¿Cómo decides entre deber y querer? ¿Cómo te desarmas a ti mismo para volverte a construir? ¿Cómo puedes dejar de ser un error? ¿Cómo?
Se lo ha preguntado desde qué tiene memoria, pero no ha sido capaz de encontrar una respuesta.
Él no pidió ser un omega.
Él no pidió que al nacer, su vida fuera totalmente para complacer los deseos y órdenes de un alfa.
Él no pidió ser rechazado por su familia y que su vida tuviera una dirección diferente.
Él no pidió ser considerado una mascota ante los ojos de quienes dominaban el mundo.
Todo tiene una razón de ser que siempre hace sentido en un futuro, pero Nick, no cree que exista alguna válida para lo que su padre estaba haciendo con él.
Su cuerpo se inclina hacia la derecha cuando el auto viejo da vuelta en un sendero, busca acomodarse para adelante con la esperanza de que sus ojos tengan mayor visión; tenían el sol de frente, a lo lejos podían verse ya algunas carpas y cabañas, y el inmenso bosque abrazándolos.
Le gustaba el ruido de las llantas sobre la terracería, el traqueteo que generaba la inestabilidad del suelo le provocaba un boicoteo emocional, como al estar en la cima de una montaña rusa y saber que en algún momento tiene que bajar.
—¿Por cuánto tiempo me quedaré? —se queda expectante, sin apartar la mirada de su hermano, quien evita mirarlo a los ojos.
Sabía la respuesta a la perfección, pero quería que de alguna manera Jasón se apiadara de él.
—Todo el verano.
—¿Pero si el celo llega antes?
Hubo un amargo silencio. Su padre había prohibido esa conversación por su "bienestar emocional" pero por Dios, era él quien corría peligro.
Le parecía una completa estupidez y, en algún momento le generó burla, porque ¿Por qué enviar a un omega al único lugar donde posiblemente exista la mayor reunión de hombres, de alfas, con la única intención de ser "curado"?
Era una pena que en pleno siglo XXI siguieran existiendo tantos prejuicios.
—Hace un día fantástico, lástima que tenga que estar aquí. —vuelve a intentarlo, Su vista se centra en los pinos que comienzan a rodear el auto.
La luz le da directo en el rostro, sus ojos avellana se intensifican, los puede ver en el espejo retrovisor, tienen un destello amarillo mezclándose entre lo gris y verde. Su piel parecía de porcelana, la cual se veía brillar y sus labios lucían mucho más rojos de lo habitual, como si los hubiera estado mordiendo durante todo el camino.
—Lo hace por tu bien.
Se mantuvo en silencio, pero ojalá lo hubiera hecho por el resto del camino. Aquellas palabras no dejan de reproducirse en su mente, una y otra vez. «Lo hace por tu bien».
ESTÁS LEYENDO
Indeleble•BORRADOR
Teen FictionDesde que miró fijamente la carta que su padre le había entregado, sabía cuál sería su sentencia. El sello dorado de la familia Galitzine adornaba el papel pergamino, una señal de la importancia de su contenido. La noticia que derramó la tinta en...