V

131 22 11
                                    

¡Advertencia!
Este capitulo no pretende normalizar el uso de sustancias ni muchos menos el consumo sin prescripción, debida responsabilidad y efectos secundarios de estos.

Por favor no lo lleves a práctica. Si te sientes identificado con esto acude a tu autoridad de confianza más cercana

Espero y disfruten del capitulo. Comenten y voten, los quiero demasiado. ¡No vemos luego panes con jamón!

➢➣➢➣➢➣➢➣➢➣➢➣➢➣➢➣➢➣



¿𝘾𝙪á𝙡 𝙚𝙨 𝙚𝙨𝙖 𝙝𝙖𝙗𝙞𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙩𝙖𝙣 𝙚𝙨𝙥𝙚𝙘𝙞𝙖𝙡 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙨𝙘𝙪𝙗𝙧𝙞𝙨𝙩𝙚? 𝘾𝙤𝙡𝙢𝙖𝙧 𝙡𝙖 𝙥𝙖𝙘𝙞𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙥𝙞𝙡𝙖𝙧.


Él no llegó a su casa.

Todavía seguía buscando el por qué actuó así, tan, espontáneo o audaz al salir de su boca tremenda insinuación de que quería que Akaza continuara asistiendo a las clases de Kendō, ni siquiera lo conocía bien y ese exactamente es el problema. Claro, tenía que ser no tan introvertido en ocasiones y realmente es como salir de tu 'zona de confort', varias veces se animaba a prolongarse más de dos miserables oraciones y luego, está el susodicho de pelo rosado que solo bastó media hora para formar un enredo con él. Se retuerce de sólo recordar haberse comportado de aquella manera, se supone que tiene que dar el ejemplo.

El muchacho "Haz algo y no querrás ver qué te va a pasar" peleando, a casi que puño limpio con un estudiante proveniente de otra Academia. ¿Es que acaso no pensaba en las consecuencias? Le es inevitable pensar qué clase de rumores se divulgarán de el en la Academia, con cada persona agregando su aún más retorcida pizca de cizaña que la anterior. Claro, no lo dicen, pero es obvio que lo piensan de eso está completamente seguro, cuchicheando en el momento que lo vean, sintiendo en su nuca las miradas cuando cruce los pasillos.

Dios, te pedí una vida emocionante no esto ¿Acaso no podías leerme la mente?

Todo pasó todo tan rápido, no se supo medir, actuó sin pensar, tal vez no midió las consecuencias y ahora está pagando el precio de no pensar con la cabeza en frío. Su pecho subía y bajaba en un fallido intento por mantenerse.

Tan sólo caminó dos cuadras más allá de la academia junto a Sabito y Makomo. Sus pensamiento y emociones se encontraban demasiado revueltos como para detenerse e identificarlos, se sentía a punto de ceder a una abrupta caída libre en cualquier instante. Los tres son como 'hermanos de otra madre', sí, juntos en las buenas, las malas y peores, sin embargo, cómo siempre le faltó el valor para explicar la razón exacta por la cual los otros dos tendrían que ir a su respectiva casa, dejandolo solo andando por ahí haciendo quién sabe qué.

Que pésimo y maldito marica cobarde.

¿Por qué no puede tener el valor suficiente para decirle de frente a sus seres queridos que se encontraba mal? ¿Que sólo necesitaba continuar sin compañía su camino a su vivienda? Lo que pensaba no salía de su boca, el nudo en su garganta comenzaba a dificultar el pronunciar coherentemente las palabras se quedaban atoradas; ocultas más allá de sus dientes, junto al mar de líos y emociones que retenía. Sentía el corazón pronto salirse de su lugar.

¿Por qué siempre es tan cobarde? Huyendo de enfrentar y solucionar las cosas de frente, esperando el momento perfecto para ser valiente y nunca llega. No, el si puede hacerlo, pero ahora no, no cuando la gran muralla de adolescente líder formidable que construyó se derrumba. Fibras nerviosas que si se tocaban lo condenaría en un efecto domino. Y sí, para cierto tipo de cosas están tus personas cercanas, para ayudarte voluntariamente, fortaleciendo lo que eres y serás pero, esto ya no era su asunto o al menos no del todo.
Tal vez debería de calmarse, urgentemente. Si tan sólo fuera tan fácil deshacerse de estos sentimientos.

¡𝑮𝒐𝒍𝒑𝒆𝒔! 彡 Akagiyuu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora