Sentimientos

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En Hogwarts, más concretamente, en el despacho de

Albus Dumbledore, director del mismo.

-Señorita Granger -saludó el profesor Dumbledore a Hermione cuando cruzó la puerta echa un manojo de nervios.- ¿A qué se debe su visita?

-Nada específico profesor -tartamudeó.

-Bueno... ya que está aquí... ¿Me podría decir por qué cada vez que busco a la señorita Potter con uno de mis aparatos la veo tan... triste? -le dijo mirándola por encima de sus gafas de medialuna.

-N-no lo sé, señor -susurró Hermione retorciéndose las manos.

-¿Seguro? Ya sabes que las mentiras con el tiempo llevan a algo mucho peor -dijo el anciano elocuentemente.

-Bueno... es que... -Hermione no sabía que hacer. Bella era su amiga y estaba de acuerdo en que los chicos era unos completos patanes, y además con MAYÚSCULAS. Pero en el Ejército de Dumbledore habían echo un juramento de honor, que concernía los chivatazos de cualquier tipo.- Es que estaba enfadada con ella porque no va a volver a Hogwarts y solté muchas bobadas sin pensármelo.

-¿Estás segura? -preguntó el profesor y Hermione asintió.- Raro... teniendo en cuenta que ya sois como 5 distintos los que os lo adjudicáis. ¿Comparten méritos? -Hermione le miró estupefacta y luego se dio la vuelta para ver a Alicia Spinnet, Angelina Johnson, y Ginny y Ron Weasley allí sentados con cara de circunstancias.

-Tú tampoco aguantaste la culpabilidad ¿eh? -murmuró Ron.

-Ya he tenido suficiente -gritó Harry abriendo las puertas de golpe con Fred y George tras él.- Fuimos nosotros ¿Vale?

-Eso sí me lo creo -susurró Dumbledore.- Harry, tu hermana ha sufrido mucho...

-¿Y yo no? -gritó furioso.

-Ella más. Tú no has perdido a tu mejor amigo ¿verdad? -Harry miró a Ron y a Hermione y luego apretó los dientes.- Harry, deja que sea feliz. Ella tiene una familia ahora.

-¡Usted lo sabía! -gritó Fred.- ¡Usted sabía lo que pasaría, y por eso la envió a Forks!

-¡Nosotros también somos su familia! -apostilló George.

-Chicos... vosotros la queréis como a una hermana pequeña ¿Verdad? -ambos asintieron.- Pues entonces dejadla ir. Si verdaderamente amas algo, déjalo libre, y si vuelve es porque siempre os perteneció.

EN FORKS

CASA DE CHARLIE ''SWAN''

Una figura recorría la habitación de Bella con la mirada. Cogió una camiseta de color rojo y se la llevó a la nariz. Aspiró con una sonrisa sádica en sus labios. Cogió un par de almohadas y pasó al salón de un ágil salto. Allí, Charlie dormía con la tele encendida retransmitiendo todavía un partido de béisbol. Los Sox de Boston contra los New York Yankies. El neófito sonrió de nuevo.

Sería tan fácil acabar con la vida de aquel humano... pero no, entonces aquel extraño clan de ojos amarillos lo sabría. Cerca, muy cerca, estaba el momento en que acabarían con ellos.

Los ojos borgoña del sádico vampiro se iluminaron con un brillo maníaco que solo podía provocarse por una cosa: venganza.

Mientras tanto, en la frontera de la Push.

-Bella -llamó Jacob.- Por favor, te lo ruego, perdóname.

-No puedo Jacob. Esta vez te has pasado de la raya. Y no puedes arreglarlo.

Yo soy Bella Potter by ceci9123Donde viven las historias. Descúbrelo ahora