Prólogo: Final

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Ese día estaba lloviendo. Era un día como cualquier otro, nada diferente de lo habitual. Pero no para ella.

Mientras se arrastraba por el suelo, se podían escuchar a la lejanía el choque de espadas, personas gritando, todo eso entremezclado con el sonido de la lluvia.
- Hoy... el final... por fin....mi sueño - murmuraba mientras se arrastraba siguiendo a aquella persona.

Las heridas le quemaban cada vez más. Eran mortales. Moriría allí mismo.
Pero sabía las consecuencias de lo que había hecho. Lo sabía desde hace tiempo. Ese sueño, ese deseo. Todo lo que había hecho, todo lo que había vivido era para llegar al momento en el que lo había conseguido.

Sonrió pero con tristeza.<< Lo único que voy a echar de menos>> pensó, <<es que no voy a poder cumplir nuestra promesa >>
-No importa - negó con la cabeza. En ningún momento había pretendido llegar a cumplirla, pues todo era un engaño, que hasta ella misma se había creído. Antes de irse tenía que hacer algo.

Había visto a esa persona pasar cerca de ella. No podía desaprovechar esa oportunidad. Parecía que estaba buscando algo, o a alguien.
- Es.. pe.. ra- murmuró con las pocas fuerzas que tenía. Todavía tenía que decirle algo. Era importante, no importaba que el tiempo para ella se estaba desvaneciendo lentamente de sus manos. Tenía que decírselo. Se lo debía.

Aquella persona se paro y le miró fijamente. En sus ojos se podía atisbar un sentimiento de dolor.
Y a continuación hizo aquello, su cara cambió, todo sucedió en un  solo instante, pero lo que ella vio le dejó muda. Nunca había visto nada parecido.
No puede ser.
Es imposible.

Impotente ante aquella visión sus ojos poco a poco se fueron cerrando, el tiempo se estaba agotando y al final no había conseguido hablar con esa persona . Al final lo único que había conseguido era terminar ese viaje. Ese viaje que marcó un destino escrito por los propios dioses.
Una mano se posó en su mejilla. Era caliente y su tacto era reconfortante. La mano de la persona que más amaba, la persona que más odiaba.
Recordó lo que había visto y se acordó de quien le recordaba ese rostro.

Y ante ello,  lo entiendó todo, esa persona, no, él, lo sabía.
Desde un principio.
Ah, así que es eso.
Tu....
Tu.....
Desde el principio nunca quisiste ayudarme.
Desde el principio..
Tu misión...
Era que yo desapareciera.
Al instante una mano se cernio sobre ella y el mundo se escurecio.
Lo único que quedó en ese sitio fue un cadáver que desapareció convirtiéndose en polvo.
Un cadáver.... Una promesa...una despedida.

Y él, tras cumplir con su misión siguió hacia delante, hacia el futuro que tanto les había costado obtener. Un futuro sin ella...

Es lo que habían decidido los dioses.


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⏰ Última actualización: Aug 31, 2023 ⏰

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