Capítulo 37

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A través del espejo observo y analizo mi reflejo. Durante meses mi apariencia mejoro mucho gracias a los tratamientos que me da el doctor Jacob Macmillan. Después de irme de Canadá Alek me pidió seguir con el tratamiento para no tener recaídas, durante mi estancia en Marruecos mis consultas fueron virtuales y los medicamentos me fueron enviados a las tierras cálidas. Y gracias a ninguna cita perdida el mejoramiento es muy notorio en mi apariencia y mentalmente. El tratamiento va bien, no he tenido recaídas.

Vierto la pastilla sobre mi palma y la meto a mi boca para después beber el agua y tragar el medicamento que me ayuda a no alterarme. Más relajada continuo con el maquillaje para la cita de hoy con Cedrick. Un poco de delineador, rímel, una tinta rosácea en mis labios y estoy lista. En el cabello solo pongo un poco de fijador y un tratamiento en las puntas; el perfume y las botas.

Tomo mi bolso junto a mi celular y salgo de la habitación en dirección a la cafetería, donde me veré con Leah y Alek para irnos juntos. Como de costumbre en todo el camino los empleados me saludan y yo les respondo levantando la mano en forma de saludo. Al llegar con ellos, ambos me observan con admiración.

—El día de hoy está muy hermosa, mi reina —adula Leah con una grande sonrisa.

—Gracias, Leah. Solo me arregle, algo que no hago constantemente.

—Debería hacerlo más seguido. Se ve hermosa.

Le sonrió y poso la mirada en mi amigo.

—Concuerdo con Leah.

De igual manera le sonrío, partimos a salir del edificio y seguimos el protocolo de seguridad. Al golpearme el frio viento se me eriza la piel que no dudo en abrazarme, rápidamente subimos a las camionetas. En una va Alek conmigo y en la otra va Leah quien ira a recoger al invitado y dos más con hombres de seguridad.

La camioneta de Leah se desvía junto con otra por su seguridad y nosotros nos dirigimos a otro camino.

— ¿Está bien? —la voz de mi amigo me interrumpe mirar el panorama.

—¿De qué hablas? —lo miro.

—No estás nerviosa o incomoda —pregunta.

Y entiendo a lo que quiere llegar.

—No, no lo estoy. Lo estaría si fuera sola, pero estoy con ustedes, quienes me aconsejaran para tomar una decisión.

Es verdad, no desconfió de mi al saber más sobre la empresa y todo lo que está pasando a mi alrededor, mi cabeza ya no está en blanco y me siento segura de negociar con Cedrick.

—Bien, me alegra saber que estás segura de ti.

Mi amigo me sonríe y yo también le sonrió. Después de esa pequeña charla seguimos en silencio durante el viaje.

Al detenerse el vehículo observo detenidamente el hotel que se posa a un lado de nosotros, lugar donde me veré con Cedrick. Leah eligió un lugar privado para evitar que me vean, el mundo aun no sabe que Aina Ivanova regreso de la muerte.

Al bajar somos recibidos por un grupo de empleados que se inclinan al posarme frente a ellos, de igual manera lo hace el gerente del hotel y nos da la bienvenida.

—Los guiaré a su reservación.

Sonrió y Alek se encargar de hablar por mí. El hombre uniformado nos guía y al entrar a las instalaciones un cálido y aromático lugar nos recibe. Es lujoso sin llegar a llamar la atención, perfecto para no llamar la atención.

Al subir a la sexta planta, el gerente nos guía a nuestra habitación; el mismo se encarga de abrir el portón de la habitación y nos recibe una amplia habitación con una gran mesa redonda en el centro.

Falsa Identidad: Amores que hieren (2do libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora