Agua Estancada

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Third miro hacia ambos extremos opuestos, en definitiva no había otra manera de llegar al otro lado del cuarto más que pasando por el agua. 

La habitación estaba en una azul penumbra, no la suficiente para nublar la vista, gracias al universo. También estaba el agua, no más de diez o quince centímetros de estancada agua semi-verde, semi-transparente; ese efecto se debía a la falta de luz en el lugar, casi no era posible ver el piso por culpa de la sombra y el agua. 

Necesitaría cruzar para poder avanzar, en esa infinidad de cuartos de apariencia descuidada y con poca visibilidad. 

Escuchó una respiración, no muy lejos ni muy cerca, entrecortada y en definitiva no parecía humana, posiblemente estaría a un par de cuartos de distancia; suficiente motivo para helarle la sangre y empujarlo a actuar rápidamente. 

Apoyado en la pared para no tambalear, se quito tanto los zapatos como los calcetines, de cada pie, arremango un poco el pantalón del final de la pierna y, con una inquietud como para revolverle el estómago a cualquiera, se metió a la negrura del agua sin seguridad cierta de que no habría algo que le lastimara la piel al caminar. 

Los primeros metros no fueron tan tormentosos de cruzar pues algo de luz del pasillo le alumbró, en cambio por la mitad de su trayectoria quedo a merced de la media oscuridad. El apodado Nazi se dio un momento para respirar, mirando por sobre el hombro de donde venía, tragando en seco por devolver la vista hacia su avanzar. 

No es tan difícil, no sería tan difícil si tan sólo los sonidos de rasguños a las paredes y el aliento de quién sabe qué cosa los sintiera casi a su costado; mas al girar la vista la nada es lo único que se mostraba. Sintió el cuerpo temblar al notar cómo el agua dejaba de estar en temperatura ambiente a helarse casi por completo, no se ha congelado de milagro. 

Dudó en seguir, con cada metro recorrido el liquido aumentaba unos dos centímetros. Llegó a un punto donde el agua le llego por entre el medio del muslo, quizá a estas alturas lo mejor sería avanzar nadando para ahorrar tiempo, pues terminar empapado y frío sería el menor de sus problemas bajo una situación así. 

Cuándo se preparaba mentalmente para meter la mayor parte de su cuerpo al agua estancada, un horrible chirrido hizo eco entre las paredes pálidas llenas de vegetación acuática, cómo si un objeto puntiagudo estuviésemos siendo deslizado por una superficie de cerámica/porcelana. Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo al Tercer Reich en el momento que giro la cabeza hacia atrás, divisando una criatura amorfa con las extremidades exageradamente alargadas, masticando en el hocico... ¿un ushanka con estrella roja manchado de sangre.. ?

Quiso correr cuando la bestia dio un paso en su dirección. Las piernas se le congelaron por la temperatura, el corazón lo sintió en la garganta y sus pupilas se encogieron a más no poder, mínimo intento cubrirse el rostro con los brazos al tener tal criatura a poco espacio. 

Lo próximo que sintió fue su pierna izquierda siendo jalada por lo que sentía era una mano, con la piel rasposa y para su sorpresa: caliente. Mucho, extremadamente caliente, un drástico giro al ambiente, que lo percibió como si el sol le estuviese quemando la carne de esa zona. Los gritos que soltó después de eso fueron callados por el agua, cayendo de espaldas a ella. Las extremidades de la monstruosidad se centraron en su cuello y pecho, estrangulando el primer nombrado y ejerciendo presión en el segundo, evitando que Nazi se levante. 

No sólo era el cambio de temperatura, en verdad las manos de esa cosa estaban ardiendo y Third pudo confirmarlo al ver parte de su sangre mezclarse con el agua. 

Al no poder defenderse contra tal aberración y mucho menos escapar, en sus últimos segundos consiente vio a plenitud los ojos de su agresor, grises y brillantes; para su desgracia también pudo ver cómo la boca de la criatura se abría a su máxima capacidad, acercándose al rostro del alemán... 

El aire se le escapó de los pulmones. 

Por instinto dio un brinco desde donde está, abriendo ambos párpados y encontrándose con su realidad.Un sueño, lo anterior había sido sólo un sueño... o bueno, quizá una pesadilla. 

Recuperó aire al notar que no estaba respirando, tragando grandes bocanadas de aire. Sudando, las manos temblando, el pánico aún en lo fresco de su memoria.  

Echó un vistazo rápido a toda la habitación, efectivamente, estaría recostado en cama, en su alcoba, en casa de Alemania. No había amanecido aún y tampoco señales de que eso sucedería pronto. 

Un detalle curioso que notó cuando la calma le domino la mente, es que afuera llovía. Una ligera llovizna, pero se podía escuchar las pequeñas gotas estrellándose contra el techo y ventanas de la residencia.














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