Mathew me acompaña a Starbucks, que resultó no estar tan lejos de donde estábamos. Dylan está sentado en una mesa al fondo del sitio, es acogedor y abunda el color verde; él tiene a la bebé en brazos, lo cual es un gran problema con Mathew aquí.
Saludo a Dylan de lejos con mi mano, él me ve enojado. Volteo a ver a Mathew, quien está sonriendo. Ahora que lo veo bien, es todo lo contrario a Dylan; eso me hace pensar acerca del tipo de chicos de los que suelo enamorarme.
Ambos nos acercamos a la mesa de Dylan. Le sonrío—¿Qué hay, Dyl?
Él sólo gruñe, meciendo a la bebé. Mathew lo saluda—Hola, amigo.
—No sé quién eres—responde.
Math asiente—Sí, lo sé. Estoy por presentarme.
Dylan se golpea la cara—¡Oh, maldita sea, hombre. No tengo ánimo de presentarme con nadie ni de estrechar tu pálida y sudorosa mano! ¡Y por si no te lo han dicho, tu voz se oye como la de un imbécil cuando hablas por teléfono!
Mathew mira a Dylan horrorizado y yo estoy deseando desaparecer en cualquier mesa que tenga un portal a otro mundo, o simplemente desaparecer.
—Discúlpalo, no es así siempre, sólo tiene hambre—le digo a Mathew, avergonzada.
Él asiente lentamente—Sí, descuida. Sé que no fue intencional.
Nos sentamos con él en la mesa y Dylan sigue meciendo a la bebé.
—¿Y qué?—dice—¿No piensan en pedir la comida, o están esperando que les tome una foto?
Math se aparta un mechón de cabello de la cara, sonríe luciendo hoyos en sus mejillas—Creo que iré a pedir la orden.
Él se está levantando cuando Dylan interviene—Sí, más te vale.
Mathew se va y yo miro a Dylan, enojada. Él se muestra indiferente—¿Qué?
—Que tengas hambre no significa que tengas que ofender a Mathew.
Él resopla un risa, pero no está más que enojado—Mira, no me importa si estoy ofendiendo a tu novio, simplemente tengo hambre. Y voy a hacerlo pagar por haberte retrasado.
—Él no me retrasó, idiota—espeto en voz baja.
—Lo que tú digas, Susan—rueda los ojos y exhala.
Encojo los ojos—Te arrepentirás de esto cuando tu hambre sea saciada, hombre más inmaduro que yo.
Él me extiende a la bebé—Ten esta cosa, ya no la soporto.
Me quedo boquiabierta con su comentario. Frunzo el ceño, más que enojada—Pues, "esta cosa" es tu hija, estúpido.
—Cállate.
—¿Qué dijiste?—exclamo, retándolo.
—Dije cállate, sorda.
Estoy por gritarle y clavar un puño en su nariz, pero Mathew se acerca a nosotros con una bandeja que contiene tres lunch y un puré de manzana para la bebé y no hago más que fingir que soy un conejito adorable.
—Volví—dice él, animado.
—Oh, es una pena—contesta Dylan.
—Dylan, ya basta—Digo, más que un favor es una orden.
Mathew lo ignora y me da un lunch, toma uno para él y no se molesta en darle el otro a Dylan; no demuestra estar enojado, pero lo está. Es muy sutil en demostrar su enojo. Me gusta.
Dylan toma rudamente el otro y yo le doy el puré a la bebé.
—Está delicioso—dice Mathew.
Mientras que Dylan le da un rudo mordisco a su comida y gime aliviado, con la boca abierta:
—¡Argh, esta cosa sabe bien!
Asiento, pero sin dejar de estar avergonzada. Trato de distraerme dándole el puré a Lata.
Pasamos unos cinco minutos en silencio, comiendo; Mathew es el primero en romper el ruido sordo en la mesa.
—Y bien, ¿qué cuentan?
—Acabamos de salir de un accidente de tránsito—contesta Dylan, cortante—De hecho, tengo una horrible marca en la frente, ¿quieres verla?
Se quita el cabello de la frente y se descubre la sangrienta bandita, Mathew mira a otro lado, asqueado. Yo le doy un duro golpe a Dylan en la frente justo en la bandita y me arrepiento cuando gime adolorido; aún así lo miro.
—Lo siento—digo, severa.
Callamos, de nuevo. Cinco minutos más y Mathew habla, de verdad es muy insistente en esto de la socialización.
—Así que,—dice Mathew, ya se le nota que está traumado o que está a punto de sufrir un tic nervioso con todo esto—tuvieron un accidente.
—Sólo fue un pequeño accidente nada más—digo—Sino, estuviésemos en el hospital.
Math sonríe—Es un alivio que no les haya pasado nada malo.
—Sí, sobre todo a la nena—digo, estremeciendo a Lata. Oh rayos, no debí haberla nombrado.
—Ah sí, iba a preguntar por ella—dice Math, sonriendo—¿Quién es ella?
Esto sí que es un problema, estoy pensando en responder cuando Dylan interrumpe:
—Es mi hija—espeta, crudamente.
Mathew se sobresalta—¿Qué?
—Dylan, no seas tonto—le exclamo, miro a Mathew—No es cierto, no es su hija.
—Sí lo es—dice Dylan.
—Espera, estoy confundido—dice Mathew—¿Qué edad tienes?
Dylan levanta una ceja—Dieciséis, y tengo una hija.
—No es hija suya, Math—digo—Es su hermana menor.
—Mientes, Susan—exclama Dylan—¡Mentirosa!
Golpeo la mesa—Cállate, idiota.
—Amm, no entiendo qué pasa—dice Mathew.
—Sí es mi hija—Dylan se acerca más a Mathew—La tuve con Susan.
Diablos, se pasó de la raya.
Mathew me da una mirada espantada—¿Es cierto eso?—me pregunta.
—No.
—¡Sí!—dice Dylan, ahora se dirige a Mathew—Oye tú, meter a Susan a la cama es fácil. Si intentas hacerlo tú sólo dale un par de palmaditas y empújala al terreno. Ya sabes, tendrás más crédito estando arriba, ¿lo sabes, verdad?
Math no responde, sólo mantiene la mirada fija a su comida, está horrorizado. Yo estoy mirado a Dylan y es cuando más deseo que aparezca ese portal para desaparecer, pero también están las ganas de matarlo a este punto.
Estoy por justificarme con Mathew, pero él sólo saca una hoja de papel y anota algo; lo deja en la mesa—Tú sólo llámame cuando quieras—me dice—Aquí está mi número, espero que nos mantengamos en contacto. Debo irme ahora. Adiós, Susan.
Se levanta y luego de un par de pasos se voltea y me mira. Sonríe, pero se ve apenado—Por cierto, la cuenta es de cincuenta dólares.
Finalmente se va. Estoy arruinada.
Ahora sí lo estoy.
–×××–
¡¡AAHHH!! :D
De acuerdo, a veces Dylan es idiota.-.
(Siempre)
A mí gusta mucho este cap, es como si los dos chicos estuviesen celosos :3 *explosión de hormonas* ok no xdd
Espero que les haya gustado tanto como a mí, porque, bueno... asdfghjklñ:33333
¡COMENTEN Y VOTEN!
Los quererrrr:3
Chaoj.
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Mi Perfecto Idiota.
Novela JuvenilSusan es completamente una "corazón de roca". Nada puede conmoverla o hacerla cambiar, sus bases están clavadas dentro de sí y ninguna persona la hará cambiar de opinión. Pero eso se pone a prueba cuando su mejor amigo Dylan, un chico con más aire e...