CAP 1: SECUELAS

8 2 0
                                    

La vida sigue. Sin importar las dificultades que se presenten, uno debe seguir adelante.

Ya habían pasado cuatro años desde La Noche de las Máscaras. William aún seguía en paradero desconocido. Los avistamientos de máscaras se habían reducido casi en su totalidad. Todo parecía haber vuelto a la normalidad en Los Ángeles, o bueno, casi todo.

Una noche más, Raven salía a su bar de confianza para olvidar todos los males, incluso si eso implicaba acabar durmiendo sobre su propio vómito.
Siempre lo hacía sola, no quería que nadie la viera en aquel estado tan lamentable.

—¿Qué se debe exigir de un policía, Raven? —la mente de la joven fue rápidamente transportada a la realidad. Ahora se encontraba conduciendo un coche, Carl iba de copiloto.

—Pues... —Raven se quedó un rato pensativa, la pregunta parecía a las que se hacían en la academia de policías. —Vocación, compromiso, empatía y sentido de la justicia.

—Es increíble que hayas entrado en el cuerpo a una edad tan temprana. —el joven mostró una gran sonrisa —A mí me espera casi una década de estudios intensivos. —suspiró.

—Medicina es una carrera complicada. —dijo para intentar consolar a su amigo —Solo imagina el día en el que tengas una placa en la que ponga "Doctor Carl Stevenson".

—Estaría bien. —sus palabras fueron acompañadas por una risa leve. —Por cierto, gracias por llevarme en tu coche todas las semanas. No quiero parecer que me aprovecho de ti por ser la única que tiene carnet.

—No pasa nada, no me cuesta nada. Además, así practico para cuando tenga que participar en una persecución. —Raven dio una carcajada, siempre lo hacía para ocultar el dolor y la impotencia que sentía. —De todas formas, creo que Theo se sacará el carnet pronto, así que podrás ir con él y conocerlo más.

Carl hizo una mueca de asco.

—No me hables de ese tío. Suficiente tengo con saber que pronto él y Allison harán un año de relación. —Carl miró abajo con un poco de rabia. —Es que... es tan duro, llevo enamorado de ella todos estos años, nunca he tenido el valor de decírselo. Ahora ella es feliz con otro hombre mientras que yo me derrumbo, soy tan deprimente...

—Oye, no te digas esas cosas. Solo tenías miedo de que ella no pudiera corresponderte. Decidiste no romper la amistad.

—Siempre he vivido con miedo. Soy un cobarde. —Echó la mirada al cielo como forma de resignación —Si William estuviera aquí...

—¡Ya hemos llegado! —Raven paró el coche en seco. —No tengas prisa, yo te esperaré aquí.

Carl se bajó del coche para llegar al mismo destino de todos los domingos por la mañana. El cementerio.
Hizo el mismo camino de siempre mientras observaba todos los nombres escritos en aquellas cruces, piedras e incluso estatuas hasta llegar a su tumba, "Finn Moore".

—Hola, Finn —saludó a su fallecido amigo y se arrodilló.

Antes de comenzar a hablar con él, realizó su rutina semanal, aprovechaba para limpiar su lápida, cambiaba las flores, encendía algunas velas y las cubría para que el viento no las apagara.

Después de aquel trágico incidente no quiso saber nada relacionado con Finn. Pero hasta hace unos años, tras la Noche de las Máscaras, logró contactar con sus padres. Al escuchar a Carl mencionar el nombre de su hijo, se mostraron altamente decepcionados de lo que había hecho Finn en un pasado. Simplemente informaron a Carl de donde estaba enterrado su mejor amigo, pero no quisieron hablar más con él y colgaron.

Cuando llegó la primera vez todo se sentía muy solo, supuso entonces que sus padres no iban a rendir homenaje a su hijo, pero estaba bien, él iba a estar a su lado incluso después de la muerte. Se disculpó por todo, y desde ese momento iba a visitarlo todas las semanas.

EL CLUB DE LAS MÁSCARAS FÚNEBRES 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora