Capítulo 2

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El camino del hospital a la torre del hokage no implicaba una gran cantidad de tiempo, sin embargo, la pelirrosa caminaba por las calles ya un poco solas, con tal calma como quien retrasa a propósito su llegada, y es que ciertamente no tenía prisa alguna en llegar, conocía a Kakashi como la palma de su mano, si fuera un asunto urgente, habría pedido a un ninja que la custodiara hasta llevarla en el menor tiempo posible a su oficina, pero en casos como ese, sabía que tal vez solo quería charlar un rato, saber de los proyectos, o simplemente saludarla y saber cómo se encontraba, era consiente del por qué lo hacía, ya más de una vez su antiguo maestro la había reprendido por el sobre esfuerzo laboral que llevaba, que la confinaba día y noche en el hospital, descuidando su alimentación y dejando de lado el descanso mínimo que cualquier ser humano necesita para estar sano, es por eso que el peliplata recurría a su poder como hokage para hacer salir de su madriguera a una esquiva pelirrosa, aunque eso no molestaba del todo a Sakura, le agradaba pasar tiempo con kakashi, se distraía un rato, tomaba aire y de paso aprovechaba su visita para enterarse de los temas importantes que involucraban a la aldea y asegurarse por ahí derecho de que la salud de su sensei estuviera en orden, ya que si Sakura era descuidada, el hombre que lideraba a la aldea era igual o peor.

Luego de unos cuantos minutos más de camino, la gran estructura que indicaba su punto de llegada se fue haciendo más grande, algunos ninjas todavía andaban por el lugar, señal de que apenas terminaban sus misiones, otros custodiaban en lugar y unos cuantos se retiraban ya a sus hogares, durante el trayecto hasta la oficina principal saludó cordial a algunos conocidos, deteniéndose un par de veces a responder preguntas banales sobre el hospital, sobre su trabajo incluso sobre su vida privada, respondiendo a todas con simples afirmaciones sin dar mayor detalle y excusándose en que el hokage la necesitaba urgente y se debía retirar.

-¿Hokage-sama?- dijo desde afuera tocando la puerta, sabía que no le gustaba que lo tratara con tanta formalidad, pero ella insistía en hacerlo a menos que se encontrarán solos, esto para no desmeritar su título, ya suficiente tenía con Naruto que desde el mandato de su maestra Tsunade; fue un tonto imprudente, a ella le importaba que los demás vieran que su maestro era un líder capacitado y merecedor de respeto por todos en la aldea.

-Pasa Sakura- respondió un hombre con un rostro consado desde un gran escritorio- Te llamé hace más de una hora- sentenció serio mientras la veía ingresar a su oficina.

- Perdón, me perdí en el sendero de la vida- contestó con gracia mientras avanzaba hasta sentarse en la silla que había designado como propia, desde ya hace un tiempo que hacía sus visitas.

-Que graciosa, deberías dejar de ser doctora y buscar un circo- dijo mirándola meintras ella se dejaba caer con pereza sobre la silla.

-Bueno, pues ya tengo en mente un par de payasos que podrian acompañarme- sonrió mientras giraba la cabeza hacia la ventana, viendo desde ahí el monte dónde estaban esculpidos los rostros de los Hokages, prestando mayor atención al de su maestra, cuyo rostro, a pesar del paso de los años; no envejecía, todo debido al rombo que llevaba en su frente, el cual ahora ella también compartía, se preguntó si también se vería igual de joven si llegara a la vejez, suspiró un poco abrumada y posó los ojos ahora en el rostro de su sensei, se veía maduro - Debieron también esculpirle las ojeras- mencionó volviendo la vista hacia su maestro.

-No recuerdo haberte llamado para que te burlaras de tu Hokage- surpiro kakashi

-Es su culpa por citarme a estas horas, ahora dígame hokage-sama ¿Para que me necesitaba?- acabo interrogando con un tono sarcástico.

-¿Cómo va el proyecto del hospital?- preguntó más relajado el mayor

-La semana pasada le pase un informe con toda la información que necesita saber, no me diga que no lo leyó- contestó la pelirrosa un tanto indignada

Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora