ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 V 🍷

49 3 0
                                    

"Something Beautiful".

—Te contaré, Angeline...

Bill arrastró fuera de su rostro,
    las lágrimas que le brotaron, con
    ambas manos.

—Pero lo haré, cuando sea tiempo.

—Está bien, Bill. Yo escucharé todo
    cuando estes listo para contarme.

Pude ver un poco más de claridad
iluminar su rostro.

—Creo que ya debería volver, o el
sol me comerá vivo aquí. Ya está
    por amanecer.

Bill seguía aún triste, podía
sentirlo y quería animarlo de
alguna manera.

—Entonces era por eso que no
te vi en los días soleados?.

—Así es, la luz del sol quema terrible,
es patético cierto?. —dijo cabizbajo.

—No, no lo es.

Me levanté y me quedé un momento
sobre el borde, respirando hondo el
    viento fresco mañanero.

—Qué haces?, ¿no tienes miedo a
caerte?. Tú si te puedes hacer
daño.

—Lo sé. —me di media vuelta y me
impulsé dando un brinco para subir
al techo. —Ven conmigo, verás
algo hermoso.

Bill me siguió desanimado hasta detrás
de una ventana que sobresalía del
    techo, el estaba muy confundido,
    ambos nos ocúltamos detrás de ella.

—Jamás has visto un amanecer,
    cierto?.

—Jamás, el sol me quemaría...

    El seguía desganado, aún se le
    notaba, pero esperaba que mi
    intento de hacerlo sentir mejor,
    no fallara.

—El sol se pone del lado contrario al
que estamos. —señalé. —si nos
    ocultamos detrás de esto, podremos
verlo.

—Enserio?.

—Si, ven, acércate más, creo que
ya viene.

    Bill se sentó más cercano a mi y
    ambos pudimos ver, cómo la estrella
    de fuego se asomaba por dos grandes
    montañas, iluminando el oscuro cielo
    poco a poco en tonos anaranjados y
    rosados.
    Los ojos de Bill estaban más abiertos
    que nunca, y podía ver ese brillo
    característico en ellos de nuevo.
    Eran preciosos. Luego en esa misma
    mirada, pude verme reflejada,
    estaba observándome cómo lo
    hacía con el amanecer.

—Es hermoso... —sonrió.

—Te dije que verías algo hermoso,
    Bill.

—Y si que lo hice.

Luego una nube enorme y grisácea
bloqueó cómo siempre el sol, pero
esta nube que estaba cubriéndolo,
     era distinta a las otras, se tornó
     demasiado oscura, tal vez habría
     una gran tormenta.

—Hoy va llover terriblemente. —dijo
     el pelinegro. —Tú madre te está
llamando.

—¿Cómo lo sabes?.

—Puedo escucharla, Meredith...
—sonrió de costado luego de
pronunciar ese nombre.

—No me llames por mi segundo
    nombre. —supliqué.

—Bien, bien. —aceptó.

—Es verdad!, tienen que ir a trabajar,
    y tengo que llevar a Devin. —recordé.

Vampire Sacrifice; Bill Kaulitz.Where stories live. Discover now