Espina de Rosas🌹 {TERMINADA}

Capítulo 35

Con horror, veo como Tristán entra a la cabaña y se detiene unos pasos dentro.

Sus ojos no la dejan.

Miro un lado, para ver a Kamal con intención de llegar a mí, pero niego.

Es peligroso dado el estado de locura en que está la mujer.

Nancy, al verse perdida. Levanta el arma y me apunta desde su posición.

La respiración se me atora en la garganta.

— Mamá—la voz de Tristán es seria— Deja esa arma y hablemos—levanta las manos tratando de contener la locura de Nancy— Mira lo que sucedió por tus planes— señala a Black.

La mujer entrecierra los ojos.

—¿Crees que ese idiota me interesa? Todo lo que he hecho, lo hice por ti y la estúpida de tu hermana. ¿Piensas que me encantaba ser la esposa del cerdo de tu padre?

¡Jesús!

— Roger, siempre ha sido un maldito inútil— gruñe— Me casé con él por lo que representaba.

— ¿Nunca lo amaste?

Bufa.

— No seas idiota, Tristán. El amor no te da las comodidades de una hermosa casa, posición y dinero. Venga, un futuro resuelto.

Niega y mueve el arma de un lado al otro.

Kamal da un paso, pero Nancy de inmediato lo apunta.

Tristán se interpone y ella titubea.

— No—digo llamando la atención de la mujer.

— Mamá—Tristán habla— Solo quiero saber si, ¿tus sabias que Emma estaba embarazada?

— Esta zorra solo quería atarte, cariño— habla en voz baja e intenta ser dulce— Mami no quería que su hijo se atara a esta basura, y por eso decidí acabar con ella.

La miro con odio.

— Era mi hijo, mamá—susurra Tristán— ¿Sabes lo que he sufrió?

— ¡No seas quejica! Tristán, por Dios— dice con impaciencia— Te crie para que fueras un exitoso hombre y digno de ser un Harrison. Lo logré— sonríe de forma espeluznante — Logre hacer de ti alguien importante, pero esta maldita perra únicamente quiere la destrucción de todos nosotros— ladea la cabeza— ¿Acaso no lo ves?

Tristán no se mueve.

— Se supone, que ella estaba muerta. Black y un cómplice fueron a su casa para incendiarla— continúa como si no estuviera diciendo nada malo— Pensé que te había librado de esa responsabilidad— aprieto los dientes y nuevas lágrimas brotan—lo hice por ti, bebé.