44

145 15 1
                                    

"Hola, mi odiosa. Ya llegué a Medellín, estoy esperando en el hotel. ¿Me extrañas?"

"Hola, mi estrella. Voy a salir a trabajar, pero te voy a pensar mucho, si estoy por tu mente sabes que soy yo"

"Hola, odiosa. Un mensaje más para que no me extrañes, tu tonto"

"Estaba pensando. Que si vamos a tener cinco hijos hay que comprar un departamento o una casa más grande, los nuestros son muy pequeños"

Este hombre hablaba en serio cuando dijo que iba a llenarme la bandeja de mensajes; perdí la cuenta de cuántos he leído.

"Habíamos quedado que serían cuatro, no me gustan las casas, son muy peligrosas y llevan mucho trabajo"

"¡Mi amada decide contestar!, Por fin algo que me alegra el día"

"No me has dejado trabajar" — mentira, ni tiempo he tenido de ver mi celular.

"Si no me has respondido ninguno de mis mensajes"

"Quería saber cuántos necesitabas para rendirte"

"Nunca lo haré, el día que no te escriba preocúpate, porque algo le pasó a tu dulce"

- Qué cara de tonta, jamás había visto esa sonrisa tan brillante — escucho a Armando entrando a mi oficina.

- Me vuelves a llamar tonta y te voy a hacer ver a tus antepasados.

- Uy, pero qué humor tan pesado — se ve diferente, serio.

- El mismo de siempre, menos mal llegas.

- Estaba ocupado en algunas reuniones y le dije a Marta que te avisará.

- ¿La novia o la publicista?

- La que trabaja aquí, el punto es que estaba en unas reuniones, lo cual nos trae más trabajo y me duele la cabeza para discutir contigo, soy tu jefe, no debo darte explicaciones — se despertó de mal humor.

- ¿Quién te las pidió? — se quita los lentes horribles que lleva y me mira fijamente — ¿dónde están los lentes que te hice comprar?

- A Marta le gustaron y se los quedó, hablo de la novia, guapa top model e inteligente que tengo — claro, sobre todo inteligente.

- Si tú lo dices, el caso es que llegaste, por lo tanto, te informo que en tu agenda tienes otra reunión con el bufete Viera.

- ¿Con tu no, novio? — lo dice de mala forma — en mala hora acepté ese bufete — ¿este qué tiene ahora?

- Se les envió un diseño a sus socios, y a ninguno le gusta, por lo mismo, encárgate tú de trabajar con ellos, o se los pones a Marta, como quieras.

- ¿A tu no, novio, no le gusto?

- A mí no, novio, le encantó el diseño, pero según sé, al parecer a los demás socios no les parece, creo que mencionaron algo de que no está siendo objetivo y tal vez tengan razón. Por ello, nos cuidamos de salud, y tú manejas el proyecto, igual cuando tengas todos listo, yo haré mi magia y para eso no necesito tratar con ninguno de ellos.

- Tal vez no estás siendo muy objetiva en el diseño, y no quedo a la altura — ¿no dijo eso? Busco el diseño en mi computadora.

- Por esa razón, es mejor que lo hagas tú — volteó la computadora y se lo muestro.

- Eso está bueno.

- Lo hizo Donna con ayuda de uno de los abogados del bufete, y algunos pequeños cambios que le agregue.

- Sigues recargando a Donna en el trabajo, tenemos una publicista.

- Yo decido con quién trabajo Armando, me gustan las cosas en su máxima excelencia, así que como no les gusto y ambos primos han terminado bien insultados por mi persona, te dejo el gran proyecto Viera a tu cargo. Además, yo me encargo de la mercadotecnia, no de la publicidad.

Bajo la lluvia de estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora