Esta es una historia que me ha generado una inteligencia artificial (IA)
Había una vez una pequeña alubia blanca llamada Chubbu y tenía una banda morada alrededor del cuello. Vivía en un huerto junto a muchas otras alubias, pero el siempre se sentía diferente. A diferencia de las demás, Chubbu tenía extremidades, pequeños brazos y piernas que le permitían moverse y explorar el mundo a su alrededor.
Chubbu soñaba con ser famoso con algún videojuego. Veía cómo las otras alubias eran recogidas y llevadas a la cocina para ser cocinadas en deliciosos platos, pero el quería algo más en la vida. Quería ser reconocido por su singularidad y talento.
Un día, mientras exploraba el huerto, Chubbu se encontró con un ajolote llamado Milo. Milo era conocido por sus habilidades mágicas y Chubbu se sintió inspirada por el. Le contó a Milo sobre su deseo de ser famoso y cómo quería que la gente le reconociera por sus videojuegos.
Milo sonrió y le dijo a Chubbu que todos tienen algo especial que los hace únicos. Le sugirió que mostrara sus habilidades en un talentoso concurso que se celebraría pronto en el huerto. Chubbu se emocionó con la idea y decidió prepararse para el gran día.
Durante semanas, Chubbu practicó diferentes habilidades programadoras. Aprendió lo básico, los sistemas Online y el diseño 3D. También descubrió que era muy bueno en el arte de sobreexplotar. Con cada prueba, Chubbu se sentía más seguro y emocionado por su oportunidad de brillar.
Finalmente, llegó el día del concurso de videojuegos. Chubbu estaba nervioso, pero decidido a dar lo mejor de sí mismo con aquel juego. Subió al escenario con gracia y comenzó a enseñar el juego que tanto le costó crear, Multiverso. La audiencia quedó impresionada por su Gameplay y aplaudió emocionada.
Luego, Chubbu enseñó todo el trabajo que hizo el mismo. Sus pruebas eran trabajos sin terminar y pruebas del online, y todos quedaron cautivados por su código. Finalmente, mostró su equipo al que sobreexplotó y lo mucho que ellos aportaron al juego.
Cuando terminó su actuación, el público se levantó de sus asientos y le ovacionó. Chubbu se sintió abrumado por la emoción de ser reconocido y agradecido por los jueces, saltó del escenario y se fué corriendo para no dar su parte del premio a su equipo de desarrollo que los llamaba, "el sótano".
Chubbu se volvió multimillonario creando juegos y vivió felizmente sabiendo que nunca será despreciado.
FIN
