar a casa y encontrar algo de comida. Sabía que mi aspecto no era el adecuado para caminar por la
ciudad a esa hora de la mañana. Mi cabello estaba amarrado detrás de una de mis orejas, pero algunos mechones rebeldes me hacían verme desarreglado. Llevaba un gran suéter encima de mí, que me cubría hasta tres dedos
arriba de mi rodilla dejando ver mis jeans negros, que estaban un poco descuidados.
Comencé a caminar con más entusiasmo, dirigiéndome a los edificios de la ciudad, pero aun el hambre no pasaba. Tal vez Tyler ya estaría esperándome para que
empezara a vender sus revistas. Siempre que me quedaba, literalmente, sin nada. Tyler me daba un poco de dinero por vender sus revistas. Con el dinero que
ganaría podría comprarme algo.
Me abrí paso entre las personas que caminaban por la acera, podía notar la mirada acusadora de las personas al ver cómo iba vestido, seguramente para muchos
yo estaría usando fachas. Preferiría ignorar esas mirada en vez de sentirme mal por eso, ya estaba acostumbrado.
Llegué hasta donde debería de estar el puesto de Tyler, pero ese día no estaba. Fruncí el ceño confundido y un tanto enojado. Me mordí el labio y miré hacia todos
lados. Estaba en el lugar correcto, no me había equivocado, ¿Por qué no estaba? No sabía que iba a pasar a continuación. Me senté en la acera, y podría jurar que
las personas que pasaban a mi lado mi mirarían como si estuviera loco ¿Habría alguien que dijera "pobre indigente"? Lo dudaba. Las personas que me notaban
siempre me miraban con desprecio y las demás iban tan sumidos en sus asuntos que no me tomaban en cuenta. A nadie le interesaba mi vida, ni lastima les daba.
Después de esperar un buen rato y que Tyler no apareciera decidí levantarme y caminar hasta casa. Esperando no desmayarme en el transcurso. El dolor de
estomago se estaba volviendo más intenso y los olores de los restaurantes se esparcían por las calles, no estaban ayudando mucho. Pude identificar el olor a pan
recién hecho y a tocino. Una vez más mi estomago rugió.
Mientras caminaba, frente a mi vi como llevaban unos panes recién hechos, desde la panadería hasta un coche repartidor. La boca se me hizo agua y miré
fijamente los panes. Pude haber seguido caminando pero la panadería había tomado por completa mi atención. Caminé hasta el aparador, donde se mostraban la
repostería. Pasteles, muffins y donas, adornadas de la manera más apetecible. Mi mano fue hasta el vidrio, y estaba casi babeando. Me estaba torturando, y lo
sabía. Lo mejor era apartarse de ahí.
Cuando aparté la mirada y vi hacia mi derecha, pude notar como un chico me miraba. No era esa mirada de desprecio, a las que estaba acostumbrado, tenía los
ojos entrecerrados, una mirada curiosa. Era la primera persona que me miraba de aquella forma y por esa razón me llamó la atención.
Observé al chico con más detenimiento. Cabello rubio peinado en un moderno corte, piel blanca , era delgado pero ya que llevaba una camisa ceñida a su
figura pude notar que tenía el abdomen marcado. Su cara era linda, sus facciones eran delicadas. Labios pequeños ,y ojos de tamaño normal.
Cuando se dio cuenta que lo miraba, apenado se volvió a su acompañante. Hasta ese momento no había dado cuenta que de la mano llevaba a una chica, de pelo
rubio corto y facciones bonitas. La chica observaba las flores del pequeño puestecito de la esquina.
Dejé de mirarlo y mi atención volvió a los pasteles del aparador. Un nuevo rugido de mi estomago se escuchó. Suspiré rendido, tenía que irme de ahí antes de que
mi hambre me dominara y terminara por robarme alguno de esos panes.
Cuando me estaba dando la vuelta para retomar mi camino, el chico rubio venía caminando en mi dirección. Pensé que pasaría de lado, pero no fue así, se
detuvo frente a mí.
-¿Tienes hambre? - preguntó, su voz me pareció extraña.
Ahora que lo veía de cerca pude ver mejor sus ojos, eran de color azul casi celestes, y tenía una hermosa sonrisa. Era muy guapo.
Entonces asentí, para que mentir, moría de hambre y estaba desesperado. Él me sonrió con ternura y me tomó del brazo.
-Ven te compraré algo - dijo llevándome adentro de la panadería.
Al principio me sorprendí, no me esperaba esa acción de él, pero después sonreí.
Cuando estuvimos dentro, el olor a pan y a dulce fue más intenso, él tomó tres piezas de pan dulce y me las mostro.
-¿Te gustan estas? - me preguntó.
-Si - contesté con voz ronca, él era la primera persona con la que intercambiaba palabras ese día.
-Bien, entonces las llevaremos- se acercó al mostrador, donde se encontraba un señor calvo y que vestía un mandil color azul.
Me pasé una mano por el cabello, peinando mis mechones rebeldes, dejando así que mi suéter se abriera un poco,dejando ver mis muslos ya que alli estaban las partes mas rotas de mis jeans. El señor del mostrador me miró con desprecio, casi con asco e inmediatamente volví a taparme. El chico notó esa extraña escena,
pero no me miró mal. Solamente con curiosidad.
El chico pagó los panes y me pasó la bolsa de papel. Tomó de nuevo mi brazo y salimos de ahí.
-Gracias - murmuré -No tenías...
-Quería hacerlo, pareces muy hambriento - me dijo con una sonrisa, una muy linda por cierto - Me llamo Niall.
Sonreí y extendí mi mano.
-Soy _______, y Niall eres mi salvador del día. Muchas gracias, no sé cómo podría pagártelo - comencé a decirle mientras sacaba un pan de la bolsa.
-No tienes que darme nada a cambio.
Sonreí y me llevé el pan a la boca, al probarlo fue la gloria.
-Esto está muy bueno, ¿quieres? - le ofrecí, tenía la boca llena. En eso momento mis modales se fueron.
-No gracias, son todos tuyos -me dijo riendo entre dientes.
Le di otra mordida al pan mientras lo miraba con curiosidad. Me estaba preguntando porque lo había hecho, porque se había acercado y me había ayudado. En
estos tiempos es muy extraño que te encuentres con ese tipo de personas.
Él también me miraba, pero no de una forma extraña, sino más bien curioso. Entonces me percaté que el suéter se había vuelto abrir mostrando mi atuendo
inapropiado. Enarcó una ceja y pude notar que quiso decir algo, pero se lo pensó mejor y cerró la boca. Apenado volví a taparme.
-¿Por qué hiciste esto? - le pregunté y alcé el pan -Nadie se acerca y te regala un desayuno.
-Es mi buena acción del día - comentó cruzándose de brazos y yo sonreí, con ese tipo de personas no te encontrabas todos los días, me gustaría que todos
hicieran su buena acción del día conmigo - ¿No te molestó la forma como te miró el señor de la panadería? - dijo sacándome de mis pensamientos.
Me encogí de hombros.
-Ya me da igual, estoy...acostumbrado - le dije torciendo el gesto.
-Pero debería de tener un poco de respeto - dijo mirando con enfado en dirección a la panadería.
"Como puedo pedir respeto si yo no me auto respeto" pensé. Pero no quise mencionar nada solo agaché la mirada hacia mi pan.
Niall alzó la mirada viendo alguien que estaba detrás de mí.
-Debo irme ya, ¿________? - yo asentí al escucharlo pronunciar mi nombre - A ver si algún día te vuelvo a encontrar.
-A ver si algún día te regreso el favor - alcé la bolsa con los otros dos panes -Gracias.
-Una vez más te digo que no fue nada. Adiós - puso una mano en mi hombro y después se alejó.
Suspiré, ojala todos los días empezaran como ese.
Comencé a caminar por donde había venido y cuando menos lo pensaba me encontré con Tyler. El chico del puesto de revistas. Me alegró el saber que por lo
menos no regresaría a casa a pie ya que podría pagar el metro o un camión. Tyler me tendió unas cuantas revistas y al instante me puse a tratar de venderlas.

The A Team ||Gay Niall Horan y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora