El mismo día en la noche durante la cena.Michelle: ¿Gian tú en qué grado estás?
Gian: estoy en el último año.
Adam: ¿ya sabes en qué instituto quieres estar?, te recomiendo inscribirte en el mismo que Abril, tal vez puedan estar en la misma aula.
Michelle: es cierto, piénsalo, ya que Abril también está en último año, se harían compañía y así no estarías solo.
Abril: ¿en cuál año estás tú Abbie?
Abbie: estoy en mi segundo año universitario.
Adam: vas un año adelantada entonces.
Abbie: Así es señor.
Abril: —¿también es inteligente?, ella es perfecta— eres increíble.
Abbie: tú eres más increíble aún, yo no hubiera sobrevivido en una escuela militar, sin embargo, tú lo llevas como si nada.
Adam y Michelle recogieron los platos y le encargaron a Abril mostrarle la habitación tanto a Gian como a Abbie. Ambos hermanos estaban agotados, por lo que tomaron una ducha y se acostaron a dormir, pero su sueño fue interrumpido.
Abril: Abbie, ¿estás muy cansada como para platicar?
Abbie: —para ella dormir era esencial— si lo estoy, pero suelo despertar temprano, así que…
Abril: claro, entiendo, nos vemos en la mañana, descansa —me sentí tonta y culpable, ¿en serio la molesté solo por eso?—
Después de que Abril saliera, Gian se puso de pie para seguirla encontrándola en el balcón.
Gian: hey —Abril se espantó por su repentina presencia— perdón, no quería asustarte.
Abril: —me sentía un poco tensa— no pasa nada, perdón si te desperté antes.
Gian: está bien, no podía dormir de todas formas.
Abril: bien, me voy.
Gian: Pensaba que querías hablar —intentaba buscar la mirada de Abril, pero esta lo evitaba—
Abril: sí, pero no contigo. O sea, eres genial, pero quería hablar con tu hermana cosas de chicas.
Gian: soy bueno con las chicas, cuéntame.
Abril: son cosas que solo hablaría con otra chica.
Gian: eres muy fría y distante conmigo ahora.
Abril: ¿ahora?, no entiendo.
Gian: unos años atrás nos vimos y fuimos inseparables ese día, eras más dulce aunque ahora eres mucho más hermosa.
Abril: fue hace casi 10 años, supongo que es normal que no sea igual.
Gian: ¿Recuerdas nuestra promesa?
Abril: Gian no quiero ser odiosa, pero me siento incómoda hablando de cosas tan infantiles como promesas de niños con alguien que considero un desconocido ahora.
Gian: yo lo considero algo especial. Tú prometiste no olvidarme y yo prometí volver, al final solo cumplí yo.
Abril: paso mucho tiempo es lógico que los recuerdos se deterioren.
Gian: no si son valiosos.
Abril: supongo que para mí solo fue un juego de un día con un amigo nuevo.
Gian: ya es tarde, también iré a dormir, descansa.
No disimuló en lo más mínimo su enfado, haciendo que Abril sintiera que había sido demasiado directa y cargará con un poco de culpa.
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Al otro día 8:30 AM
Adam: creo que debemos rezar hoy después de desayunar, Abril se ofreció a cocinar.
Abbie: pues eres toda una chef porque esto está de muerte.
Abril: —su rostro se iluminó con una sonrisa— gracias, de seguro cocinas delicioso.
Gian: —rio por el comentario de Abril— Abbie es tan mala cocinera que podría hasta quemar el agua.
Abbie: —todos rieron por la cara indignada de esta— Abril debes enseñarme a cocinar así.
Entre charlas y risas el ambiente se hizo ameno, era tan grato que Abril no quería ir a sus prácticas extraescolares de verano.
Michelle: ¿por qué no vas con Adam y le muestras la escuela?, hablaré con la directora para explicarle la situación.
Abril: no creo que quiera ir, ¿a quién le apetece ir a la escuela en verano?
Gian: me gustaría conocerla ahora que no habrá tantos estudiantes.
Abril no dijo nada más, solo se alistó y salió de casa con Gian, llegando al instituto sin ningún inconveniente, le ofrecieron unas clases a Gian para explicarle mejor como funcionaba todo ahí. Todas las clases teóricas fueron bien hasta que les tocó practicar las técnicas cuerpo a cuerpo.
Todos eran movimientos controlados por ambas partes, Gian se estaba aprovechando de la situación haciendo incomodar a Abril, la acercaba hacia él hasta el punto en que sus glúteos chocaran con su parte íntima, en ocasiones rozaba sus pechos durante las técnicas.
Para Abril Gian ya era un pervertido y no hay nada que ella odie más que ese tipo de personas.
Gian: intento mantenerme cuerdo y ser suave.
Abril: cállate, no podemos hablar durante las prácticas.
Gian: Esto es aburrido, tengo que ser delicado contigo porque eres mujer, ¿no hay un área para hombres?
Abril: —dobló su brazo haciéndolo perder el balance, levantándolo por encima de su hombro, haciendo que cayera de manera brusca y de espaldas al suelo— este también es el área de hombres recluta.
Todo había pasado de manera común, las prácticas al igual que el día escolar terminaron, Gian intentaba platicar con Abril, pero esta lo ignoraba de manera clara.
Abril: Gian pareces un desesperado, ¿has tenido contacto femenino aparte de tu madre o tu hermana?
Gian: sí, ¿te muestro lo que aprendí? —la tomó por la cadera haciendo chocar pelvis con pelvis—
Abril: —lo derrumbó en el suelo y golpeó su rostro al menos unas cinco veces consecutivas, haciendo sangrar su labio y nariz—
Gian: —se dejó golpear sin defenderse y sin intentar escapar solo dejo sus manos quietas sobre los muslos de Abril, cuando esta lo miró asqueada este le sonrió— ¿por qué paras?, termina.
Abril: —sentía su erección, él se excitó porque lo estaba agrediendo. Ella se puso de pie dispuesta a irse, pero no sin antes decir lo que pensaba— Gian Berlusconi, eres un maldito enfermo.
¡Buenos vibes!
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Atrapada en mi libertad
RandomParece ser que no existe forma, ni persona capaz de salvarse de la enfermiza obsesión de los Berlusconi, ni siquiera ellos mismos. Poderosos, manipuladores y sobre todo obsesivos. El mundo les pertenece junto a las personas que habitan en él, alguna...