Durante los últimos 2 meses en esa casa nada había cambiado o al menos eso intentaban aparentar frente a Kayler.Hera: —entra a la habitación de su hija— Abbie, te quería comentar algo.
Abbie: ¿otra vez lo mismo?
Hera: no, nada que ver con el viaje de mañana, es sobre tu hermano.
Abbie: ¿qué pasa con Gian?
Hera: Últimamente, ha estado actuando raro.
Abbie: ¿alguna vez ha sido normal?
Hera: cariño, lo digo en serio, tengo miedo de su actitud, ¿no sabes por qué ha sido tan intenso con la idea de viajar hasta Estados Unidos, precisamente a ese lugar?
Abbie: mamá, de cierta forma es tu culpa, sabes como es Gian cuando siente que algo es un reto para él, si le hubieras dicho él solo lo hubiera olvidado.
Hera: las cosas no son tan sencillas como crees.
Abbie: no tienes que afligirte, si no quieres solo di que no, no tienes porque dejar que haga lo que quiera.
Hera: Gian hace que todo sea tan complicado —pasa sus manos por su rostro frustrada— en fin, olvídalo, supuse que Gian te había dicho algo de porque quería ir otra vez allí.
Abbie: no te preocupes por nada mamá, yo te contaré todo lo que pase, sabes que puedes confiar en mí.
Hera le sonrió a su hija y salió de su habitación, no sabía si Abbie de verdad no lo recordaba o sólo fingía no hacerlo para que ella se sintiera bien, de todas formas se sentía agradecida por eso.
En el pasillo se encontró con Gian el cual actuaba descaradamente como si no hubiera hecho nada malo, porque para él esto no era la gran cosa.
Gian: no olvides llamar a Adam, mamá.
Hera: —me asusté al escuchar como mencionaba a Adam con tanta confianza en la casa de su verdugo— cállate Gian, cállate de una buena vez, me estás hartando.
Gian: —levanta las manos en son de paz— perdón, solo quería asegurarme de que no lo habías olvidado.
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Al día siguiente.
Hera estaba más nerviosa que de costumbre, lo único bueno de toda esta situación era que Kayler no se había entrometido en el asunto. Ambos hermanos ya estaban en el aeropuerto junto a su madre esperando embarcar en su vuelo.
Hera: nada de tonterías, llamen al menos 2 veces al día, nunca le cuenten nada a su padre y siempre cuéntame las cosas a mi primero sin mentiras y sin omitir nada, ¿entendido?
Abbie: si mamá, entendemos —Hera se acercó hasta ella y le dio un abrazo— no duraremos una eternidad.
Hera: lo sé —se separó de Abbie y observó a Gian algo distante, pero igual se acercó abrazarlo— lo lamento por mi actitud de estos días, pero es que no entiendes lo que pasa y actúas de manera descuidada con algo que para mí es importante.
Gian: yo también lo siento, pero tú también actuaste como si mis sentimientos no fueran nada, para mí esto es algo valioso, no quiero que mi vida entera gire en torno a la mafia y mientras me quede aquí nada será distinto.
Hera: —me sentía culpable, al parecer lo que yo veía como un capricho suyo era su forma de alejarse de lo que yo ya consideraba normal. Esta situación me hace sentir como la persona egoísta que era y que al parecer sigo siendo— está bien cariño, tengan un buen viaje.
Sin más retrasos, cada uno tomó su rumbo, unos de ida y otra de regreso. Después de unas cansadas horas de vuelo, los hermanos llegaron al aeropuerto encontrándose con una familia que los esperaba con un cartel y toda la buena intención para recibirlos, sin embargo, el único que sonreía algo confundido y decepcionado era Gian.
La persona por la que realizó dicha travesía era la única que no estaba ahí.Adam: ¡Bienvenidos niños! —los recibió con los brazos abiertos al igual que Michelle—
Michelle: vamos al auto y nos cuentan que tal el vuelo, Abril tuvo que quedarse dando vueltas por el alrededor con el coche porque no encontramos estacionamiento.
Tras la llamada de su madre, Abril llegó a la puerta del aeropuerto para recogerlos, cuando bajó del coche no se cohibió y abrazó a Abbie de manera cálida y de igual manera fue correspondida.
Gian se veía ansioso, nadie decía nada, pero todos lo notaron, pero pensaron en que era por la emoción de reencontrarse con su prima. Cuando Abril lo abrazó no se sintió igual que con Abbie, el abrazo de Gian era más territorial, se le hizo incómodo y largo, además escuchó como él olía su pelo.
Gian: te extrañé —susurró—
Abril: —su voz y su tacto me daban escalofríos, me alejé de él y propuse irnos ya, papá se ofreció a conducir, ya que tendríamos que cruzar carretera, subí primero al coche rezando por no estar al lado de Gian, no tengo nada en su contra, pero él me hace sentir incómoda— Oye Abbie siéntate a mi lado.
Abbie: no puedo, necesito ir en la ventana o me da malestar. Gian sube tú.
Michelle: hija deja que Gian vaya en la otra ventana, así puede ver el paisaje.
Abril: ¿cuál paisaje, una carretera?
Gian: estoy bien, no me incomoda estar en el medio —a él le daba igual el sitio mientras fuera cerca de Abril—
Mientras Adam conducía, tanto él como Michelle les hacían preguntas sobre todo lo que se les venía a la mente. Abril veía con admiración a Abbie, era bonita, tenía ojos cafés grandes y un pelo ondulado precioso y sus dientes eran como perlas, su voz era delicada y cuando decía cosas en italiano era muy elegante.
A diferencia de Gian al cual no había visto por más de cinco segundos seguidos, no podía describirlo más allá de lo que me hacía sentir su presencia y no era nada agradable.
¡Buenos vibes!
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Atrapada en mi libertad
LosoweParece ser que no existe forma, ni persona capaz de salvarse de la enfermiza obsesión de los Berlusconi, ni siquiera ellos mismos. Poderosos, manipuladores y sobre todo obsesivos. El mundo les pertenece junto a las personas que habitan en él, alguna...