La enfermera Kelly Moore, llevaba una larga noche.
En La Ciudad del Pecado, eran muy comunes las emergencias más descabelladas. Por eso, no se sorprendió al ver como un hombre moreno entraba con una joven chica en brazos. Aquella joven tenía la espalda hecha pedazos, y sangraba profusamente.
Los médicos de guardia se la quitaron de los brazos y la acostaron boca abajo en una camilla. Kelly, se acercó al hombre para pedirle sus datos y los de su acompañante, cuando los médicos anunciaron que los signos vitales de la chica, disminuían, y que era probable que no sobreviviera, si no la transfundían. Toda la sala de emergencias se puso en movimiento con el único propósito de salvarla.
El hombre misterioso que había traído a la joven, tomo por los hombros a la enfermera Kelly y prácticamente le gruño en el rostro.
-Si alguien viene a buscar a esta chica, o pregunta por “Maddie o Madeline” usted dirá que murió. ¿Queda claro? Muerta.
-Pero...
-A no ser que yo se lo ordené, nadie vera a esta chica. Está muerta, así que, arrégleselas, pero no quiero que nadie se entere. La dejo a cargo.
Del interior de su traje saco una extraña placa, que la enfermera nunca antes había visto.
-Es un asunto oficial. Encárguese.
El hombre se fue y la dejo allí sin más.
Pero, ella iba a obedecer. Parecía un asunto muy delicado.
En cuanto aquel hombre se alejó, un joven muy atractivo de llamativos ojos azules se acercó a la misma enfermera.
-Disculpe, la joven que entro... La que estaba bañada en sangre. ¿Se encuentra bien? ¿Conoce su nombre?
El muchacho había llegado al menos treinta minutos antes que aquella joven, y desde entonces, solo había tomado asiento en la sala de espera, y no había hablado con nadie. En medio del alboroto, se había puesto en pie, y había observado con horror la escena, parecía muy asustado pensó, Kelly.
Recordando las palabras de él hombre misterioso, tuvo recelo a la hora de responder.
-Se llama Maddie o algo así. Falleció, la pobre chica se desangro.
Él joven negaba con la cabeza una y otra vez mientras las lágrimas caían a prisas por sus mejillas, la enfermera se sentía muy culpable por mentir pero, como dijo el caballero: “es un asunto oficial”. Si la integridad física de aquella joven estaba comprometida, ella debía velar por su seguridad. Aquél muchacho, aparentemente desecho, se dispuso a marcharse rápidamente.
Iba tan de prisa hacia la salida, que tropezó con otro joven que iba entrando. Ambos se miraron con lo que pareció odio pero, siguieron su camino.
Este otro joven, vestía un traje muy elegante todo completamente negro. Un look muy diferente al joven que se había marchado, que vestía jeans oscuro y camiseta.
-Mi nombre es Carter Morgan. Estoy buscando a una joven, de cabello corto, su nombre es Maddie. Maddie... Maddie Fox.
Extrañada, la enfermera Kelly miraba al señor Morgan, parecía muy agitado por alguna razón, quizás debido a eso, por poco olvidaba el nombre de quien buscaba.
Maddie Fox, parecía ser una chica muy buscada. Extrañada, la enfermera dio la misma respuesta, al segundo joven.
-Sí, la joven fue ingresada pero, falleció. Se desangro por los golpes que sufrió y escuche algo sobre un aborto espontaneo, que debió contribuir con la pérdida de sangre, señor Morgan.
Aquél joven perdió todo el color de su rostro, y se tiraba con fuerzas del cabello.
-Quiero verla.
-¿Es usted familiar?
-No. Bueno, íbamos a casarnos.
-Lo siento, solo pueden verla los familiares. En caso de que no se presente, el Estado se hará cargo.
-¡Maldita sea! Esto no puede estar pasando.
El joven salió con paso airado, parecía muy autoritario y muy malhumorado.
Esperando por algún otro atractivo joven, la enfermera Kelly estaba dispuesta a seguir cumpliendo las órdenes oficiales. Curiosa, se interesó por la salud de aquella joven, por lo que fue a investigar.
Encontró a uno de los médicos de guardia, quien informo que la joven vivía. Afirmando que era un milagro, porque había perdido mucha sangre, con el aborto, y las terribles heridas de su espalda.
La enfermera Kelly, observo a la joven que dormía debido a los sedantes y pensó que se veía muy niña, y muy delicada, para todo aquello que padeció.
Una niña muy desdichada, que consiguió sobrevivir.
Aquella enfermera siguió trabajando, mientras dos hombres prometían jamás amar a otra mujer.
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Hades (Trilogía Hades libro 1). Historia Registrada bajo El Número 23082851606
Novela JuvenilSoy Madeline James Lambert. Y tenía un plan. Solo necesitaba dinero para huir de ella, para conseguir la ayuda que ambas necesitábamos, pero que solo yo admitía. ¿Qué estás dispuesto a hacer, por tu libertad? Yo, lo que sea. Solo necesitaba un trab...