S O L O S (Slenderman, Splendorman, Offenderman, Tenderman)

11 "Camino de trigo"

La madre de Kaila se había esmerado en que arruinaría su vida. Ambas se encontraron en una feria en el pueblo. La mujer la tomó fuerte del brazo y comenzó a gritar que era una bruja y que ella junto con el demonio eran los responsables de las desapariciones. La empujo, escupiéndole. Todos miraban atentos y confundidos, como aquella mujer hacía una escena en medio de todo el pueblo.
Kaila se levantó del suelo y salió corriendo para contarle a Félix, quien no hizo más que despertar su lado vampírico. Estaba enloquecido, quería ver a esa mujer morir por lastimar así a su amada. Badulf intentaba calmarlo, si se dejaba ver tal y como era, sería peor, todos querrían matarlos y deberían irse del pueblo si eso pasaba, después de tanto esfuerzo, tal cosa sería lamentable.

Mientras tanto, Claire consolada a Nellie, quien se culpaba por descuidar a su hija. Su marido Lars en cambio, sospechaba de Claire y de Kaila, porque se decía que desde que ellas habían llegado, el pueblo estaba de cabeza. Así que decidió despedirlas a ambas. Claire se sentía devastaba y traicionada.
Regresaba a casa, sin saber cómo se lo diría a Kaila, por suerte no le había tocado escucharlo en persona porque era el día de su descanso.

El camino a casa comenzó a sentirse pesado por alguna razón y las voces regresaron.

"Debés ir al camino de trigo"

"Debés ir al camino de trigo"

"Debés ir al camino de trigo"

Otra vez lo repetían.

Estaba tan devastada y cansada de la situación, simplemente escuchó esas voces. Sintiendo que quizá, si descubría al verdadero responsable le devolverían su trabajo y todo volvería a la normalidad, a esa estabilidad que con tanto esfuerzo había logrado conseguir.

Su lechuza Greta llego volando, como si supiese que necesitaba compañía.

- ¿Qué haces aquí, querida? - Le preguntó Claire, acariciándola - Gracias por venir, me siento tan sola hoy, hoy más que nunca.

Desvió su camino hacia donde los espíritus la guiaron. Podía escuchar la voz de Jenny ¿Acaso ya estaba muerta?

Recorría un extenso camino de trigo de kilómetros largos, en donde comenzó a encontrar ropa de niños tirada, juguetes y accesorios de mujer. Si Badulf supiera en donde se estaba metiendo su esposa, seguramente la detendría.
Mientras más caminaba y se acercaba al lugar que las voces le indicaban, más veía y más escalofríos recorrían su cuerpo.
Ya no podía retroceder, quería respuestas, y era como estar hipnotizada por aquellas voces y siluetas traslúcidas que comenzaban a aparecer a su alrededor indicándole el camino.
Se detuvo, porque vio a Jenny parada al final del camino, con la ropa rota y el rostro pálido. Comenzó a correr hacia ella, quien también corrió.

- ¡Jenny, detente! - Gritó desesperada y confundida.

Ahí estaba, frente a un pilar de bolsas con cadáveres de niños y mujeres. Cientos de moscas volaban y el olor era repugnante. Se trataba de un granero viejo. Buscó a Jenny entre los cadáveres, ahí estaba la pequeña. Comenzó a vomitar entre lágrimas. No podía dejar de temblar. Comenzó a llamar a Badulf mentalmente, lo necesitaba con ella en ese momento, pero él no la podía escuchar porque estaba tratando de calmar a Félix.
Una silueta apareció detrás de ella tirándole del cabello. El hombre la llevó hasta afuera y con un cuchillo intentaba apuñalarla en el suelo. Claire daba batalla, pero el hombre era muy fuerte.
Greta intento atacarlo, pero él la tomó con fuerza del cuello y la arrojo contra un árbol.

- ¡Desgraciado, maldito, no te saldrás con la tuya - Le decía ella gritando, desesperada y enojada. Sus habilidades no estaban funcionando, porque la tristeza y los nervios del momento las inhibían.

- Con que te gusta gritar, te haré gritar más fuerte - Le contestó el hombre. Sus ojos estaban vacíos e irritados, sin alma. Claire podía ver un ser horrendo en su interior, sin emoción alguna, más que sed de sufrimiento.

El hombre comenzó a ahorcarla, y la apuñaló en el pecho y el cuello, mientras con la otra mano le levantaba el vestido para abusar sexualmente de ella. Claire comenzó a desangrarse, mientras sentía como el hombre la penetraba bruscamente.
Su visión comenzó a tornarse cada vez más oscura. De su boca salía sangre. Sólo podía recordar a Badulf diciéndole que no se metiera en problemas, pero ella lo necesitaba en ese momento y no estaba.

Badulf sintió un dolor fuerte en el pecho, algo le había pasado a Claire, algo muy grave. Cuando llegó a ella, estaba prácticamente desvanecida, mientras el hombre continuaba lo suyo.
El demonio furioso lo tomó fuertemente apartándolo de su amada y le arrancó el miembro, los dos brazos y piernas.

- Claire ... Amor... No... - agachado, sostenía su cuerpo que estaba muriendo - Amor, no te vayas.... No... - No podía creer lo que estaba pasando.

Claire mentalmente le dijo que lo amaba y su mirada se perdió, dejando de pestañear, soltando un último aliento de vida.

Badulf gritó, un gritó desgarrador. Había perdido a su esposa, la había dejado sola.

El hombre aún seguía vivo, porque no le había arrancado la cabeza, así que fue lo que hizo. Aun así, sentía que merecía sufrir más.

Levantó a Claire, cargándola en sus brazos. Mientras caminaba la sangre continuaba saliendo de su cuerpo muerto. Lloraba, no podía parar. Su espíritu estaba destrozado, su mitad estaba muerta. El hilo de sangre, que salía de su cuerpo, lo acompañaba de regreso por el camino de trigo.

Le pedía perdón, por no haber estado para ella, mientras la abrazaba, pero ya era demasiado tarde.

Se sentó bajo un árbol y mientras lloraba por ella en sus brazos, veía como el sol decaía cada vez más y traía consigo la noche.

Su luz, ya no estaba.

Ahora solo había oscuridad.