🪻Capítulo 56🪻

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—Cuando era un niño, comenzó a vagar por las calles tras la caída de su familia. Tu madre lo encontró y lo llevó a la mansión. Yo también lo estuve buscando ansiosamente, así que lo acogí y lo crié como a mi hijo. Era un niño que... no podía dejar desamparado.


Mi abuelo me contó que Mariette encontró a Meinhardt, quien deambulaba por las calles después de la caída de su familia. Pero... no me dijo que pertenecía a la familia Kandel.

«Una familia maldita.»

La familia que me envió invitaciones y que me arrastró con fuerza a un lugar desconocido, e incluso el chico que claramente era Meinhardt en su infancia...

—...

Ni siquiera yo sabía exactamente lo que sentía.

Con los ojos vacíos como si no tuviera alma, Meinhardt miraba fijamente la figura esculpida de una persona colocada en el punto más alto del salón.

Cabello largo, liso y esposo que caía en cascada hasta los pies, un peplo que rodeaba los contornos de su cuerpo, y la mitad de su rostro se encontraba oculto por una máscara con cuernos que parecía ser hecha con los huesos de un animal desconocido... Estaba claro que era la escultura de un espíritu.

Temblé de miedo ante la extraña y espeluznante corriente de aire que empezó a fluir en el salón.

«¿De verdad comenzará ahora el sacrificio humano? ¿Qué debo hacer?»

¡Sin importar lo que hiciera, no podría salir de este lugar...!

—¡Que comience la ceremonia!

Los sirvientes de la familia Kandel empezaron a recitar palabras inaudibles al unísono mientras daban vueltas alrededor del exterior de la estatua situada en medio del enorme salón.

Una corriente dorada de electricidad comenzó a brotar del patrón negro como el carbón.

*Pash. Pash. Pash*

Mientras miraban fijamente el espectáculo de corrientes doradas mezcladas con negro que se elevaban con fuertes estruendos aquí y allá en el suelo.

Finalmente caí en cuenta de que el sacrificio humano había comenzado.

—¡...!

No podía morir así, ¡preferiría quitarme la vida antes de ser ofrecida como una ofrenda a una entidad desconocida y convertirme en un sacrificio para cumplir los deseos de alguien que no tenía nada que ver conmigo!

—Meinhardt...

Ese chico era Meinhardt en su infancia, así que no había forma de que me conociera.

—¡Meinhardt!

Sin embargo, lo único que podía hacer era llamarlo.

*¡Kugugungu!*

Sentí una enorme vibración sacudiendo los cimientos de la residencia del Duque.

—¡Por favor, Meinhardt! —grité con desesperación mientras cerraba los ojos.

De repente, el chico parado en lo alto de la plataforma con la estatua enorme, giró la cabeza y me miró.

Al mirar sus ojos negros, confirmé que el chico de mirada vacía era Meinhardt. Podría tratarse de un malentendido, pero en el momento en que me miró fijamente, sentí como si su conciencia hubiera regresado momentáneamente.

—¡No mires atrás! —gritó con fuerza un pariente consanguíneo de la familia Kandel.

Poco después, comencé a sentir la presencia de alguien corriendo con furia hacia mí. ¿Fue por haber interrumpido la ceremonia?

Nacida como la hija oculta del protagonista masculino y la villanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora