III

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Algunos postes con cristales lumínicos fueron puestos en ambos lados de la alfombra. Los tres tronos desaparecieron del gran salón, fueron reemplazados por una plataforma alfombrada. Todos los líderes se reunieron allí, también Ruina, el Cardenal y yo. Éramos una media luna que recibió a Avraliz y Kaira.

La pareja de esposos tenía una rodilla en el suelo, apoyaban la mano derecha sobre la pierna izquierda.

—¿Luz Superconcentrada? ¿Es el nombre de este nuevo hechizo? —preguntó Índigo.

—No es un nuevo hechizo —respondió Avraliz—. Lo nombramos así por gusto propio, para lanzarlo debe conjurarse Destierro Abisal.

—Joo, la precisión de ensamblaje indica que no hay margen de error, ¡no hay que errar ni si quiera por unas cuantas décimas! —dijo Vinlef con entusiasmo, releyendo de arriba abajo los planos del Prisma—. ¿Cuántos prototipos te tomó llegar al final?

—No tenía suficientes recursos para prototipos, tampoco usamos gemas de menor valor. Un oculista se encargó de pulir las gemas. Crear el único Prisma tomó cinco años.

—Asombroso, muchacho.

—Lo de replicar el poder del Sol Inmaculado... ¿es verdad? —dijo Murasashi, deslizando la yema de su dedo índice sobre el Prisma.

—El Rayo Celestial tiene como primer requisito la Sincronía Perfecta, la sincronía de mi esposa es Media, así que no puedo garantizarlo.

—Semi cabra hechicera, ¿cuál es tu respuesta?

—Estoy de acuerdo con mi esposo, miko Murasashi. Mi sincronización no es suficiente para creer que la Luz Superconcentrada es equivalente al Rayo Celestial.

—Todos vimos cuánto daño causó al Miasma y a los grandes dragones —dijo Xilos—. En mi opinión, es innecesario dudar de la capacidad de este Prisma.

—Concuerdo —continuó Vinlef—. Para lanzar la luz del héroe se necesitan muchos requisitos, comparado a eso, gastar una vasija y un diamante imperial es poco tomando en cuenta que este rayo se le acerca más que cualquier otro arte de las humanas doncellas.

—Sus opiniones convergen en la misma respuesta, debemos comenzar la producción de otros Prismas —dijo el Cardenal—. Jade, se te ascenderá a Supervisor Armamentista, guiarás a los herreros y artesanos. Trabajarás en conjunto con tu esposa Kaira para adiestrar a los hechiceros.

—Agradezco su propuesta. De ser otro el escenario, no rechazaría el ascenso.

—¿De qué hablas?

—No puedes negarte —intervino Murasashi—. Es una orden directa del Consejo de las Voces.

—Tiene toda la razón, miko Murasashi. —Avraliz levantó la mirada, sonreía—. Por eso, me veo en la necesidad de pedir un par de minutos para que escuchen mi propuesta.

—Es lo mínimo que podemos ofrecerte —dijo Índigo.

—Gracias por su atención. Bien, debo decir que el Prisma no funciona con otras gemas. Usar un rubí o una esmeralda solo crea luz, no el rayo que destruye el Miasma. No imagino, aún con su influencia, que obtengan tantas gemas como para surtir a todos los hechiceros.

Un poco del entusiasmo de Vinlef disminuyó por aquella verdad.

—Si la producción será tan reducida, les recomiendo antes perfeccionar los planos.

¿Mi deseo? ¡Ser el protagonista de este mundo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora