2. El chico misterioso. (Emma Turner)

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No lo podía creer.

El voleibol ha sido mi pasión desde niña y toda mi vida había trabajado muy duro para conseguir mi beca para entrar a la Universidad; cuando la entrenadora anuncio que escogería a una nueva capitana para el equipo después de que la anterior se había lastimado el tobillo, siempre tuve la esperanza de que me escogiera, pero nunca creí que así fuera.

Volví a reaccionar cuando todas mis compañeras empezaron a abrazarme, excepto una persona que no le caía muy bien que digamos, ella era Amalia, era la chica más popular de la Universidad y siempre quería ser el centro de atención.

-¡Hay dios mío!- dije emocionada- En verdad muchísimas gracias Jackie, te prometo que llevaré el equipo a la victoria- dije derramando algunas lágrimas de la emoción.

-Eso espero, ya quiero ver tu desempeño como capitana, espero que no me falles- dijo sonriente.

-Te prometo que no te arrepentirás - dije limpiándome mis lágrimas.

-Disculpa Jackie, pero no creo que Emma sea una buena opción para el equipo, por ejemplo, hoy llegó tarde a su propio nombramiento, cómo vas a confiar en ella si no es siquiera capaz de llegar temprano por una vez en su vida- dijo Amalia mirándome con enojo.

-No te preocupes Am, que eso yo lo hablaré en privado con Emma- dijo Jackie con un tono de voz relajado.- Por lo mientras, las necesito mañana a todas temprano, mañana empiezan los entrenamientos, así que las necesito muy descansadas, pueden retirarse, gracias- dijo oleando su mano para despedirse de todas.

En un momento, todas se fueron y solo quedamos Maggie, Jackie y yo.

-¡Felicidades bebé, te lo mereces más que nadie!- me dijo Maggie abrazándome. Reí.

-Todavia no lo puedo creer, es un sueño- dije sonriendo mientras abría la puerta de salida del gimnasio.

-Alto ahí- dijo Jackie ordenando los balones de voleibol.- Necesito hablar de asuntos importantes contigo Emma, a solas por favor- dijo mirando a Maggie.

-Okey..., me hablas cuando te desocupes ¿de acuerdo?- dijo agarrándome mi mano. Asentí y me dirijí hacia Jackie para ayudarle.

-¿Y..., de que quieres hablar?- dije alzando una ceja.

-Bueno, ahora tienes una responsabilidad muy grande, y necesito que te concentres y dejes de distraerte, por lo que aterriza ya de esa nube en la que te encuentras y te dediques al cien por ciento con el equipo- dijo cruzándose de brazos.- Ahora, ¿me podrías explicar por qué llegaste tarde?.

-Si, sobre eso, choque con alguien y luego...- me detuve en cuanto escuché la voz de Jackie que me interrumpió.

-Basta, solo quiero que me prometas que te vas a comprometer con el voleibol y que no nos vas a fallar.- dijo poniendo su mano sobre mi hombro.

-Tranquila, confía en mí, no les voy a fallar..., no te voy a fallar, eso tenlo por seguro- dije con un tono tranquilo.

-De acuerdo, te creo, ahora ve con tus amigos y festeja tu nombramiento, pero no abuses ¿okey?- dijo sonriendo.

Reí por su comentario.

-Si, en verdad ¡muchísimas gracias!- dije alejándome de ella.

En cuanto salí del gimnasio comencé a gritar de la emoción. Corrí hacia mi casillero para poder sacar mis libros y por consiguiente dirigirme a mi habitación.

Cuando cerré mi casillero, me llevé un gran susto, era Adam riendose por mi cara de susto.

-No vuelvas a asustarme de esa manera- dije sobándome el pecho.

Volvió a soltar un par de carcajadas; le torcí los ojos, odiaba que me asustarán.

-Lo siento, no quería asustarte- dijo sonriendo.- Me preocupe por ti, ¿por qué no me llamaste?, dijiste que lo harías antes de tu clase de voleibol- dijo recargándose en los demás casilleros.

-Si es cierto, lo siento, en verdad te iba a llamar, pero un idiota se atravesó en mi camino e hizo que llegara tarde a mi entrenamiento- dije molesta por volver a recordar al responsable.

-Bueno, no tienes que contarme sobre eso, ahora cuéntame cómo te fué en tu entrenamiento, ¿te dieron la capitanía del equipo?- dijo intrigado.

Lo miré triste antes de comenzar a reír. Me abrazó muy fuerte y luego me cargo dándome una vuelta.

-¡Felicidades nena!- me dijo agarrándome de las manos.- Yo he sido testigo de lo mucho que te has esforzado para poder conseguirlo, te lo súper mereces, estoy muy orgulloso de tí- dijo acomodándome mi cabello de enfrente.

-Muchas gracias, Maggie y tú me han ayudado muchísimo, sin su apoyo no hubiera podido llegar hasta aquí-. El sonrió.

-Sabes que te quiero mucho y siempre podrás contar conmigo para todo lo que necesites.- dijo acariciándome mi mejilla; siempre que hacía eso me sonrojaba bastante.

-¿Oye, te acuerdas que te dije que habían cambiado a mi compañero de cuarto al quinto piso?.- Asentí.- Bueno, pusieron a un nuevo chico, es de nuevo ingreso y es súper buena onda, te lo tengo que presentar, incluso estudia lo mismo que tú, también tiene una obsesión increíble con la salud física y...- no lo deje terminar.

-¡Ey!- dije dándole un pequeño golpe el en hombro.- yo no tengo una obsesión con la salud física- dije entre risas.

El también río mientras se sobaba el hombro; al parecer si le había dolido.

-Cambiando de tema, ¿vendrás a la fiesta de bienvenida?- me preguntó intrigado por saber mi respuesta.

La fiesta de bienvenida era un evento formal que organizaba la Universidad tres semanas después de haber vuelto de vacaciones, sinceramente nunca me gustó ir a fiestas, prefería mil veces quedarme en mi habitación estudiando, leyendo alguna novela romántica o simplemente ver una película de terror junto a mi mejor amiga mientras comemos palomitas o alguna otra botana; o sea, que en mi lista de cosas favoritas por hacer, ir a fiestas está en último lugar.

-No lo creo- dije al mismo tiempo que cerraba mi casillero.

-Pues yo creo que sí deberías ir.- dijo sonriendo. De inmediato negué con la cabeza. -Por favooooor, animateeeee, hazlo por mi ¿sí?- dijo suplicándome.

-Okey, está bien, iré a la dichosa fiesta, solo porque me suplicaste- dije con sarcasmo.

El río y festejo en silencio.

-El amigo del que te comenté también irá, así que ahí podrán conocerse- dijo entusiasmado como un niño cuando le compran un juguete.

-Ya quiero conocerlo- dije haciendo una sonrisa falsa.

Me despedí de él y camine hasta mi edificio, era el C, piso número nueve; mientras caminaba por el campus pensé en la fiesta, no tenía ganas de ir, solo le había dicho que sí para que no me siguiera molestando.

Adam me había dicho que fuera con Maggie, pero como sabía que ella era muy parecida a mí y diría que no, ya le inventaria alguna excusa a mi mejor amigo para explicarle el por qué no iríamos a la fiesta de bienvenida.

Le expliqué a Maggie y su respuesta me sorprendió bastante:

-¡SIII!- dijo emocionada.

¿Y ahora? Ya no tenía escapatoria para no ir a la fiesta.

Por siempre... amantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora