15 | Una sola realidad

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III. El sentimiento afrodisíaco.

     Hace no mucho tiempo atrás, Astrolabos y Wanderer acudieron juntos a un rinconcito del bosque de Sumeru para completar juntos una de las tantas misiones de los Aranara y así descubrir lo que había ocurrido con los niños de la aldea, y también para lograr despertar a la npc que había caído en coma tras enfrentarse a una zona marchita, sin tener un visión. Cualquiera que se hubiera topado con la dupla de magos no habría dudado en responder que estaban viendo una cinemática de dos personajes principales de la trama del juego, pues la manera en la que combinaban sus ataques y la facilidad con la que destruían a sus enemigos no parecía real.

     La astróloga hydro hacía uso de sus habilidades para atraer la atención de los robots y así llevarlos hasta una zona especial del campo de batalla, en donde cada tanto aparecía un orbe que le cargaba su habilidad definitiva al máximo sin tener que recolectar energía del suelo, mientras que el caminante anemo hacía uso de sus habilidades de vuelo para mantener a raya los enemigos y así evitar que la vitalidad de su amiga bajase, para finalmente, ambos lanzar la habilidad definitiva y realizar un combo que sobrepasaba con facilidad los doscientos mil de daño; aunque ellos estaban orgullosos de su combo, quedaron como completos novatos frente al pequeño Arabalika, que con un solo golpe de su bastoncito rompió a la mitad a un demoledor de las ruinas.

     Tras una actualización de historia, ambos quedaron sorprendidos con la música que se había añadido en la pelea contra el nuevo jefe semanal, y esto provocó discordia y una pelea campal de un semana entre ellos porque Wanderer mantenía la postura de que habían temas mejores, mientras que Astrolabos decía a todo el mundo que la nueva canción era la mejor pieza musical que se había compuesto en toda la historia de la humanidad, pero al final, y habiéndose disculpado por la cantidad de insultos que habían usado en las discusiones, ambos volvieron a su rutina actual y continuaron con su viaje por Teyvat.

     También, hubo una ocasión en la que ambos se reunieron a pasear por la ciudad de Mondstadt para simplemente disfrutar del lugar y de la actualización del evento, que convertía a la ciudad de la libertad en un hermoso destino turístico en el que era fácil perderse gracias a las corrientes de viento y a la cantidad abrumadora de tiendas que había a lo largo del mapa; había también un evento de combate para ganar premios, pero ese lo completaron el último día solo porque querían disfrutar plenamente las otras novedades. En dicha ocasión, el joven mago utilizó una buena parte de sus ahorros (mora) para comprarle accesorios exclusivos del evento a su compañera y así ayudarle a aumentar sus estadísticas, su colección de accesorios para customizar al personaje y la cantidad de objetos para su relajatetera.

     Ella en ese momento no tenía demasiadas cosas con las que agradecerle, y aunque se sentía presionada a devolverle el favor, él la tranquilizó diciendo que simplemente lo hacía porque quería y que no estaba esperando algo a cambio por portarse como un caballero.

     Claro está que el orgullo de la astróloga no podía ser aplastado de esa manera, y tras unos días de prepararse e investigar algunas mecánicas del juego que normalmente no le importaban (y que no terminaba de entender el porqué se habían añadido), recibió a Wanderer en su tetera y le hizo un show privado que le quitó el sueño al dueño del mago anemo durante un buen tiempo.

     Pero ahora, Astrolabos y Wanderer no estaban en el juego ni tampoco se sentían cómodos viéndose a la cara.

     Ahora, Mona y Scaramouche estaban sentados en silencio, con la mirada fija en el piso mientras procesaban la puta realidad que se habían estado negando a ver, mientras que todos los bonitos recuerdos que tenían juntos del juego se peleaban a muerte con los pensamientos tóxicos que tenían acerca del otro.

I need you, asshole [Mona x Scaramouche] | ValDonde viven las historias. Descúbrelo ahora