Capítulo 12: Lo que hagas será tu decisión.
7 de septiembre del 2021.
—¿Seguro que estás bien? Hace días que ni siquiera quieres aparecerte por casa.
—Sí, sí, no te preocupes, todo está espléndido—responde Álvaro, quien no suena muy convencido de lo que dice, a decir verdad—Te llamo luego, estoy haciendo algo importante.
No me da tiempo de decir nada porque rápidamente corta la llamada.
Su hermana me contó que hace días se fue a un hotel y desde entonces no ha vuelto a casa, aunque no es como si está escondido, hemos hablado con él y planeamos ir mañana mismo a tratar de hacer que regrese a casa.
Desde lo que pasó con Eva en su cumpleaños ha estado totalmente fuera de sí mismo, he intentado animarlo a hacer cualquier cosa para que no esté simplemente encerrado en un hotel, pero nada funciona.
Isabella me aconsejó darle su espacio, pero joder, Álvaro no es sólo mi amigo, es un hermano para mí, le debo más de lo que alguna vez podré darle a él. Me duele que esté como está.
Sigo pensando en como Angélica y yo vamos a hacer que Álvaro entre en razón hasta que recibo una llamada de Isabella.
—¿Para qué llama su majestad?
—Mis padres quieren que nos acompañes al Museo del Ferrocarril, no estás ocupado esta tarde, ¿verdad?—pregunta con un tono que me hace saber que aunque lo estuviera, tendría que posponerlo.
—Iba a arreglar unos asuntos de la universidad, pero escuchar tu pregunta me hace saber que lo haré otro día—reí.
—Perfecto. Te espero aquí, si tu madre quiere también puede venir, mis padres quisieran conocerla.
—Déjame preguntarle, justamente está aquí en casa—le comento.
—Vale.
—Te amo—murmuro.
—Siempre tan oportuno para decir las cosas, Rodrigo—exclama riendo.
»Yo también te amo, te espero aquí más tarde—dice antes de colgar.
Rápidamente me dirijo a la habitación de mi madre para preguntarle si nos quiere acompañar.
—Isabella nos invitó al Museo del Ferrocarril junto a sus padres, ¿quieres venir?—pregunto.
—Claro, no he tenido la oportunidad de conocer a los padres de ella, voy a prepararme—exclama con entusiasmo.
***
Realmente no soy en lo absoluto alguien que sepa de ferrocarriles, ni siquiera distingo nada de lo que veo, pero mi suegro parece estar embelesado con todo lo que ve. Parece que está cumpliendo un sueño.
—De niño siempre le gustaron los ferrocarriles, trenes o lo que sea que sean estas cosas, pero nunca pudo verlos de cerca, y luego cuando se fue a Londres, tampoco podía, quiso aprovechar esta ocasión en Madrid para venir acá—susurra Isabella.
—Está igual que yo la primera vez que mi mamá me llevó al Bernabéu a ver al Madrid—río.
Isabella voltea los ojos, pero igualmente se ríe.
—¿Cómo están tus tíos y Eva?—pregunto.
—Mis tios están bien, decidieron no venir porque ya han venido bastante. Eva por su parte... Aún no cede—dice con lamento—Supongo que ya no lo hará—culmina.
»¿Cómo está Álvaro?—pregunta cambiando de tema.
—Hablé con él esta mañana antes de que me llamaras, no creo que esté bien. Mañana iré con Angélica al hotel donde está para intentar que vuelva a casa—comenté.
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La Única Excepción
Teen FictionCumpliendo con el mismo papel de los clichés románticos que me gusta leer, apenas la ví sentí un ansía por querer conocerla, aunque eso provocara un desastre a mi alrededor. Ella tenía el poder de destruirme en cualquier momento, sin embargo, prefir...