Bienvenidos al reino de la oscuridad y a su maravilloso bosque Schwarzwald donde nada es lo que parece...
Una guerra entre el bien y el mal se avecina
Libro #1 de la saga amores oscuros 🖤
“ La confusión es un signo muy sutil de la paranoia ”
— Anne Austin —
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« Miradas profundas »
— Carajo ...— susurró sosteniendo en un puño la manta sin querer levantar la vista , estaba expuesta
Ah Aron su timidez le hizo gracia , Puso su dedo índice en el mentón de leark para que sus ojos se encuentren y una vez que estos quedaron frente a frente , recorrió con los yema dedos la mejilla de ella tomando un mechón de cabello y poniéndolo detrás de su oreja
Mientras le susurraba en tono muy bajo — ¿Quien eres realmente pequeña demonio?
— leark.. solo soy Leark — respondió ella sin despegar la mirada de sus ojos que la tenían embobada
Aron, sin saber como, empezó a acercarse lentamente alternando la vista entre los ojos de leark y sus labios, que parecian estar llamándolo a gritos, como para poder resistirse
— leark... — susurro él a centímetros de su boca, como si estuviera pidiendo permiso
Y leark , que sentía que todo su cuerpo temblaba, que cualquier tipo de molestia o dolor que había sentido minutos antes había desaparecido cuando le llegó ese perfume de Aron por su cercanía
fue justo en ese momento que sería crucial para los dos, que cambiaría cualquier tipo de perspectiva que tuvieran ,sus miradas eran profundas, fue en ese preciso momento en que la puerta se abrió y se escucharon unas palabras
— OHH POR LA DIOSA LUNA.. LO SI-SIENTO MUCHO..SU MAJESTAD.. — Bendita seas Rosa...
La reacción de leark fue inmediata, se echó hacía atrás casi con furia y se aferró a aquella manta que tapaba su torso como si fuese un salvavidas
Nunca en su vida se había sentido tan estúpida, había estado a punto de besar a Aron a !!ARON!!
¿Qué demonios estaba mal con ella? Se suponía que se odiaban a muerte ,Aron miro a los ojos a leark, esperando alguna señal de qué quisiera que terminaran aquello , pero al ver que leark ni siquiera le devolvía la mirada hablo
— Espera Rosa , yo ya me iba... — Interrumpió el alfa a la pobre mujer que no cabía en su propia vergüenza por interrumpir
Rosa se colocó detrás de Lea y comenzó a retirar las gasas con sumo cuidado una a una, tratando de no rozar las heridas recientes