Gojo Satoru x Lectora (Toda Una Vida)

capítulo 35

Había llegado a tokyo, ya había pasado casi un año desde aquel reencuentro con satoru, sus palabras siempre estaban presentes en mí

(Momento con gojo en la azotea del museo)

-siento cómo si solo hubieran pasado unos días desde la última vez que nos vimos, dijo satoru

-yo no, siento cómo si hubiera sido una eternidad, viví cada segundo de estos diez años sin ti, dije yo,

-que piensas hacer, dijo gojo

-debo volver a tokyo, tengo muchas responsabilidades allá, dije yo

-aún recuerdas nuestra promesa?, me preguntó satoru

-todos los días la recuerdo, ni una sola palabra de aquella charla se ha ido de mi mente, dije yo a punto de llorar

-y que dices, yo siento que merecemos vivir en aquella casa junto al mar, creo que merecemos ser felices, he estado esperando por ti todos estos años, dijo satoru

-no lo sé, el tiempo a pasado, talvez las cosas no vuelvan a ser cómo antes, será mejor que esta sea nuestra despedida, dije yo mientras lloraba, satoru me abrazó y me dijo

-el tiempo sólo puede encargarse de curar heridas, pero no puede hacer que los sentimientos se vayan, podrian pasar mil años, pero en mi corazón solo estarías tu, sabes, quiero estar contigo, por el resto de mi vida, pero debo terminar algunas cosas acá, sólo necesito un año más, me esperarías un sólo año más?, dijo él

-un año es demasiado, dije yo

-lo siento, sé que es muy egoísta de mi parte exigir tiempo, pero te juro, que sólo será un año, pero este tiempo no será cómo los anteriores, yo hablaré contigo todos los días, lo juro por lo que sea, dijo satoru mientras me abrazaba más fuerte

-sólo un año más, gojo satoru, si todo sigue igual, iré a aquella casa en la cual prometimos vivir toda una vida juntos y dejaré este anillo, él cual es mi único vínculo contigo, dije yo

-aún lo conservas, me alegro tanto, dijo satoru mientras empezaba a llorar, mostró su mano, y vi aquel anillo en su dedo también.

(Tiempo actual)

Antes de irme de londres, satoru me dio unos CDS que había grabado para mi en sus dos primeros años en londres, eran tres CDS. Ahora, después de ya un año de haberme despedido de él, me disponía a ver la última grabación

"vaya, en londres definitivamente hace mucho frío, es un lugar muy acogedor, lo único que no me gusta es la comida, extraño la comida de tokyo. ____, mañana regresaré a casa, probablemente tu ya terminaste tu carrera, el tiempo pasa realmente rápido, me muero por llegar a verte, y sabes, te quería mostrar algo, mira, es un anillo, te quería pedir que te casaras conmigo desde hace varios meses, me creerías si te digo que compré este anillo desde que te di él de promesa, el mismo día compré los dos, pues sé que sólo quiero pasar el resto de mi vida contigo, y obviamente sé que tu también, no dejarías pasar la oportunidad de casarte con el gran gojo satoru, jajaja, es broma, el realidad tengo que decir que el afortunado de esta futura boda seré yo, que quiero mucho. espero que todo vaya bien, y espero que aceptes mi petición, pero bueno, es hora de irme, nos vemos en tokyo".

Eso fue lo que satoru dijo en aquella grabación, yo lloré, pero no fue un llanto de dolor, fue uno de felicidad, definitivamente me di de cuenta de que aveces las cosas toman tiempo, y que lo que está destinado a ser, será, nunca podemos escapar de las cosas que serán para nosotros, y satoru, mi querido  satoru, me di de cuenta de qué satoru era de ese tipo de gente que es tan linda por dentro que dan ganas de abrazarles hasta el alma.

-linda, cómo va todo, parece que ya viste la última grabación, dijo satoru, me había llamado, esta vez había sido verdad, me llamaba todos los días, me enviaba postales todas las semanas, era muy feliz.

Toc toc, escuché cómo tocaban la puerta, aunque estaba muy ocupada, había decido trabajar desde casa para poder estar más presente en la crianza de mi pequeña shoko

-shoko, ve y mira quien es, hija, dije yo desde mi pequeña oficina improvisada en mi habitación, pues, aunque mi negocio ya tenia un gran edificio a mi nombre, prefería ir solo cuando fuera realmente necesario

-hola, quien eres, escuché decir a shoko, me preocupe un poco, entonces me levanté a ver de quien se trataba, -vaya, eres igualita a tu madre, dijo aquel hombre mientras ponía su mano en la cabeza de shoko y revolvía su pelo

-mamá, hay un robachicos en la puerta, dijo shoko muy seriamente, su actitud me recordaba un poco a la de megumi cuando era un niño

-satoru, dije yo, fue una gran sorpresa, hace unos minutos había hablado con él, y no me había contado nada

-hola, linda, dijo él, yo corrí y lo abracé, -tu hija es muy bella, tiene tus mismos ojos, dijo él

-no sabes como hubiera deseado que ella tuviera tus ojos, dije yo, shoko sólo miro con extrañeza y volvió a su cuarto

-esa niña me recuerda tanto a megumi, dijo él

-definitivamente pensamos igual, dije yo.

(...)

Pasaron aproximadamente unos dos meses, yo seguía viviendo en mi apartamento junto a satoru, estábamos arreglando todo para poder irnos a vivir a dónde prometimos ir, pero mi única preocupación era mi hija, shoko no quería ir con nosotros, siempre sentí que quería quedarse a vivir con su papá, yo la verdad no quería separarme de ella, si tuviera que escoger entre satoru y ella, la elegiría mil veces a ella, es mi hija, y satoru entendía perfectamente eso, pero aunque ella aun era una niña, entendía las cosas mejor que nadie

-mamá, el señor gojo es bueno conmigo, pero yo me quiero quedar acá, yo sé que lo quieres mucho, y que tu te quedarías acá si yo te lo pidiera, entiendo que son temas de adultos, pero no quiero ir, quiero quedarme con papá, también quiero estar más cerca de tsumiki, no me quiero separar de ella, dijo mi hija muy seriamente, ella entendía muy bien las cosas, y sabía que decir, me pareció tierno que nombrará a tsumiki, ella era la otra hija de inumaki, su padre, se veía que la consideraba una hermana de sangre.

-hija, shoko, no te quiero obligar a vivir conmigo, sé que quieres mucho a tu pequeña hermana, por eso, lo mejor es que vivas conmigo y con tu padre a la vez, tsumiki también puede vernir con nosotros si lo deseas, dije yo

-mamá, me quiero quedar con tsumiki este mes, el siguiente iré a tu casa con ella, dijo mi hija, después la abracé y empaque una pequeña maleta para cuando ella fuera a la casa.

Hablé con inumaki esa misma tarde, él no se negó en ningún momento, podría ser un mal esposo, pero no era un mal padre, él quería mucho a nuestra pequeña shoko, acordamos una custodia compartida, shoko estaría medio mes conmigo y medio mes con él, cuándo shoko fuera a nuestra casa, también iría con tsumiki.