Accidentally in love || Cynotham

♢𝑨𝒄𝒄𝒊𝒅𝒆𝒏𝒕𝒂𝒍𝒍𝒚 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆 ♢

¡!: Todo está está sucediendo más o menos en la misión de arconte; Capítulo III; Acto IV: El rey Deshert y los tres peregrinos. Solo que varía lo que sucede y eso. Solo aviso ;b

Dehya me miraba con los ojos entrecerrados, mientras yo estaba en una clase de crisis silenciosa.

—Alhacén, ¿cuál es el problema? Llevas en las nubes un buen rato.

Suspiré y dejé caer mi cabeza en la mesa en la que ambos conversábamos.

—No lo sé, bueno, quizás esté enamorado.

Los ojos de Dehya parecieron brillar y un pequeño chillido escapó de sus labios.

—¿¡Quién ha robado el corazón del Alhacén sin sentimientos!?

Ahogué un grito mientras que Dehya reía a carcajadas.

—Sea quien sea, parece que no estás demasiado contento.
—No lo estoy.
—Vamos erudito, suéltalo.

Negué con la cabeza con rapidez, ¿así se supone que se siente el amor? Porque no me gusta ni un pelo.

—Alhacén, te estás poniendo colorado, dime, ¿es de nuestro grupo?

Nuestro grupo, habían ido a investigar a un sospechoso y nos dijeron que nos quedásemos aquí esperando noticias.
Asentí y su risa resonó en la casa del tío Anpu, por tercera vez en diez minutos.

—¿Es Candace? —Había algo de molestia en su voz, todos sabían respecto a sus sentimientos por Candace, menos la propia Candace.
—¿Qué? No.
—¿Aether? Diría a Paimon, pero eso sería un poco enfermizo de tu parte.
—No, Dehya.

Se hizo silencio.

—¡¿Te gusta Cyno?!
—¡No me gustaría que toda la Aldea Aaru se enterase, gracias!

Y ahí estaba de nuevo esa risa por cuarta vez en tiempo récord.

—No es gracioso, Dehya, no se como ha pasado.
—Créeme, yo tampoco, si te sirve de consuelo, no se nota en absoluto. Pensaría que te gusta Paimon antes de pensar que estás enamorado de Cyno.
—No estás bien de la cabeza.
—Me lo dicen mucho...dime, ¿cuando empezaste a sentir cositas por nuestro enanito del desierto?

Me sonrojé hasta las orejas al recordarlo.

—No lo sé, me parecieron...no, no voy a decirlo, antes vais a tener que matarme.
—¡Venga Alhacén, llevamos horas aquí! Ya somos amigos de toda la vida. Además, no sabes cuantas horas más tendremos que estar aquí.

Justo cuando termino de hablar, notamos que tocaban la puerta, y por primera vez en mucho tiempo le di las gracias a los arcontes.

—¿Novedades?—Se apresuró a decir Dehya.
—Nada nuevo, ni rastro de su abuelo. —Dijo Candace.
—Paimon está cansada de andar por el desierto, ¡los consejos de Cyno no sirven de nada!
—Solo te dije que no te concentrases en el cansancio, y tú te seguiste quejando todo el maldito camino.
—Blah, blah, blah, ¡Paimon lo siente por no criarse en el desierto, enano con gorro feo!

Todo se quedó en silencio, esperaba que Cyno le diera una buena patada a Paimon, pero para sorpresa de todos, solo salió de la casa sin decir ni una sola palabra.

—Paimon, ¡¿Te has vuelto loca!? —Exclamó Aether.
—¡Paimon está cansada, y él solo ignora a Paimon!
—Has tenido suerte de que no te haya puesto un dedo encima.

Esta vez hablé yo y todos estuvieron de acuerdo conmigo. Ni siquiera Dehya se atrevería a hablarle así.

—Deberías ir a por él.—Me dijo Dehya.—Después de todo, nos queda mucho por hablar.
—Mhm...