Enid estaba asustada, llevaba más de tres horas buscando a Merlina por el pueblo y no la encontraba. No era muy grande como para no dar con ella, así que estaba aterrada de que se hubiera marchado y la dejara allí. No, Merlina no le haría eso aunque estuviera muy enojada con ella, así que estaba en el pueblo o cercas de el.
Alzo la mirada, dos cerros estaban a lados contrarios del pueblo y cada uno tenia cultivos y algunas casas esparcidas. Dudo unos momentos, Merlina era de aislarse del mundo y que mejor uno de esos cerros para ir a calmarse después de su discusión reciente. Eligio el que estaba a su mano derecha y puso marcha rápida hasta que un grupo de niños le cerraron el paso al correr desenfrenados a jugar. Uno de ellos la miro con sorpresa y la señalo.
-¡Es usted muy hermosa! -dijo con tono maravillado. -Luce como una hermosa princesa de los cuentos que lee mi hermana.
Enid lo miro sorprendida e incómoda por el cumplido.
-Gracias. Y tú te ves como un pequeño príncipe. -dijo como agradecimiento.
-¿De verdad? -dijo feliz y miro a su amigo cercano. -Ya ves, ¡soy un príncipe!
-¿Y a mi qué? Yo quiero ser un héroe, no un príncipe. -replico el chiquillo hinchando el pecho. -Los héroes son fuertes, valerosos, aventureros, buenos combatientes y tienen mejor suerte con las chicas. ¡Tienen peleas increíbles contra los malos y salvan a las princesas!
Enid estaba por irse cuando llegaron más niños y niñas al lugar, atraídos por la pelea de los dos primeros. Pronto la consulta se volvió un censo con la pregunta: qué es mejor, ¿príncipe o héroe? La situación era extraña, ya estaba escapando cuando los niños la miraron curiosos.
-¿Usted que prefiere, hermosa señorita? -Cuestionaron todos
Una consulta con tono serio ameritaba una respuesta seria, lo considero adecuadamente. Cuando era niña, ella quería un príncipe azul, como todas las chiquillas de la edad que leer cuentos o ven las películas en la televisión. Pero hubo un día en que descubrió que ella no encontraba realista amar a un príncipe que conoces en un día y te casas con él al siguiente. Entonces recordó como Willa y Waverly pusieron la película de Mulán y su perspectiva sufrió un nuevo enfoque: una mujer independiente que pelea por los demás era mejor que una damisela en apuros. Incluso en un ambiente bélico y lleno de peligro, uno podía encontrar el amor. Uno que sufriría adversidades, mentiras y calumnias pero que al final encontrarían la manera de solucionar sus conflictos y ser felices.
-¿Hermosa señorita? -la llamaron levemente asustados.
Enid parpadeo, saliendo de sus meditaciones y con una sonrisa respondió.
-El que me enseñe a pelear a su lado, a protegernos a ambos y a comprender más allá de mi percepción. -respondió con una sonrisa tierna.
-¿Entonces un héroe? -pregunto uno con emoción al saberse ganador.
-No necesariamente debe ser un héroe o príncipe.
-¿Qué seria eso?
-Una persona. -Enid soltó una risilla divertida. -La felicidad esta en quienes menos esperemos.
-¿Oh? ¿Usted ya encontró la suya? -pregunto una hermosa niña de mejillas rojizas, pelo negro y ojos azules. Su expresión era de alguien apática pero la sonrisa en sus labios indicaba que era risueña.
-Creo que sí. -respondió Enid deslumbrada por la niña. -¿Cómo te llamas?
-Rebeca. -respondió la niña amablemente.
-Da miedo, ¿verdad? -dijo un niño para molestarla. -Siempre parece enfurruñada y cuando se irrita lanza unos gritos y golpes que no se imagina.
-¡Roberto! -grito Rebeca indignada. -No es mi culpa que me parezca a mi padre. -se cruzó de brazos.
ESTÁS LEYENDO
LUNA ROJA: INHERENTE AMOR
Fiksi PenggemarNada es lo que parece. Merlina y Enid se enfrentan a una profecía que parece unirlas pero ¿Los aliados de verdad son aliados? Ambas pasarán pruebas que las harán reafirmar su amor y descubrir si de verdad pueden estar juntas.