30. The price that the boy had to pay

288 73 19
                                    

— ¿Q-qué pasa? ¿Dónde estoy?

Tose y toma enorme bocanadas. Seonghwa se limita a abrazarlo con fuerza, celebrando que está vivo. Al separarse, lo primero que hace es tomarlo de los brazos y jalarlo consigo, haciendo así que acabe de salir de la crisálida que fue su antiguo cuerpo. Hongjoong queda flotando boca abajo, con demasiadas cosas golpeándolo en la cara.

Seonghwa se ríe de verlo y Hongjoong acaba en tener que espabilar. Se da cuenta de que su cabello es muy, muy largo y aunque trate de quitárselo de la cara, regresa por accidente. Lo más impactante es lo que le golpea en la cara. Aletas de color gris traslúcido y que, al darles un empujón, solo acaba más fastidiado.

— ¿¡QUÉ DEMONIOS ME HICISTE!?

Hongjoong se ahoga con su propia saliva; las aletas son suyas y aunque trata de moverse para no estar de cabeza, es imposible con una parte de su cuerpo que no sabe usar. Seonghwa continúa demasiado emocionado como para hacer caso a la alteración ajena.

Ser embestido por una sirena a máxima velocidad tampoco es lo ideal, Seonghwa da vueltas abrazándolo y siendo que aún sabe usar sus brazos, Hongjoong lo manotea y lo aparta. Seonghwa queda confuso.

— ¿¡QUÉ ME HICISTE!? —Chilla desesperado—. ¿¡POR QUÉ ESTOY ASÍ!? TÚ -

— ¡Te traje a casa! — exclama Seonghwa con simpleza y acercándose a él de nuevo—. A tu verdadero hogar—afirma dándole un toque en la frente y bajando por la nariz como suele hacer. Hongjoong lo manotea, asustado y sin querer nada que no sea una explicación—. Para salvarte de ti mismo.

— No entiendo de que hablas. Tú me hundiste. Eso-

—Te ahogabas ¿O no? Estabas sufriendo — Hongjoong aprieta los labios—. Tener tu alma te estaba haciendo consumirte allá afuera—Lo toma poco a poco del cuello—. Estabas perdiendo la capacidad de respirar, de dormir, de pensar... todo por estar allá afuera, con tu alma luchando por volver aquí.

Hongjoong da un quejido, adolorido por la presión en su cuello. Seonghwa lo libera y se acerca a él, tomándolo del rostro.

—Te advertí lo que pasaba cuando las almas vuelven a su cuerpo y decidiste no hacerme caso—menciona Seonghwa y es cierto, él le advirtió y Hongjoong a pesar de ello, estaba demasiado ilusionado por tener su alma de regreso. Hasta el punto de condenarse a sí mismo—. Ahora debes atenerte a las consecuencias, pero tranquilo: haré que sean las mejores que puedan existir.

Junta los labios con él y Hongjoong agita la cola de forma errática, ansioso y nervioso, sin saber cómo reaccionar a todo esto. A Seonghwa lo sorprende sentir que algo rueda por sus manos y al apartarse apena un poco, encuentra que es Hongjoong llorando, perlas que se deslizan de sus ojos hasta el suelo.

Hongjoong se sienta en el suelo, con media parte de que cola extendida; respirando profundo y sin dejar de sollozar. Pensando que esto es una mala broma y quiere despertar de ella. Seonghwa no lo entiende ¿Por qué no está feliz? Debería estarlo.

Los humanos son tan raros.

~ * * * ~

—Así que no puedo hablar a mis padres.

—No.

—Ni mis amigos u otros parientes.

—Tampoco.

— ¿Por qué?

—Los enloquecerías. Hay gente que no está preparada para ver a criaturas como nosotros, menos para conocer todo lo que tú significas.

Hongjoong frunce los labios y las cejas; hablar de esto mientras se frustra por no poder nadar es bastante contraproducente. Quiere ir a esconderse de nuevo. Aun no se siente muy bien. A pesar de que ha tenido a Seonghwa a un lado, haber perdido de golpe toda su vida aun es un empujón muy fuerte. De haberlo sabido, habría esperado antes de pedirle su alma a Seonghwa.

The boy who found his soul || SeongJoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora