1. Aquí comienza todo... (Emma Turner)

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Era un jueves por la tarde, exactamente las dos de la tarde con quince minutos, caminaba a prisa por el campus de la Universidad de California (UCLA), había obtenido una beca deportiva por voleibol hace año y medio y ahora estaba concentrada en mantenerla.

Estudiaba fisioterapia, amaba los deportes y siempre me gustó el entrenamiento físico; me dirigía a mi casillero para dejar todos mis libros, ya que en menos de diez minutos tenía mi clase de voleibol y era muy importante porque la entrenadora Jackie anunciaría quien de todas sería la nueva capitana del equipo; ella era joven, tenía 29 años y le gustaba que la llamaramos por su nombre, según ella aumentaba la confianza entre profesora y alumna; estaba muy emocionada, por eso, debía darme prisa.

Mientras caminaba recordé que tenía que mandarle mensaje a mi mejor amigo: Adam, estudiaba economía y prometí llamarlo antes de ir a mi clase de deportes, intenté buscar mi celular entre mis cosas, estaba tan concentrada en buscarlo y mantener en equilibrio mis libros entre mis brazos que no ví hacia enfrente cuando sentí como mi pecho chocaba contra otro y mis libros comenzaron a caerse.

-No puede ser, lo que me faltaba- dije molesta.

-¡Mierda, en serio lo siento tanto, déjame ayudarte!- dijo una voz masculina mientras se agachaba a ayudarme a recoger mis cosas.

-No... gracias, puedo sola- dije con un tono de vos más relajada sin mirarlo a los ojos porque estaba enfocada en ordenar mis libros rápidamente

-Okey, como quieras, pero para que quede claro, tu me chocaste a mi ¿de acuerdo?, yo venía de los más normal cuando te atravesaste en mi camino- dijo el chico con un tono burlón mientras se ponía de pie.

De inmediato me levanté para verlo a los ojos y retarlo, pero cuando lo mire algo dentro de mi cambio, era un sentimiento muy raro, como si mi alma se hubiera completado con solo verlo a sus iris verdes, esa mirada era única, jamás había visto una igual; antes de responderle, lo examine con más detenimiento, sus labios eran carnudos, tenía una quijada muy definida, su pelo era lacio, lo llevaba divido a la mitad y sus mechones de cabello del frente le llegaba a la altura de su ojo verde, por lo que tenía que hacérselo constantemente hacia atrás con su mano para que no le estorbara, baje la mirada y llevaba una playera negra de mangas cortas, dejando ver los músculos de sus brazos, se veía que este chico hacia ejercicio, también llevaba unos pantalones color verde militar y unos tenis Nike color blanco.

Deje de examinarlo de arriba a abajo cuando escuché una ligera risa saliendo de él.

-¿Qué es tan gracioso?- dije alzando una ceja.

El río de nuevo.

-Nada, solamente que...- se detuvo en cuanto sonó mi celular.

-¿Podrías sujetar mis libros, por favor?- dije torciendo mis ojos.

-Si, no hay problema- me dijo guiñandome un ojo.

Sonreí de lado forzadamente. Agarre mi celular de mi mochila y me quedé helada cuando ví que era el número de Jackie; siempre había sido muy comprensiva conmigo, pero sin duda en esta ocasión no me perdonaría tan fácilmente.

-¡Carajo!- dije echándome mi cabello hacia atrás para despejarme la cara.

-¿Está todo bien?- dijo el chico frunciendo el ceño.

-Si..., bueno no, es solo que en tengo que irme- dije quitándole los libros de sus manos. -Adioooos- le dije mientras me alejaba de el ondeando mi mano para despedirme.

-De acuerdo, adiós chica que no se su nombre- dijo con ironía mientras me veía como me marchaba

Reí. Voltee a verlo y me acerque de nuevo a el.

-Por cierto, tú me chocaste- le dije guiñándole un ojo, por consiguiente me di la vuelta.

-¡Por lo menos dime tu nombre!- grito. Solo reí sin voltear de nuevo.

En cuanto llegué a mi casillero me apresure a dejar todas mis cosas y corrí lo más rápido que pude hasta llegar al gimnasio donde se encontraban las canchas de basquetbol y voleibol.

Abrí la puerta y Jackie me fulminaba con la mirada. -Mierda- pensé.

-¿En dónde estabas señorita?- dijo cruzándose de brazos.

-Lo... lo siento Jackie, yo...- no pude terminar porque ella me interrumpió.

-Silencio, no quiero escuchar más excusas, ahora ve a sentarte con tus demás compañeras que tengo algo importante que decirles- dijo señalando al grupo donde estaban todas mis compañeras impacientes por la noticia.

Me senté a lado de mi mejor amiga: Maggie, ella estudiaba nutrición (también le gustaba mucho el entrenamiento y acondicionamiento físico), por lo que compartíamos algunas clases juntas, también compartíamos habitación. Siempre hacemos todo juntas, Adam siempre bromeaba con nosotras, ya que decía que parecíamos hermanas (en cierto modo tenía algo de razón), la conocía desde el jardín de niños y siempre estuvimos en las mismas escuelas, al igual que mi mejor amigo, los tres obtuvimos becas en esta escuela.

-Estaba muy preocupada por ti, ¿estás bien?, ¿qué te paso?- dijo alzando una ceja

-Larga historia, luego te cuento- dije sonriendo.

-Okey, bueno ya que estamos todas reunidas- dijo refiriendose a mi retraso- es hora de anunciar mi decisión con respecto a la capitanía del equipo, quiero que sepan que todas son excelentes jugadoras, pero solo una ha demostrado no solo lo buena que es en la cancha, si no, lo buena compañera que es- hizo una pausa- así que la nueva capitana del equipo femenil de la Universidad de California es...- apreté mis ojos con fuerza cruzando mis dedos con la esperanza de que dijera mi nombre- ¡EMMAAAAA!- dijo gritando.

¿Estaba soñando?, ¿era real?

Por siempre... amantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora