Separación (primera parte)

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Dicen que el amor y el tiempo son enemigos jurados...

Que el tiempo todo lo trastorna...

Pero hay amores que se resisten a desaparecer...

Como los crisantemos que soportan la fría nieve...

De esos amores, nacen las verdaderas leyendas...


Alceo sentía su corazón latir a mil mientras avanzaba por las calles de Londres rumbo a ese restaurante que tantas veces frecuentó al lado de Jack y donde llegó a formar algunos de sus recuerdos más preciados...

Imaginarse que precisamente sería en ese lugar donde finalmente podría encontrarse con esa dichosa agente "red widow" resultaba ser una tremenda ironía. Al fin le vería la cara a esa mujer y solo esperaba que ella tuviera las respuestas que él tanto estaba necesitando escuchar y es que, después de dos semanas de no haber podido localizar el más mínimo rastro de su pareja (excepto por ese director del hospital, del que estaba seguro, sabía mucho más de lo que decía), el pelinaranja estaba totalmente desesperado...

Finalmente llegó al restaurante y efectivamente, allí estaba esa siniestra mujer vestida de negro en la mesa de la esquina del frente del restaurante y se acercó a ella sin demora -Buenas tardes, ¿es usted la agente Red Widow?- preguntó el ojiazul tratando de controlarse y sonar lo más educado que pudiera, a pesar de la enorme desesperación que embarcaba en ese instante.

Por su parte, la pelinegra solo dejó la taza de té de la que estaba tomando sobre la mesa, antes de responderle mientras lo miraba a los ojos -Así es... y por lo que sé, usted es el inspector Alceo Olympus, ¿o me equivoco? - cuestionó ella de forma seca mientras se cruzaba de piernas, a lo que el otro asintió -Tome asiento agente, me parece que tenemos varias cosas de las que debemos hablar- concluyó señalando con educación la silla frente a ella, en donde ya se encontraba colocada una taza humeante con café.

-Gracias...- dijo el joven antes de sentarse - ¿Espera usted a alguien? - preguntó para tratar de iniciar la conversación con aquella mujer.

-Lo esperaba a usted- respondió con frialdad la ojinegra- y por lo que tengo entendido, esa debida es justo la de su tipo favorito, ¿o me equivoco, inspector Olympus? -cuestionó con sarcasmo.

Alceo ahora entendía todo. Esa sencilla taza de café era una muda amenaza que le estaba haciendo la ojinegra: ella no solo estaba consciente de que él llevaba varios días buscándola, si no que además, le estaba demostrando que conocía todo sobre su persona.

Aunque por supuesto, nada de eso intimidó ni un poco al pelinaranja, él necesitaba respuestas sobre Jack y ella era la única que probablemente podía ayudarlo, así que no se rendiría por algo tan simple -Agente Red Widow... no pienso interponerme en su camino ni hacerle perder el tiempo de forma innecesaria, pero sé que Jack Ripper "trabaja" para usted en "Sentinel" ejecutando toda clase de "encargos", así que necesito que me diga cual fue su última "misión" y si usted sabe algo sobre su paradero actual- concluyó el más alto de forma decidida.

La pelinegra solo levantó una ceja con un gesto de frustración que demostraba que ella se estaba conteniendo - Aclaremos algunas cosas joven Olympus. Primero: el señor "Smith" no es miembro oficial de Sentinel. Se le encomiendan algunos trabajos "especiales" porque es el mejor "uso" que pueden tener personas como él; y segundo: el último "trabajo" que Smith recibió de nuestra parte, lo cumplió hace casi un mes, así que su desaparición difícilmente tiene algo que ver con aquello- Comentó la mujer de forma fría y tajante logrando preocupar aún más a Alceo. Rayos. Esta mujer había sido su última esperanza para encontrar el paradero de Jack...

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