Capitulo I

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「Máxima」


El frío y fuerte viento de la noche chocaba conmigo, y a pesar de que llevaba puesto un abrigo de todos modos mi cuerpo temblaba, aunque no estaba segura si temblaba por el frío o por los nervios.
Eran las 2 de la madrugada y yo seguía lejos de casa, caminando sin rumbo por las calles, estaba tan vacía y deprimente... Al igual que la ciudad. No todas las luces funcionaban por lo que lo único que me permitía ver mi camino era la luz de la luna.
Caminé unos kilómetros más hasta llegar a un edificio abandonado que se encontraba cerca del puerto. Al llegar, me metí por una ventana rota y caminé por los pasillos vacíos y oscuros, las paredes estaban llenas de dibujos, graffities, humedad, etc. Este lugar llevaba abandonado años. Creo que antes era un hotel, eso explicaba su gran tamaño, este contaba con 4 pisos, y si, revisé cada uno de ellos y de las habitaciones de estos. Este era como mi hogar... Mi refugio... Cada vez que escapaba de casa venía aquí a fumar y escuchar música mientras me sentaba en una ventana contemplando la vista, como mencioné anteriormente este lugar se encontraba cerca del puerto, por lo que se podía apreciar el río, los barcos, la luna y las estrellas reflejadas en el agua.
Una vez en el segundo piso caminé un poco más hasta llegar a una habitación donde habían un par de frazadas tiradas en el suelo, una lámpara con baterías, y claro... Botellas, colillas de cigarrillos y algunas de porros tiradas por todo el suelo. Me senté en la ventana y saqué una caja de cigarrillos de mi bolsillo junto con un encendedor.
Tan solo 16 años y mi vida era una porquería. Tan pequeña y con tantos vicios, era ridículo, hasta yo lo sabía, pero no me importaba... Porque era lo único que me quedaba, era la vida que elegí y era muy tarde para intentar corregir mis actitudes, ya se volvieron un hábito y tampoco tenía una motivación o alguna razón para cambiar.
Una vez que mi cigarrillo se consumió del todo me bajé de la ventana acurrucándome en las frazadas tiradas en el suelo mirando las estrellas a través por ese agujero en la pared al que denominaba "ventana".
Tenía tantas cosas en la cabeza, las ideas no se callaban y ya comenzaban a aturdirme, hasta que logré dormirme y así no escucharlas.

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-Ay no... Otra vez este lugar...- Procedo a caminar por el pasillo, estaba tan oscuro y vacío, el silencio dominaba en ese espacio, lo único que lo rompía eran mis pasos rezonando por todas partes. -Hola?....- Mencioné sin obtener una respuesta, tampoco estaba esperando que hubiera una. A lo lejos veo una luz roja salir de una habitación al final del pasillo.
Comienzo a caminar con más cuidado para no hacer tanto ruido a medida que me voy acercando, poco a poco comienzo a escuchar sonidos que no logro distinguir bien hasta que estoy bastante cerca. Cada vez se escuchaban más fuerte, eran gemidos, sollozos emitidos de una chica... Ella rogaba que la soltara mientras lloraba, una vez cerca me asomé por la puerta para ver que estaba pasando, era un hombre encima de una chica tomándola por el cuello y apretando sus manos contra una cama... Él la estaba....
Me tensé y mi respiración se detuvo por un momento... La escena me provoco tanto asco que sentía que mi estómago se revolvía... Quería vomitar... Y por alguna razón llorar a la vez...
La chica volteó su vista hacia mí posibilitandome ver su rostro... No puede ser... Era...
-AYUDAME!- Gritó desesperada y con la voz ronda.
El hombre se volteó a verme, y yo me quite de la puerta recostandome por la pared... Joder... Mi respiración se agitó y un calor recorrió mi cuerpo haciéndome transpirar. No se escuchaba más nada, inhale profundo tomando coraje y comencé a asomar mi cabeza lentamente hasta que.... Él se encontraba parado frente a mí.... Comencé a correr a toda velocidad mientras el corría detrás mío. Ya no estaba todo silencioso, ahora se escuchaba mi respiración agitada, mis pasos, los de él corriendo detrás mío, voces que murmuraban cosas pero no lograba distinguir que decían, tampoco iba a intentar descifrarlo, solo pensaba en huir, cada vez me sentía más cansada, la tensión era peor, las voces comenzaron a gritar, y él cada vez estaba más cerca.
-MAXIMA! MAXIMA! MAXIMA! MAXIMA!- Gritaba mi nombre repetidas veces sin ningún sentido. ¡¿Cómo sabía mi nombre?! ¡¿Por qué estaba haciendo eso?! ¡¿Qué era este lugar?! JODER!!....
-MAXIMA! MAXIMA! MAXIMA! MAXIMA!.

For Each OtherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora