Capítulo 24

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Nueva York, Año 2018.

Aquella mañana cuando Peter despertó no esperaba que su día sería tan caótico. Primero se preparó para ir a la escuela y a pesar de la invitación de Tony para recogerlo después de clases y pasear por Central Park, decidió quedarse con sus compañeros de para asistir a la excursión. Subió al autobús escolar junto a sus amigos tomando asiento al lado de MJ, la morena rara vez mostraba sus emociones y esta era una de esas ocasiones porque le regaló una linda sonrisa.

El destino de la excursión era el Museo de Historia y Ciencia Natural de Nueva York, uno de sus museos favoritos. Cuando finalmente la excursión acabó y el autobús iba de regreso a la Escuela Midtown, el castaño se concentró en su teléfono móvil. Sonrió al leer mensajes que Liz le había dejado y estaba redactando una respuesta para su novia cuando dejó de prestar atención al teléfono debido a la fuerte punzada de su sentido arácnido indicándole que algo andaba mal.

Guardó su teléfono móvil y levantó la mirada notando los vellos de sus brazos totalmente erizados. Sus ojos marrones se dirigieron a la ventana del autobús encontrándose con dos enormes naves espaciales flotando por los cielos de Nueva York. Rápidamente tocó repetidas veces el hombro de su mejor amigo que se encontraba sentado un asiento por delante de él, solo Ned podía ayudarlo, pues era el único que conocía su secreto.

— Ned — Llamó a su mejor amigo — Necesito una distracción — Pidió mostrando discretamente la ventana donde se podían ver las naves y de inmediato Ned asintió dispuesto a realizar lo solicitado.

— Vamos a morir — Gritó a todo pulmón llamando la atención de sus compañeros — Naves espaciales — Continuó gritando mientras se dirigía a la ventana trasera del autobús con todos los adolescentes siguiéndole los pasos.

Peter suspiró más tranquilo dando una rápida mirada a su alrededor antes de buscar en su mochila los disparadores portátil que Tony había fabricado para él. Activó los disparadores y lanzó la primera telaraña con el propósito de abrir la salida de emergencia del autobús escolar. Corrió hacia la salida antes de que sus compañeros dejarán de prestar atención a la invasión alienigena que estaba sufriendo la ciudad.

— ¿Pero qué les pasa? — Escuchó preguntar al conductor mientras que por fuera del autobús, Peter se ponía su mascara de Hombre Araña para que nadie lo reconociera — ¿Nunca han visto una nave espacial? — Fue lo último que pudo oír antes de arrojarse por el puente y lanzar su segunda telaraña para lejarse del transporte escolar.

El anciano del autobus tenía razón. Esta era la primera vez que él y sus amigos veían una nave espacial, pues hace seis años, en el ataque a Nueva York los transportes de los Chitauris eran tan pequeños que no podían catologarse como una nave espacial. Aquella vez, un Peter de diez años había visto las noticias por televisión junto a sus tios, Ben y May. El castaño fue uno de los testigos de como su héroe favorito, Iron Man, había salvado a la ciudad volando con el misil a cuestas para enviarlo directamente al agujero de gusano.

Esta vez, Peter lucharía codo a codo junto a su heroe favorito, por esa razon no se dirigió directamente donde las naves espaciales se encontraban. Lanzando sus telarañas logró llegar a la ubicacion de Iron Man que luchaba contra un alienígena de considerable tamaño. El castaño arácnido quedó fascinado viendo como Tony y Steve luchaban juntos. Un rayo de calor dió en el escudo del Capitán reflejandose en este para dirigirse hacia el villano dando directo en el blanco, a eso se le llamaba trabajar en equipo.

Y hablando de equipo, la familia de Natasha no se quedaba atrás. Alexei enfundado en un ajustado traje rojo demostraba su fuerza lanzando todo tipo de cosas al villano, mientras que Melina y Yalena disparaban. Lamentablemente, la criatura parecía ser inmune a las balas y a cualquier cosa que le arrojaran.

365 días que lo cambiaron todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora