- ¿En qué sentido me lo preguntas, Gemma?
- Harry... - Dijo y se ahogó en un suspiro. - Es el chico más desordenado, mal educado, desobediente, hasta incluso drogadicto del instituto. ¿Cómo es que lo conoces? – Dijo confusa y alarmante.
- ¿Y qué hay de malo en eso? – Pregunté apagando el vehículo y esta vez, sin mirarla a los ojos.
Gemma se sorprendió aún más con mi respuesta. Claro, para ella, siempre mis principios estuvieron en contra de las drogas, de la desobediencia, del mal comportamiento, hasta incluso del desorden. Pero, ¿qué había de malo en relacionarse con gente opuesta a tu reputación?. No lo sé, pero yo no le encontraba ningún mal gusto a los distintos tipos de relaciones sociales.
- Harry, ¿qué te sucede? Me sorprendes.
- Tú me sorprendes. Eres una chica inteligente, Gemma. – la miré fijo. - Tu misma lo dijiste, "no lo conoces". Pues entonces, no lo juzgues. Puede ser una buena persona. – hice una pausa. - Anda, yo también estoy en proceso, yo también estoy por conocerlo. Date el agrado de saber quién es. Yo no lo sé, ¿tú lo sabes? – Gemma se quedó pensativa. – Lo tomo como un no. Pues entonces... conócelo. Y baja, el helado se debe estar derritiendo.
Dije sonriente y logré que sonría también.
- Ah, - dijo Gemma cerrando la puerta del copiloto – Y si fuera tan inteligente como tú dices, no tendría que estar pidiéndote ayuda para física.
- Eres inteligente – dije una vez fuera. – Solo que eres lo bastante distraída e inútil como para prestar un poco más de atención en tus clases.
- Vete al demonio. – Contesto sonriente.
Se encontraba sentado en uno de los escalones con las manos dentro de sus bolsillos, gracias a la helada corriente de viento que circulaba en esa noche oscura. Al acercarnos, Louis, se percató de nuestra presencia.
- Me alegra que hallas venido al fin – dije sonriente – ¿Hace mucho estas esperándonos?
Sonrió.
- No en realidad. Solo he estado aquí durante cinco minutos, descuida.
- Ah, de acuerdo. Por cierto... Ella es Gemma, mi hermana. Gemma – dije mirando a mi hermana – Él es Louis.
- Sí. – dijo él rápidamente. – Nos conocemos. – sonrió. – Hola. –hablo en dirección a Gemma.
- Hola, Louis- Gemma le dedico una sonrisa.
- Por cierto... Hace frio. ¿Entramos? – Sonreí algo incómodo.
- Claro.
Louis se puso de pie.
- Puf, pues claro, ¿o quieres comer afuera? Eres demasiado tonto Harry. - Dijo la enana divertida abriendo la puerta.
Él soltó una carcajada.
- Te tiene a su mando – Dijo mirándome tiernamente.
- Claro que no. Esta rata apestosa está a mi mando. – reí. – Adelante, pasa.
Le cedí el paso a Louis y subimos por el ascensor. Al llegar a la puerta del departamento, Gemma coloco el helado en el frezzer y saco agua mineral de la heladera.
- Hum... Louis, ¿bebes agua... jugo? – Le pregunto Gemma simpáticamente.
- Lo que sea, por mí no hay problema. – Contestó sonriente
- De acuerdo, será agua entonces.
Gemma comenzó a servir la cena.
- De acuerdo... - dije tratando de romper el silencio. – Al fin vas a probar la carne asada, esa de la cual te has perdido durante tus dieciocho años de vida. – Exageré.
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Para toda la vida. (Larry Stylinson)
Teen FictionUn amar, un sonreír, un vivir, un soñar, un juntos... hasta el final. Un amor, para toda la vida.