Yurena y Thiago llegan a Madrid huyendo de su vida en Tenerife,en la capital española esperan encontrar la paz que buscaban,aunque no contaban con que cierto jugador colchonero se colara en sus vidas.
Pero,como siempre,todo es obra del destino.
*Que...
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La relación de Yurena y Mario no podía ir mejor. Llevaban dos semanas siendo oficialmente novios,aunque los dos sentían que eran algo más desde hace mucho tiempo.
Yurena pasa más tiempo en casa del defensa que en la suya propia,tanto que el chico ha preparado una habitación para el pequeño Thiago,que hace una semana cumplía dos añitos.
Todo va muy bien en la vida de la pareja,pero siempre hay algo que puede desestabilizar todo. El pasado puede volver,y arrasar con todo lo que quiere.
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Ruedo los ojos al oír como mi madre y Yurena hablan de mi,más bien me critican.
-Estoy aquí,por si no os habíais dado cuenta-digo y ellas me miran-.
-Claro que nos hemos dado cuenta-dice mi chica-por eso lo hacemos,para que nos oigas-.
-Eres una víbora-digo y ella ríe-.
-Lo se mi amor-dice guiñándome un ojo-ahora trae los platos anda,haz algo de provecho-. Mi madre ríe y yo vuelvo a rodar los ojos,se llevan muy bien las dos y cuando nos juntamos se dedican a meterse conmigo. Acabo de llegar de entrenar y ya me tiene de mandado.
Hago lo que me pide y pongo la mesa mientras mi padre termina de hacer su famosa paella.Mientras mi madre y mi chica cuchichean mientras juegan a su vez con Thiago.
Entro a casa y subo a mi habitación para darme una ducha antes de comer,acabo de llegar del entreno y estoy asqueroso.
La puerta de la habitación se abre y entra mi novia. Joder,mi novia,como me encanta poder llamarla así.
-¿Como te ha ido el entrenamiento guapo?-pregunta mientras se pone de puntillas para besar mis labios-.
-Estoy reventado-me quejo-. Ella sonríe y vuelve a besarme.
-Dúchate y cuando se vayan tus padres te hago un masaje anda-dice y sonrío-.
-¿Te duchas conmigo?-digo con doble sentido y ella ríe-.
-No cuela amor-dice riendo-me voy abajo,no tardes que la comida está en nada-.
-Vale preciosa-digo y antes de que se vaya tiro de su brazo haciendo que choque contra mi pecho-te quiero-.
