Capitulo 2

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*DOS MESES DESPUÉS*

Dos meses después sín poder dejar Italia, su abuelo afortunadamente se había recuperado casi completamente, aún qué su vida ya no sería la misma, debía controlarse los factores de riesgo para impedir  un nuevo infarto, algo qué había estado tratando por todo los medio de evitar.

Estaba furiosa, su tío había dejado a su abuelo prácticamente en la calle, no sé habría enterado sí no fuera por Seiya Rinaldi gerente financiero de la compañía, su abuelo había escondido todos estos años la verdadera situación, hasta qué el ataque cardíaco había puesto en evidencia más de un problema.

-Por todo lo sagrado ¿Cómo sé ha llegado a esto? - preguntó viendo los números rojos qué arrojaron los últimos meses.

-Las ventas han sido excelente Serena, pero la situación de pago ha dejado a la empresa prácticamente sín capital - levantó la mirada hacía los ojos negros qué la miraba ¡Con pena!.

-No entiendo, sí esto es verdad ¿Por qué has estado tanto tiempo aquí? - la duda y la desconfianza hicieron saltar sus alarmas, mientras él sólo sonreía.

-Puedo tener una idea de lo qué te estás imaginando Serena, pero ninguna tiene fundamentos, mí padre fué amigo de tu abuelo, no pude negarme a venir en su ayuda, son contar qué tu tío también involucró a mí padre, al parecer Rubeos Sukino era una auténtica fichita.

-Qué dices? - estaba odiando a un hombre qué no conocía y encima qué llevaba muerto más de 10 años.

-Hizo de la falsificación su oficio, muchos socios de tu abuelo se vieron afectados uno más qué otros entre ellos mí padre, afortunadamente no tuvo tiempo de hacer un desfalco mayor.

-No debería estar sorprendida, sín embargó lo estoy, Rubeos Sukino no era más qué un vil ladrón - dijo, estaba enojada, furiosa.

Era una suerte qué sus padres no habían podido viajar, sobre todo por qué su propio abuelo se lo pidió, había mentido, les había dicho qué sólo sé trataba de un susto, pero qué se quedaría para asegurarse de qué todo estaba marchando bien, había llevado junto a su abuela la carga de las noches de angustias, mientras su abuelo permaneció en la clínica.

-Es lo qué fué, no se puede volver al pasado e impedir tremenda situación - Seiya admieaba el temple en Serena Sukino, a sus escasos 18 años parecía ser una loba vieja en los negocios, sín duda había heredado la habilidad de Artemis.

-Solucionaremos esto, no puedo quedarme para siempre en Italia pero así me llevé años, liberare a la compañía de las deudas.

-Puedes vender acciones.

-¿Creés qué alguien invertiría en un negocio qué está manchado, no sólo por los desfalcos sí no también por qué sus ganancias prácticamente son inexistente - interrogó con una ceja levantada.

-Podría comprar la mitad, no me to tomes a mal Serena, una inyección de capital es lo qué necesitas ahora mismo.

-No lo sé, déjame pensarlo Seiya, ahora mismo no tengo cabeza para abarcar todos los problemas, mí prioridad es el abuelo - se levantó de manera rápida.

-¿Estás bien? - Seiya se preocupó al ver el rostro pálido de Serena.

-Sí, ha sido un mareo, no dormí anoche, estuve cuidando al abuelo y revisando la manera de terminar con esté Karma - estaba engañándose.

Lo sabía pero no estaba lista para admitir ante nadie su estado, llamaría a Darien por la noche, necesitaba hablar con él antes qué con nadie, aún qué también la parecía imposible, hace una semana qué no se habían comunicado, Darien parecía estar demasiado ocupado, se había sentido terriblemente mal, dejándolo todo a su cargo, no podía imaginar lo qué era para él llevar sólo el negocio, sus padres metidos de lleno en proyecto de Berry.

VUÉLVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora