25. Easy solutions

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—Sabes que no podemos aprobar un aborto, pero... Ya no tienes que estar atado al concubinato si no quieres.

Wooyoung da un quejido. Debió suponer que no iría tan bien. Ha evitado cruzarse con la reina o el rey. Haber sido destituidos no cambia que siguen siendo la familia real y hasta no saber en dónde ponerlos, estarán en el palacio. Tampoco quita que Wooyoung espera a un príncipe.

— ¿De verdad puedo dejar de ser un concubino? ¿No me voy a tener que autoexiliar? —pregunta con labios temblorosos. Soobin asiente entre risas. Qué forma tan melodramática de verlo. Aunque es Wooyoung. Es normal en él.

—Y siendo el progenitor, pueden quedarte en el palacio como alguien de la corte. Quizá no es divertido, pero tendrás derecho a alguna habitación para ti fuera del serrallo.

Wooyoung hace puchero. La idea no le encanta. Nerea sigue por aquí y teme que indiferente a lo que Soobin diga, quiera continuar como hasta ahora. Que exponga su fidelidad a ella. Junta las manos varias veces y acaba por dar un lloriqueo. Aún no le dice nada a San ¿Cómo se lo va a tomar? ¿Y si deja de quererlo? ¿Y sí él también lo considera un traidor? Demasiado al mismo tiempo.

Apenas sale de la sala del trono donde tuvo su reunión con Soobin, es jalado del brazo, llevado a una habitación lejana y teniendo a la antigua reina sujetándolo de los hombros. Haciendo precisamente lo que tanto temía que sucediera:

—Tienes que hacerme un favor, Wooyoung.

. . .

—Disculpe, mi señor, pero ¿Que está haciendo?

Jongho levanta una ceja y observa con sospecha el acercamiento del hombre hacia Yeosang, quien tiene las pupilas dilatadas y parece a poco o nada de vomitar. No recibe ninguna respuesta se u pregunta, de hecho, el hombre el obvia del todo y se marcha sin decir una sola palabra. Jongho se acerca a Yeosang y el concubino no demora un segundo en apoyarse de él.

—Tienes temperatura alta—murmura Jongho tocándole la frente y seguido, el cuello—. Ven a la enfermería, revisaré que estes bien. No deberías tener los ojos de esa forma.

Yeosang se aferra del todo a él, sufriendo escalofríos y arcadas numerosas.

~ * * * ~

Organiza de mejor forma su habitación y da un profundo suspiro de alivio. Terminó la última de sus tareas. Enviar una carta a los reyes de Trieste para que no teman ningún ataque o represalia nueva. Por contrario, una invitación a que vengan a hablar con el nuevo rey y todo lo que podrían lograr como una alianza más fuerte.

Ahora tiene todo el tiempo del mundo para turistear la Atlántida. Su plan es pedirle a Wooyoung que lo acompañe y quizá incluir a Yeosang. Nunca lo ve salir y quizá le haga falta para estar un poco más vivo. Su pensamiento se interrumpe por el chapoteo tan conocido. Gira sobre sus talones y saluda a Seonghwa con la mano. En diferencia a ocasiones pasadas, Seonghwa luce molesto. Su entrecejo fruncido y expresión carente de sonrisa son intimidantes.

Sus pupilas contraídas en una franja perfecta que anuncia un estado de caza más que de amistad.

—Hola ¿Pasa algo? ¿De nuevo un problema? ¿Tu papá no quiso recibir el tridente? —balbucea Hongjoong sobándose las manos y encorvado, una postura tan tímida y encogida que lo hace ver más débil y frágil de lo habitual.

Seonghwa gesticula moviendo las manos y también los labios. Contenido apenas de hablar:

— "¿Por qué te vas?"

—Ah, eso—Hongjoong mira a otro lado y estira los labios a la derecha—. No puedo quedarme aquí por siempre... es decir—balbucea—. Amo estar aquí, viviría muchísimo más tiempo aquí abajo... pero necesito aire, necesito espacio, necesito sol, es... un poco agobiante de una forma que tú no vas a comprender.

The boy who found his soul || SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora