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Era un día común y corriente en el despacho, faltaba poco para su hora de descanso. Se moría de sueño y vaya que tiene suerte de que los pitidos de los autos de la calle lo mantienen despierto, (des)ventajas de vivir en la ciudad.

Levantarse temprano nunca ha sido de sus mejores cualidades, sin embargo le había prometido a su hijo prepararle un desayuno especial en su primera semana de inicio de clases. 
Entonces se levantó muy temprano y se esmeró por hacer un buen lonche para su hijo. Nuggets de pollo en forma de dinosaurio, un jugo de fresa con plátano, fruta picada en trocitos, una barrita de chocolate y vitaminas encubiertas por ositos de goma. Obviamente su botella de oso es para el agua simple. Todo eso en la lonchera más llamativa que tenía y ese día, viernes, tocaba la lonchera de superhéroes.

Le había quedado dos-tres. Ni tan feo, pero tampoco tan chido.

Ser padre soltero para él había sido tarea difícil más no imposible. Lo difícil es el esfuerzo detrás, y más luego de todo lo que tuvo que pasar. Menos mal recibió apoyo de su familia y era feliz con su pequeño.
El tener que pensar las cosas más de tres veces antes de decir algo frente a él a veces era complicado y poner los gastos que genera como principal objetivo para que no le falte nada a su hijito. Lo primordial fue brindar amor y cariño después vino todo lo demás. 

Actualmente en el trabajo le estaba yendo bien, no podía quejarse pues cubría justo todos los gastos necesarios, se siente satisfecho con su trabajo, no obstante su estilo de vida era un poco monótona. Odiaba admitir que estando lejos de su pequeño y conforme pasaban los años no tenía muchos recuerdos relevantes en su vida, específicamente la amorosa. 
Los hombres interesados en él no pasan de una noche y las mujeres se espantan cuando les dice que es padre de un hijo de ocho años. Entonces, en términos de algo serio, no, no tenía nada serio. 

Luego de reconocer brevemente su soltería miró su reloj de mano y preparó su bolsa donde tenía su almuerzo. Saboreando desde ya unos chilaquiles verdes que también se preparó en la mañana.

Pip pip

Por fin era libre, abrió la bolsa para confirmar si debía calentar su comida o si aún conservaba calor. 
Cuando abrió la bolsa, se encontró con un tupper de dinosaurios caricaturizados. 

Con el sueño que tenía en la mañana torpemente confundió los desayunos. 

—¡Suertudo el nene con los chilaquiles!

Y cuando estaba a punto de conformarse con comer nuggets… un olor desabrido lo golpeó justo en la nariz. 

—Definitivamente doble suertudo —murmuró tapándose la nariz y la boca, se apresuró a cerrar el tupper antes de vomitar.

De fondo pudo divisar a su buen amigo Javier apareciendo cerca de su lugar de trabajo con una sonrisa, parecía de buen humor. Ambos se saludaron al no haberse topado en la mañana. 

—¿Vas a comer afuera? —preguntó.

—Claro, mi Chucky. Cris me dijo que pasaba por mí —comentó Javier juntando sus palmas mientras subía y bajaba sus cejas como un diablillo aunque el apodo similar lo tuviera el otro hombre. —. Yo digo que hoy toca doble comida.

—No pues, que bueno. Como quería saber tus intimidades… —Lozano empezó a aplaudir sarcásticamente. —. ¡Aplausos para la pareja que está enamorada!

—Gracias, we —Hernández replicó con ese mismo tono irónico, luego se asomó entre las cosas de su amigo. —. ¿Tú también sales a comer?

—Yep —contestó soltando una mueca de asco tratando de olvidar no solo el olor sino el color de esos nuggets, parecía que tenían un mes ahí guardados con ese aspecto verdoso lleno de moho.

citatorio para enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora