Solo pídelo

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Es sextember, oh sí! (Técnicamente es agosto XD) Jajaja Bueno, yo no soy muy buena escribiendo lemon o lime, pero he aquí mi humilde aporte a la actividad #Sextember4 que está siendo realizada por la página de Facebook Fanfics y Fanarts de Ranma Latino. Gracias por la invitación!
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La bata de entrenamiento se deslizó suavemente desde sus hombros hasta quedar a la mitad de sus brazos, revelando su blanca piel desnuda.

Aún no podía ver sus pezones, ni su pequeño ombligo a mitad de su vientre perfecto, escondidos bajo la tela amarillenta del gi, incrementando su deseo y su ansiedad por verla.

Él se removió inquieto sobre la silla en la que se encontraba sentado en mitad del dojo. Si tan solo pudiera tocarla y arrancarle aquella odiosa tela de encima!. Arrinconarla sin escape en el dojo y silenciar sus reclamos con besos y caricias que venía guardando desde hacia años.

Perderse juntos en el silencio de sus labios y la melodía de su cuerpo, alejados de todo y de todos...pero no podía, no podía, no podía!.

Por qué no podía? Sus manos estaban atadas tras de su espalda en precisa precaución de no dejarla hacer lo que ella quería: Seducirlo.

Torturarlo, más bien.

Por Kamisama, necesitaba tocarla con tanta urgencia que dolía.

Akane le sonrió con malicia y dejó caer la parte superior de aquella indumentaria suya. Luego se acercó despacio hasta estar frente a él, que tragó con esfuerzo ante la imagen semidesnuda de su prometida.

Ambas palmas de las manos de la chica de cabello corto se posaron sobre sus rodillas masculinas como mariposas y un escalofrío le recorrió el cuerpo entero. El corazón se le aceleró un par de latidos y su miembro saltó emocionado en su pantalón, anhelando recibir alguna cálida atención de la chica de ojos color café.

-Akane, suéltame ahora mismo, por lo que más quieras-suplicó con voz ahogada.

-Dime, Ranma-habló ella, ignorando su pedido, rozándolo con la piel de la base de sus senos al arrodillarse entre sus piernas -Aún piensas que mis pechos son insignificantes y pequeños? Sigues creyendo que no soy capaz de excitarte?.

Las manos femeninas se aventuraron por su abdomen endurecido por el ejercicio diario y delicadamente descendieron bajo sus bermudas hasta llegar a su entrepierna, en espera de su respuesta, pero sin tocarlo en el área que más atención reclamaba de su cuerpo.

Qué podía decir él en tal momento? Acaso podía eludir la situación y mentir como lo hacía usualmente? Podía él insultar sus medidas femeninas? Podía negar su atracción? Acaso era capaz de vociferar que no le gustaba ni un poquito su siempre señalada mal proporcionada figura?

No. Para él ya era demasiado tarde, su cuerpo había dado una respuesta. Una bastante evidente, estaba por demás decir.

En ese instante, como nunca antes creyó en su vida, lamentó permanecer siempre en su forma masculina. Antes, como mujer, seguro que le sería más fácil mentir ante ella. Pero al sur de su anatomía, justo hacia donde toda su sangre se acumulaba presurosa, la verdad buscaba dolorosamente alzarse gloriosa y ser liberada.

- Ranma? Si todavía tienes dudas, ¿debería quitarme la parte inferior del gi?-preguntó Akane, irguiéndose un poco más, hasta casi rozarle los labios.

¡Oh, por todas las deidades del universo!, ¿¡cómo es que él había permitido que todo llegara a ese punto?!

-Ay, es verdad.-la escuchó decir con falso pesar en la voz, alejándose de él, que ya casi alcanzaba a saborear su aliento cálido- Tengo caderas de elefante y muslos de gorila. Supongo que no quieres verme desnuda. Discúlpame, me he pasado está vez.-admitió avergonzada mordiéndose el labio inferior.

Akane se retiró despacio del lugar que ocupaba entre sus piernas, mirándole fijamente y las palabras se agolparon en su garganta buscando salida en su voz.

Quería gritarle que no se alejara, que eran todo mentiras, que jamás le había encontrado realmente un defecto a su silueta...pero sólo un gemido lamentable se escapó de sus labios al percibir el suave calor de su cuerpo junto al suyo.

Ella se sentó a horcajadas sobre sus piernas y le rodeó el cuello con ambos brazos, dejándolo más excitado que nunca en su vida.

Como hombre que era supo que, probablemente, ella no haría algo así nunca más y si él no se decidía en ese instante jamás podría experimentar el placer de tocarla. De besar sus labios y su piel. De ser el primero y el único en recorrer cada centímetro de su cuerpo, grabando en su mente sus apasionados gestos y su sabor...

No había forma, no había forma, no había forma de que eso pasara!.

-Te quiero-admitió finalmente, a punto de reventar las sogas que lo ataban.

-Qué dices?-replicó Akane, separándose para mirarlo con desconcierto -Qué acabas de decir, Ranma Saotome?

-Te quiero aquí y ahora, Akane-se escuchó decir y abrió los ojos aún sorprendido de las emociones que le embargaban.

- En serio? Solo me quieres a mí, Ranma?-la sonrisa traviesa de su prometida lo hizo caer en cuenta de su vergonzosa realidad.

Maldita sea su suerte, maldito sea por Kamisama!

Estaba soñando! Sólo había sido otro estúpido sueño!.

Peor aún, estaba hablando dormido, confesando sus más profundos sentimientos y deseos de manera tan vergonzosa, precisamente, ante la única mujer que los provocaba en él.

-Akane...verás, yo no...-se apresuró a defenderse, aunque no sabía bien cómo hacerlo. O si aún debía hacerlo, para ser mas exactos.

Con la velocidad de un rayo, la menor de las Tendo dejó un casto beso en sus labios.

-No sé que estabas soñando, pero solo dímelo con confianza, ya somos novios, recuerdas?-Akane suspiró sonrojada.- Ahora, arriba que ya es hora de levantarse o llegaremos tarde a clases-afirmó cubriéndose los labios con una mano.

Ah, su pequeña marimacho era tan inocente que no media el riesgo de colarse a su habitación en la mañana y pretendía dejarle sólo con aquel beso.

-Y nuestros padres?-preguntó él con unas ganas muy mal disimuladas ahora que ya estaba más consciente.

-Regresarán está noche, junto al maestro Happosai-confirmó la joven con obviedad.

Ranma se apoyó de costado para estar más cerca de ella y alargó una mano hasta alcanzar su mejilla derecha y acariciarla.

-Y tus hermanas?-volvió a preguntar, esa vez con voz más profunda, mirando fijamente a su prometida, sentada a su lado.

-Salieron temprano en la mañana. Kasumi a comprar y Nabiki a la Universidad.-explicó sonrojada por la mirada cargada de intenciones que él le estaba dando.

-Entonces, estamos solos?-quiso confirmar él.

-Ajá-respondió ella sintiendo que el corazón se le escaparía del pecho cuando él la cubrió con su cuerpo en un rápido movimiento.

-Grandioso, porque acabo de soñar contigo, Akane.-confesó mientras degustaba el sabor del cuello de su prometida-Debería decirte lo que soñé?

- Ranma...-soltó la chica en un suspiro al sentir su dura erección rozando su cuerpo -no estoy segura cuanto tardará Kasumi.

-Ella irá a ver a Tofu, obviamente que se tardará mucho.-aseguró Ranma, dejándola sobre el futon para quitarse la camiseta.

-Bien-aceptó ella, bastante a feliz con poder tener ese pequeño momento para ellos dos.

Aquí y AhoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora