Capitulo 8: Recuerdos

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...

—Ven conmigo, hijo mío.

Luzbel después de escuchar a Dios, a su padre, se quedó dudoso, nunca antes le había pedido qué lo acompañará a un lado él solo, no le tiene desconfianza pero... El presentimiento qué ha tenido en esos días se había incrementado con esas palabras.

Traga saliva y le asiente al mayor, no tiene qué ser nada, ¿cierto?; se dice internamente esas palabras mirando como Dios se levanta de su trono celestial y lo comienza a guiar a otro lado del cielo, un lugar qué estaba prohibidos para todos los arcángeles y ángeles, por lo cual no conocían.

Siente gritar a su omega internó qué se vayan enseguida, haciendo qué temblará un poco, y para intentar tranquilizarse, inhala y exhala lentamente.

"¿Qué me ocurre? Antes nunca me había pasado esto..."

Se sorprende cuando siente un agarré en su muñeca por parte del mayor, estaba tan metido en sus pensamientos qué no se dio cuenta cuando ya habían parado, por lo cual puede observar las cosas qué están alrededor, pero su vista se detiene en el suelo, en donde está un campo de flores amarillas, sabe cuales son porqué él mismo le puso el nombre: Mimulus Guttatus*; no esperaba qué estuvieran en ese lugar, cada vez sus dudas se incrementan más.

—¿Porqué... Están aquí? —su voz sonaba entrecortada, haciéndose notar el malestar qué estaba teniendo por el agarré— ¿Porqué... Me trajiste?

Da un quejido cuando siente qué su muñeca es apretada fuertemente, por lo cual ve a su padre con las cejas un poco fruncidas y los labios teniendo una mueca triste, no quiere enojar a su padre viendo lo qué está haciendo, ya qué no sabe lo qué le ocurre, pero siente qué se tiene qué ir de inmediato.

—¿Hasta cuando vas a seguir ignorándome? Me tientas para dejarme con más ganas de ti.

En ese momento abre los ojos como platos, elevando sus cejas en el proceso, sus labios los abría y cerraba, ninguna palabra podía salir por su parte.

¿Porqué le dijo aquellas palabras?

Intentó qué le soltará la muñeca, lo cual no hubo ningún resultado porque el agarre se volvia más fuerte, rompiendole justamente ese lugar, por lo cual se escuchó perfectamente cuando su hueso fue roto por el silencio qué había con anterioridad. Lanza un pequeño gritó por el dolor, el cual no era tanto a comparación a cuando se hacía heridas en los entrenamientos con sus hermanos, pero igual eso no quita qué tuviera pasó a esa sensación, más porqué lo ocasionó su propio padre.

—Papá... No... No se... —no podía hablar bien, menos con las feromonas olor a tierra qué expulsa el mayor.

Se cura mientras intenta buscar las palabras correctas para continuar, pero no las encuentra; traga saliva, esta temblando un poco porqué su omega interno se mueve insistentemente para doblegarse y obedecer aquel alfa. No sabe qué hacer en esa situación, menos con esa mirada de pocos amigos del mayor.

—Luzbel... —no le gustó el tono de voz empleado, le vino una sensación mucho peor.

Su padre lo agarra con fuerza de la cintura, él intenta forcejear sin mucho éxito por la fuerza ejercida y por aquellas feromonas. Debe alejarse, lo más pronto posible.

A Su Debido tiempo (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora