IX: preguntas molestas

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— ¿Quieres… pasear? —soltó tratando de romper el hielo.

No sabía de qué hablar con ella, no la conocía lo suficiente y lo costaba pensar en formas de conectar mejor con su persona.

Aunque en general me costaba hacer amigos.

— ¿A dónde? —preguntó frunciendo ligeramente el ceño, haciendo a Dereck rodar los ojos con fastidio.

No es que le molestaran sus preguntas, solo quería salir de ahí rápido y alejarse de los demás.

— ¿Por qué siempre tienes que hacer preguntas? —se quejó.

— Vamos. —la tomó de la mano y se la llevó al patio trasero.

Via arrugó el entrecejo aún más. Le confundía su manera de actuar, solo quería entenderlo un poco mejor, pero no sabía cómo.

Mientras tanto Dereck cada vez estaba más irritable, y peor aún, era la niñera de nuevo.

Solo quería pasear para despejar su mente, pero no podía dejar a la humana sola, tenía que cumplir con su responsabilidad.

Por otro lado, le fastidiaba un poco que Via no dejara de hacerle preguntas molestas.

Bueno, no estaba hablando aún, pero sabía que algo se le ocurriría.

— Y… ¿cómo estás? —empezó en un intento de acabar con el silencio espeso que se había formado alrededor de ellos.

Dereck hizo una expresión de molestia. No era su intención, solo quería estar solo, pero tenía que cuidarla.

— Cansado. —soltó como si le molestara la pregunta, aunque en realidad solo no quería admitir que comenzaba a sentirse cómodo cerca de ella.

Le preocupaba encariñarse de alguien mortal como había hecho Sanders antes, porque sabía lo doloroso que era decir adiós. Lo había visto en él.

Vía no supo que más decir, nuevamente se habían varado en la conversación.

— ¿Por qué no has intentando escapar? —preguntó Dereck de pronto.

La verdad no tenía idea, quizá se sentía segura, quizá no tenía la energía para huir y atravesar 20 kilómetros de bosque hasta la civilización más cercana.

Quizá sentía que tenía que quedarse, a pesar de todo, a pesar de todos. Era como si sintiera que tenía algo por hacer y no pudiera dejarlo sin terminar.

En realidad no sabía cómo salir, esa era la respuesta más sencilla, al menos por ahora.

Al menos mientras trataba de entender que había más cosas ahí afuera, más cosas de las que aún podía entender.

— Yo… no lo sé. Creo que me gusta aquí. —Dereck la miró de reojo. Le comenzaba a agradar y no quería admitirlo.

— A mi también… —sonrió levemente.

No le gustaba sonreír, mostrar sus colmillos. Sentía que se veía mal, la gente temía cuando lo veia, pero esta vez se sintió diferente.

Siguieron caminado alrededor del patio, bajo la luna, cerca de las fuentes y los arbustos. Sobre el camino de piedras en el suelo.

Vía lo miró y por un momento sintió que aquel silencio no era más incómodo. No necesitaban hablar, solo caminaban en círculos, alejados del escándalo de la reunión y los clanes.

— ¿Quieres ver algo? —la miró con una sonrisa divertida.

Ella lo observó tratando de descifrar a qué se refería.

— Ven, vamos. —tomó su mano nuevamente y la llevó entre los arbustos más florecidos.

Salpicando el rocío sobre el vestido de la chica en una suave fragancia a rosas.

Pasaron bajo un marco de enredaderas y atravesaron al otro lado encontrando una estatua de piedra en medio de un círculo de césped fresco.

Vía observó el lugar fascinada.

Guau…

Dereck la miró con una sonrisa involuntaria.

Se sentaron sobre el césped húmedo, sin importarle si arruinaba su vestido o le daba un resfriado.

— A veces vengo aquí a despejar mi mente. —dijo mirando al cielo estrellado sobre ellos.

— Es hermoso. —siguió ella embelesada.

— Es tranquilo. —la corrigió. — Y seguro. —se giró a verla.

— ¿Por qué me muestras esto? —lo miró confundida.

— Porque… te tenía que cuidar. —se recostó sobre el suelo y soltó un suspiro.

— Le agradas a Lenny… —siguió desde el piso.

— Y es obvio que a Sanders también. —Vía lo miró con confusión.

— ¿Te agrado? —Dereck le lanzó una mirada rápida.

— No me agrada nadie…

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Por otro lado Sanders decidió volver con Vía a asegurarse que estuviera bien.

Busco en el salón, entre los clanes y los muebles, pero no estaba ahí.

Salió al jardín principal.

— Lenny, ¿has visto a Via? —le preguntó algo preocupado.

— Debe estar con Dereck, creo que estaban en el salón.

— No están ahí. —siguió algo alterado.

— No deben estar muy lejos. Tal vez en el jardín de atrás. —le sugirió.

Sanders corrió de vuelta al salón y lo atravesó hasta salir por el otro lado, donde estaba el jardín trasero.

Los buscó con la mirada cada vez más alterando. No podían estar tan lejos, a Dereck ni siquiera le caía bien Via. Pensó para calmarse un poco.

Caminó un poco por el patio hasta que recordó el escondite que tenía Dereck entre unos rosales viejos.

Se abrió paso entre los arbustos y encontró en el interior a ambos, mirándose y sonriendo bastante cómodos, haciendo a Sanders sentir como se le hacía un nudo en el estómago.

No le gustó verlos tan cerca, tan tranquilos, tan alegres.

— ¿Que hacen aquí? —los interrumpió con brusquedad y ambos se voltearon a verlo bastante sorprendidos.

— Creí que estabas descansando. —soltó Dereck casi como si le exigiera una explicación para su aparición tan repentina.

— Creí que no querías a Via cerca. —siguió con agresividad y la chica miró a Dereck de reojo.

¿No me quiere cerca?

El mayor se levantó un tanto molesto y se acercó a Sanders.

— Raku nos dijo que la vigiláramos, ¿recuerdas? No es mi problema si no asumes tus responsabilidades, pero al menos yo si hago mi parte. —gruñó nuevamente haciendo a Sanders enfurecer.

Tensó la mandíbula a punto de explotar. No sabía lo que decía solo quería herirlo.

— Lo dice quien decidió encerrarse en su habitación antes que defender a sus hermanos. —le reclamó con fuerza.

La mirada se Dereck se enfureció de pronto.

— Tú no eres mi hermano…

























R.P.

( créditos a los autores de las fotos… )

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2023 ⏰

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