Yūgen. (Hawks Y Tú)

07. El juego del pájaro y el ratón.

Bajo la manto de la oscuridad, la ciudad parecía envuelta en un silencio inquietante. Yugen se movía entre las sombras, sus pensamientos en alerta mientras patrullaba las calles en busca de cualquier signo de peligro. La noche estaba llena de incertidumbre y oportunidades, y Yugen estaba lista para enfrentar ambos.

Mientras avanzaba por los tejados y callejones, Yugen se preguntaba si se encontraría nuevamente con Hawks. La interacción anterior con el héroe, oficialmente número 3, pero pronto el 2, había dejado una impresión duradera en su mente. Sabía que la Comisión tenía sus ojos puestos en ella, pero no podía evitar sentir una mezcla de curiosidad y cautela hacia Hawks.

En medio de sus pensamientos, un destello de movimiento captó su atención. Un grupo de delincuentes estaba acosando a un grupo de civiles en un callejón oscuro. Sin dudarlo, Yugen activó su quirk, manipulando los elementos químicos a su alrededor para crear una densa niebla que envolvió el área. Los delincuentes quedaron desorientados, permitiendo a los civiles escapar.

Sin embargo, la situación se complicó cuando uno de los delincuentes sacó un arma y comenzó a disparar a ciegas en la niebla. Yugen reaccionó rápidamente, creando una barrera protectora para detener las balas. Mientras se mantenía concentrada en mantener la barrera, una figura familiar emergió de la niebla: Hawks.

—¿Necesitas una mano?— dijo Hawks, su tono burlón apenas audible sobre el estruendo de los disparos. Yugen frunció el ceño, molesta por la intromisión de Hawks.

—No, gracias. Puedo cuidar esto por mi cuenta.

Hawks se encogió de hombros, pero no hizo caso a la negativa de Yugen. Extendió sus alas y se elevó en el aire, disparando sus plumas con precisión para desarmar a los delincuentes. Aunque Yugen no lo admitiría en voz alta, no podía evitar sentir una mezcla de impresión y frustración por la destreza de Hawks.

Con la situación bajo control, la niebla comenzó a disiparse y los delincuentes estaban rendidos en el suelo. Hawks se posó frente a Yugen con una sonrisa burlona en su rostro.

—¿No querías hacerlo sola? Parece que necesitabas un poco de ayuda después de todo.— comentó Hawks con su característico sarcasmo. Yugen apretó los puños, conteniendo su frustración.

—No necesitaba tu ayuda, pero gracias de todos modos.

—Oh, lo siento, no sabía que eras tan independiente.— Hawks alzó una ceja, como si no estuviera seguro de si Yugen estaba siendo sincera o sarcástica

Hawks disfrutaba burlándose de Yugen y desafiando su independencia, mientras que Yugen prefería mantener su distancia y evitar mostrar su verdadera reacción. Aunque se resistía a admitirlo, también sabía que en el fondo Hawks era un aliado valioso en la lucha contra el crimen.

—Vaya, parece que he tocado una fibra sensible. No era mi intención, enigma.

Yugen lo miró fijamente, su expresión seria. A pesar de su actitud desenfadada, Hawks tenía una habilidad innegable para meterse bajo su piel y sacar a relucir sus emociones.

—Estoy acostumbrada a lidiar con situaciones como esta por mi cuenta. No necesito a nadie que se entrometa en mi trabajo, incluso si eres el héroe número 3.

—Siempre es bueno tener una mano amiga, enigma.— Hawks se encogió de hombros con una sonrisa traviesa. —Además, admitámoslo, tienes buenos reflejos, pero nunca está de más un poco de ayuda de vez en cuando.

Yugen se cruzó de brazos, sintiendo una mezcla de resentimiento y gratitud hacia Hawks. Sabía que tenía razón en parte, pero no iba a ceder tan fácilmente.

—Bueno, gracias por tu intervención, pero como dije antes, puedo cuidar de esto por mi cuenta. No necesitas quedarte.

—Está bien, enigma. Pero recuerda, si necesitas ayuda, no dudes en llamarme.— Hawks asintió, desplegando sus alas con una expresión enigmática.