No surprises

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Un día especial para un par de amigos. ambos se preparaban para salir de viaje, una de las actividades favoritas de ambos.

-¡Tarda más si quieres, ni que tuviéramos prisa! -Exclamó un joven de tez clara, cabellos azabaches, y unos peculiares ojos color violeta a la ves de su repetitivo pisoteo, resonando las botas de su armadura contra el piso.
Duxo estaba a nada del desborde de su paciencia, debido a que tuvieron que haberse ido hace más de dos horas.

-¡No es mi culpa! ¡No me despertaste! -Respondió con furia y nervios un chico de tez morena, cabellos castaños, y unos ojos color ámbar.

-¡¿Es en serio Aquino?! ¡Eres tú quién debía despertarme a mi! -Duxo creía haber escuchado poco interés en el tono de voz de su amigo, lo cual lo hizo enojarse un poco mas.
-¡Vamos dos horas tarde Aquino, terminaríamos llegando uno o dos dias después de lo que prometimos! -

Un par de minutos pasaron y el azabache estaba por ir de mala gana por su amigo el cual salía con prisa de la cocina con una mochila de un tamaño considerable, y a su ves batallando por cargar su propia maleta.

-Ya estoy listo, ¿Bien?, Lo haces más difícil cuando lo sobrepiensas, te hace daño primor. Cálmate un poco. -

-"Cálmate un poco", mis huevos aquino. - Dijo a la vez que intentaba ocultar su leve sonrojo por el ridículo pero lindo apodo que le puso su amigo

-Toma, que con esto te calmas -Dijo el castaño para después entregarle un pan y una botella con chocolatada al más bajo de altura.
Duxo solo comió y bebió lo que Aquino le dio, disminuyendo su mal humor.

Ambos chicos salieron de la gran casa que tenían en la cima de una gran montaña, y descendieron está misma fastidiandose un poco por la intensidad del sol, el cual afectaba mucho más al azabache que al castaño.

-Cejo se enojara si llegamos uno o dos días tarde, lo sabes, ¿Verdad? -Menciono el azabache con un poco de molestia y cansancio, ambos notorios en su voz.
Por los casi tres kilómetros recorridos.

-Ni siquiera sabe que día partimos, solo sabe que llegaremos en agosto. Aún tenemos un mes para llegar, a parte, de lo que no se entera no lo mata, ¿Cierto? -Dijo con un tono leve de sarcasmo, intentando relajar un poco el ambiente.
-Hey, Duxo. ¿Estás bien?, Te ves algo...¿Enfermo?...-

-¿Tu crees... Que esto... Es estar bien? - Dijo, con molestia y a su ves detenía su caminar -Aquino... No me siento muy bien...-El azabache en cuestión de segundos se desplomó en dirección al suelo, y siendo atrapado por su amigo, sorprendiéndolo a su ves.

Aquino soltó un suspiro con tristeza reflejada en su acción -Por dios Duxo, ¿Cuando aprenderás a decir "estoy cansado" o a mostrar debilidad antes de desmayarte? Espero que pronto, porque no es la primera vez.-

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Un azabache de tez blanca se encontraba reposando bajo la sombra de un árbol con una capa morada doblada entre si como almohada.
El árbol lo cubría del sol, cosa que alivio su estado físico y mental. Esto su amigo lo sabía, por lo que tardo en buscar dicho árbol; alto y con una gran sombra, para que su amigo reposará sin dificultad alguna.

Aquino solo observo el rostro de su amigo, amigo el cual quería como algo más, a lo que seguidamente se negaba a pensar o sentir.
Aquino para pasar el tiempo en lo que despertaba Duxo, hacía dos coronas de flores de dos distintos colores; naranja y violeta, combinandolas entre si.
Una para el y otra para su amigo. Unos largos cuarenta minutos se hicieron presentes y aquino se estaba cansado de realizar manualidades con flores, dos pulseras de la misma combinación de flores para cada mano de Duxo y para el, sumando las coronas que ya había hecho.

Un par de minutos despues el castaño se preocupo al ver cómo su amigo se movía con molestia y empezaba a soltar un par de lágrimas.
No quiso siquiera saber o imaginar que pesadilla tenía su amigo como para hacerlo llorar. Si bien, no era para nada común ver al azabache mostrar emociones, verlo llorar era aún menos común.
Con un par de sacudidas bruscas el azabache despertó, con una cara de horror y tristeza notoria.

Aquino al ver la expresión de su amigo, se preocupo más, y no dudo en preguntar sobre su estado. -¡Duxo! ¡Duxo! ¡¿Estás bien?¡ ¿Te duele algo? -

El azabache solo lo volteo a mirar para después jalarlo hacia el y tomarlo en un fuerte abrazo.

-¿Duxo... Estás bien? -Repitió el castaño, abrazando de vuelta al de cabellos azabaches

-Solo déjame estar así por un tiempo, ¿Quieres? -

-Claro...-

Mon amour - [Duxino] - WBNSXMC AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora