No Me Sueltes (BakuShima)

5: Conociendo el territorio enemigo

Niega con la cabeza al ver a su hermano entrar con una gran sonrisa en los labios y con una gran carpeta entre manos; sabe muy bien lo que viene y odia que las cosas hayan tenido que ser así. Llevará a cabo el plan de Bakugo, pero a escondidas de su hermano. Es evidente que eso no saldrá nada bien, aunque se podría decir que se va a ahorrar uno o dos sermones.

— Lo han aceptado —Anuncia su hermano lo que es obvio para él, pero aun así se pone de pie y se lanza a abrazarlo, genuinamente le da gusto los logros de su hermano.

— ¡Te dije que lo harían! —Porque Bakugo así dijo que sería. Maldice por dentro ante ese reconocimiento.

— Sí, solo me tomo un mes recopilar la nueva información, ordenar los datos y realizar las gráficas de diferencias —Iida lo separa del abrazo, sonriéndole animadamente—. Gracias por el consejo.

— Para eso están los hermanos.

— Sí, para darnos consejos y escucharlos, cosa que tú no haces.

— Es que tus consejos no son del todo coherentes —palmea el hombro derecho de su hermano, dándose la vuelta para caminar hacia su cuarto—. Iré con Nika y de ahí me paso a retirar a mi apartamento —Porque una vez aceptado el proyecto, él debe de seguir andando con el plan orquestado por Bakugo—. Recuerda llamar a nuestros padres.

— Eso debería decir yo; ¿ya has guardado los números necesarios?

— Ya.

— ¿No vuelves hasta cuándo?

— Pues solo me he quedado una noche, pienso usarla otro día —Al salir del cuarto ya trae puesta su manga y una gorra color roja—. Nos vemos el lunes, ¿sí?

— Ve con cuidado.

Sale del apartamento luego de acomodarse la bolsa para pierna, dirigiéndose sin contratiempos hacia con Nika. Hoy irá a Lilith's Lap para hacer dos trabajos, uno de ellos es ir con Shinso de nuevo, le sorprende que sea así, pero también debe de agradecerle por sí haberle pagado lo de la vez pasada.

Bakugo al devolverle la bolsa dejo una tarjeta con su número de celular, el dinero que Shinso le pagó por la prueba de audio y un CD, claro que no ha podido escucharlo porque no tiene ningún reproductor. Podría conseguirlo en casas de cambio o antigüedades, pero al no estar cien por ciento interesado en ver el contenido no lo ha hecho.

Al llegar al apartamento de Nika, golpetea tres veces la puerta y da un paso atrás, esperando paciente a ser atendido. Voltea hacia su derecha y ladea ligeramente la cabeza al ver una pareja vieja tomarse de la mano y andar por el camino; ese tipo de imágenes lo alientan a hacer las cosas bien. Vivir un romance así, encontrar a alguien que quiera caminar a su lado por muchos, muchos años y eso lo hace un ser cruel, pues al ser un humano que sale con una mujer lobo, es obvio quien seguirá el camino solo.

— ¿Eijiro? —Voltea al ser llamado, sonriendo al dar con Nika, quien ve hacia el mismo lado que él anteriormente estaba divisando— ¿Por qué espías a viejos?

— No los espiaba.

— Si tú lo dices —sonríe de lado ante eso, ofrece su mano derecha a ella y Nika no duda en tomar su mano para luego guiarlo por uno de los senderos—. Vayamos por un helado, tengo antojo.

— De acuerdo, vamos por el helado.

Estar con Nika es increíble, ella realmente sabe lo que quiere y no duda en decirlo, eso a él le facilita mucho el hacerla feliz. Pasa la tarde con ella, platicando de los días que no se vieron y los planes que tienen, es una lástima que en ellos no pueda ser incluido. La manada a la que pertenece su novia no los dejaría disfrutar nada y él no quiere que la hagan sentir incomoda.